La relación entre el PSOE y Podemos, socios del Gobierno, vive otra semana convulsa. En este caso el malestar es palpable entre las filas moradas por el anuncio del Ministerio de Justicia, liderado por el socialista Juan Carlos Campo, del cambio del Código Penal para reducir las penas en los casos relacionados con la libertad de expresión. Podemos quería utilizar esa carta como un as en la manga en la recta final de la campaña del 14-F para atraer el voto joven, y el PSOE maniobró para reventar su estrategia. Fuentes gubernamentales admiten que el llamado “efecto Illa” no acaba de despegar.
Los morados llevan dos años elaborando una propuesta parlamentaria que borre de un plumazo las penas de cárcel para los delitos de enaltecimiento terrorista. El pasado lunes, sobre las 19 horas, una delegación morada explicó su intención de anunciar la iniciativa en el Congreso para aprovechar la polémica sobre el caso Hasél, el rapero condenado a nueve meses de cárcel por enaltecimiento del terrorismo e injurias contra la Corona.
Iglesias quería enfocar parte de su campaña electoral en Cataluña sobre los youtubers que emigraron a Andorra como denuncia del despilfarro de la política y el sistema impositivo español. Sin embargo, la denuncia de la exabogada del partido, Mónica Carmona, de la niñera de Irene Montero y las investigaciones internas sobre desvío de dinero y costas procesales han obligado al partido a buscar una alternativa. Esa alternativa la encontraron en el caso del rapero Hasél, que ha generado en estos días protestas en las calles de Cataluña y por el que 200 artistas han firmado un manifiesto de apoyo al músico.
Podemos avisó al Ministerio de Relaciones con las Cortes, dirigido por la vicepresidenta Carmen Calvo, que iba a registrar su propuesta en el Congreso, y que, acto seguido, lo anunciaría en una rueda de prensa el martes. Pocas horas después, sin que Podemos lo supiese, el ministerio de Justicia envío un mensaje a los medios en el que adelantaba su intención de “reformar” algunos puntos del Código Penal inherentes a lo que comúnmente se denominan delitos de expresión (enaltecimiento del terrorismo, odio, injurias a la Corona, delitos contra los sentimientos religiosos).
Irritación en Podemos
Esa maniobra ha enfurecido a Podemos. Los morados creen que Pedro Sánchez ha intentado dinamitar un anuncio que servía para captar el voto de los más jóvenes en los últimos compases de la campaña. Y relacionan esa táctica en la incapacidad del candidato socialista Salvador Illa de penetrar en el electorado catalán.
Fuentes socialistas acusan, por otro lado, a Podemos de actuar persiguiendo el interés electoral, y sostienen que los morados rompieron el protocolo firmado tras el arranque de la coalición. Ese protocolo establece que todas las iniciativas parlamentarias deben comentarse entre los miembros de las dos delegaciones, es decir, entre Pablo Echenique y Adriana Lastra, ambos portavoces parlamentarios. Podemos, en cambio, solo se lo anunció a Calvo.
El diputado de Podemos Enrique Santiago intentó el lunes apaciguar la polémica. Recordó que la iniciativa sobre la modificación del Código Penal --algo que podría afectar a otros músicos como el rapero Valtónic—siempre fue de Podemos y los nacionalistas. Se alegró de que el PSOE se sumara a la propuesta, pero repitió varias veces que Unidas Podemos avisó antes de actuar, dejando entender que el PSOE maniobró para ponerse una medalla en la recta final de la campaña electoral catalana.
Santiago subió la apuesta pidiendo la máxima “urgencia” para la puesta en marcha de la medida. Y con el diputado Jaume Asens (Podemos) consideró legitimo avanzar en el indulto para el rapero Hasél, en el mismo marco de actuación que proponen para los presos del procés.
Illa busca arañar votos a Podemos
Desde ambos lados del Ejecutivo se percibe desconfianza. Aunque Podemos cree que la debilidad parlamentaria de Sánchez blinda el Consejo de Ministros. La “correlación de fuerzas” en el Congreso obliga a Sánchez a buscar los apoyos de sus socios y de los nacionalistas. Y desde Podemos creen que eso seguirá así hasta el final de la legislatura.
La Moncloa no piensa lo mismo. Varias fuentes del sanedrín de asesores de Sánchez, a veces respaldados por miembros de los gabinetes de los ministerios económicos, creen que las elecciones catalanas deben constituir un antes y un después en la legislatura. Según pudo saber este diario, el propio Iván Redondo, principal estratega de Sánchez, tiene sobre su mesa “escenarios alternativos” en función del resultado de las catalanas. La decisión de lanzar a un candidato fuerte como Illa coincide con esa tesis.
Sin embargo, según varias fuentes gubernamentales, la campaña del socialista no acaba de despegar, y esto ha obligado a Sánchez a intentar arañar votos en la izquierda. Es por ello que, a pesar de las críticas, algunos en Podemos admiten que la maniobra sobre el código penal del pasado lunes ha sido una acción “hábil” de los socialistas. Aunque denuncian "las mentira" del PSOE en sus declaraciones públicas del martes. La coalición rojo-morada, en definitiva, muestra una vez más sus contradicciones internas y la ausencia de confianza entre los socios.
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