-La Coruña-. El PSOE asume las consecuencias de su pacto con Carles Puigdemont tras dos meses y medio. Los socialistas, que este domingo cierran la convención política que blinda la amnistía en su ideario, admiten que la medida de gracia no les entusiasma. Y ya empiezan a calibrar los efectos de su política en Cataluña. Altos cargos del partido consultados por este diario reconocen que el expresidente catalán ha ganado "notoriedad" gracias a la atención que le brinda el PSOE por ser un socio indispensable en esta legislatura.
El giro del PSOE hacia Waterloo ha removido el tablero en Cataluña, donde ERC y Junts viven en un empate técnico que oscila unos días hacia Oriol Junqueras y otros hacia el expresidente catalán prófugo de la Justicia. La amnistía, en efecto, ha servido para potenciar la pelea entre los independentistas. En ese contexto de guerra caliente, el PSC ya está preparado para un más que previsible adelanto electoral. Fuentes de la dirección consultadas por Vozpópuli dibujan la convocatoria de las elecciones a la presidencia de la Generalitat a partir de septiembre de este mismo año.
En principio, los comicios deberían celebrarse en febrero de 2025. Pero la política nacional tensionará las costuras del oasis catalán. Y más si se siguen produciendo "circos", como describen en el PSOE las negociaciones con Junts en el Congreso de los Diputados con la mente puesta en la votación de los últimos decretos del Gobierno. Aunque en Ferraz creen que esos espectáculos solo perjudican a quien los protagoniza y alienta, en una clara alusión a Junts. El PSC, pese a todo, no se ve mal posicionado para la batalla por la Generalitat.
La pieza del Ayuntamiento de Barcelona
Los socialistas, que ganaron en votos y escaños hace tres años, tienen ganas de que lleguen las elecciones vista la abrumadora victoria del partido en las generales del pasado 23 de julio. "A nosotros la amnistía no nos ha perjudicado en Cataluña. Al revés. Que no haya dirigentes del PSC en el Gobierno de España no es para nada un cortafuegos con el fin de no quemar a los compañeros que vayan en las listas. Pero es verdad que el impulso que nos ha dado es suave. El crecimiento, aún así, es continuado", explica una fuente del PSC que no descarta en absoluto ninguna alianza postelectoral. "No está cerrado que ERC o los 'comunes' sean nuestros socios preferentes. Veremos qué pasa, porque no en este caso no hay apriorismos", zanja esta fuente.
El Ayuntamiento de Barcelona es la otra pieza clave de la batalla. El alcalde, el socialista Jaume Collboni, sigue deshojando la margarita sobre qué socio elegir para gobernar el consistorio que ahora rige en solitario. Lo que está claro es que los 'comunes' tienen cerrada la puerta, sobre todo si quien está detrás es la exalcaldesa Ada Colau. "El sentir de la ciudad es que no quiere más Colau", explican en el PSC. Y eso es lo que tiene al alcalde dudando entre ERC y Junts. Ese pacto será indicativo. El PSC, no obstante, no pone al regidor fecha límite para alcanzar el pacto pese a la urgencia de sacar adelante unos presupuestos para el municipio. "El sentido del pacto está abierto. Y la política nacional no va a influir en él", zanjan.
Los últimos movimientos de Collboni ratifican este sentir. El alcalde socialista sigue sin pisar el acelerador para cerrar un pacto inminente, aunque ya pone en última fila a los comunes. El jueves tenía agendada una reunión con Ada Colau, que parecía que podía dar fruto después de la proposición de crear una alcaldía noctura que podía tomar la exalcaldesa de Barcelona, que sin embargo pospuso. El socialista ha acelerado en las últimas horas la vía de ERC después de que se sentara con Junts para marcas punto en común para la gobernabilidad en Barcelona con Junts antes de reyes.
Sin embargo, la líder de ERC en el Ayuntamiento, Elisenda Alamany, ha expresado que las conversaciones con los socialistas se han "intensificado". Aunque un pacto PSC y ERC no sería suficiente, puesto que solo sumarían 15 concejales si bien da margen a Collboni para sacar adelante convocatorias puntuales con los comunes y Junts. Cabe recordar que Collboni fue reelegido alcalde gracias al apoyo del PP a cambio de que dejara fuera a Colau. Aún así, la exalcaldesa no pierde la esperanza. Ha asegurado en una manifestación este sábado en favor de Palestina que la opción prioritaria de Collboni pasa por el tripartito con los comunes y ERC, que daría un gobierno municipal con una mayoría absoluta de 24 concejales.
Cambio de rasante en las negociaciones que mantiene el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, para ampliar su gobierno. Según ha confirmado este viernes la líder de Esquerra en el consistorio, Elisenda Alamany, los republicanos y los socialistas han "intensificado y acelerado" las conversaciones en los últimos días, lo que ha alimentado una tercera vía que hasta ahora Collboni había mantenido en la recámara . Tal y como ya ha explicado este diario, a pesar de que hasta ahora se había presentado el debate sobre el futuro gobierno de la ciudad como una dicotomía entre un gobierno del PSC con Junts o uno con los comunes y ERC, los socialistas valoraban una tercera opción: la de un acuerdo sólo con Izquierda.
Esta fórmula, que según varias fuentes ahora está sobre la mesa, tiene un inconveniente principal: no garantiza la mayoría absoluta en el Ayuntamiento. Socialistas y republicanos sólo tendrían 15 concejales, por lo que deberían sudar para sacar adelante cada votación clave. Ahora bien, pactar con los de Alamany tiene otras ventajas para Collboni. Por un lado, rompería la imagen de soledad actual. Y, por otro, el acuerdo con ERC no le impediría seguir alcanzando acuerdos puntuales tanto con Junts como con los comunes en función de cada debate, un extremo –el de las mayorías variables– que el alcalde siempre ha dicho que era su preferido.
Fuera de Cataluña los socialistas perciben la amnistía como una visita al quirófano. No gusta, pero tienes que ir
Pero otro cantar es el efecto de la amnistía en el resto de España. Las elecciones gallegas del próximo 18 de febrero serán el primer laboratorio en el que Pedro Sánchez podrá testar los efectos de la llave que le ha dado La Moncloa. Así lo percibe el equipo del candidato, el diputado José Ramón Gómez Besteiro. Los socialistas gallegos están obstinados en nacionalizar la campaña, conscientes de que en elecciones autonómicas no movilizan a sus votantes. "Fuera de Cataluña los socialistas perciben la amnistía como una visita al quirófano. No gusta, pero tienes que ir", explican en el PSC.
El reto que se ha puesto Ferraz en Galicia es movilizar cuatro puntos de voto respecto a las generales. Aunque los socialistas admiten que el BNG de Ana Pontón está fuerte. Pero ven los 27 escaños que buscan como "su carta a los reyes". El PP, según los sondeos internos del PSOE, otea una victoria más justa sobre el umbral de la mayoría absoluta (38 escaños). "Alrededor de 40 o 41 nos sale a nosotros que tendrán. Pero está ajustado. Alfonso Rueda querría una campaña tranquila pero Feijóo con su caravana la va agitar. Si la campaña es nacional, nosotros encantados. Se nos da bien", zanjan fuentes de Ferraz. El PSOE ya está despejando la agenda del presidente del Gobierno para arrastrarle a la campaña gallega. Y a las que estén por venir.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación