Yolanda Díaz defendió el "derecho a ser felices frente a la oscuridad y el odio" en su discurso de una hora contra Ramón Tamames. Para el Gobierno de Pedro Sánchez, la felicidad no es una conquista, una lucha que lleva toda una vida alcanzar, como apuntaba el filósofo inglés Bertrand Russell. Para Moncloa, la felicidad es algo que puede obtenerse vía Real Decreto, o que se puede enseñar en los colegios como las Matemáticas, la Historia o la Lengua Española. El PSOE defiende este miércoles en la Comisión de Educación una propuesta para que la inteligencia emocional sea asignatura obligatoria en todas las etapas educativas.
En la Proposición No de Ley (PNL) llevada al Congreso, los socialistas piden que se impulse "la educación emocional en el currículo de todas las etapas educativas" y que se promuevan "actuaciones de formación tanto para el profesorado como para el resto para la comunidad". Eso sí, "en el ámbito de sus competencias y en colaboración con las Administraciones educativas de las Comunidades Autónomas y conforme a la normativa vigente".
En su exposición de motivos, el PSOE alerta de que tradicionalmente, en el mundo educativo, "el grado de inteligencia ha sido un referente de éxito académico", de tal modo que durante muchos años se pensaba que aquel alumnado que tenía "mayor cociente intelectual y mejores calificaciones académicas era el que conseguía éxito personal y profesional".
Para los socialistas, esto forma parte del pasado, ya que "estudios internacionales concluyen que la inteligencia académica no es suficiente" y que es imprescindible la "inteligencia emocional para lograr éxito en la vida personal, social y profesional". La definición recogida por el PSOE de inteligencia emocional es la acuñada por el psicólogo Daniel Goleman, pionero en la materia: "La inteligencia emocional hace referencia a la capacidad para reconocer los sentimientos propios y ajenos. La persona, por tanto, es inteligente (hábil) para el manejo de los sentimientos".
Según la PNL del PSOE, hay 5 capacidades ineludibles para todo aquel que sea inteligente emocional:
- Conocer las propias emociones y sentimientos, al mismo tiempo que las causas y sus efectos.
- Capacidad para controlar las emociones, adecuándolas a cada momento sin sentirse arrastrados por estas.
- Capacidad para generar motivaciones propias, disfrutando de las tareas que realizamos.
- Reconocer las emociones ajenas, tener empatía, escuchar activamente y comprender la perspectiva del otro.
- Gestionar las relaciones personales para que sean adecuadas en cada momento.
El Gobierno como ejemplo de inteligencia emocional
Estos serían los puntos que el PSOE cree que se deben enseñar y trabajar desde primero de infantil hasta segundo de bachillerato. Los socialistas argumentan que la crisis sanitaria, social y económica generada por la pandemia de covid-19 "ha puesto a prueba nuestras emociones". "La falta de capacidad de adaptación ha generado muchos problemas de salud mental en la población que aún estamos valorando".
El PSOE cree que el Gobierno es el perfecto ejemplo de un ente con buena inteligencia emocional, como demuestra en esta parte de la PNL: "hemos comprobado cómo las personas, las empresas, los organismos o el Gobierno con capacidad de resiliencia, aquellas que han asumido lo que está sucediendo y buscan las oportunidades que se crean, innovando y tomando decisiones, han salido adelante. Y está claro que esa toma de decisiones ha dependido de la inteligencia emocional de las personas, dirigentes o autoridades que están a cargo".
Moncloa y la inteligencia emocional
El Ejecutivo de Sánchez es un firme defensor de la inteligencia emocional como herramienta vital. Tanto es así que el Ministerio de Presidencia contrató por 1.260 euros un curso de 'Resiliencia y gestión emocional' con Creatia Business para los funcionarios de Moncloa. "El objetivo es ofrecer a los alumnos la posibilidad de desarrollar la capacidad de adaptación a los cambios identificando las cualidades personales y competencias profesionales para poder utilizarlas en dicho proceso repercutiendo de una forma positiva en el ámbito laboral", explican fuentes de Presidencia.
El reconocido filósofo Fernando Savater opina de manera bastante distinta que el Gobierno. "La inteligencia emocional es un cuento", subrayó en declaraciones para este medio. "Vivimos un momento donde hay un énfasis político en sustituir lo racional por lo emocional. Cada vez se tienen más en cuenta las emociones y menos la razón. Es un síntoma de los tiempos. Se trata de conseguir el bienestar emocional a través de un atajo, haciendo caso a lo que diga un profesor que en vez de ser un transmisor de conocimiento se convierte en una suerte de hipnotizador. ¿Consecuencia? Habrá niños contentos, pero idiotas", señala el filósofo.
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