Un pueblo abandonado. No es algo raro. En España hay miles de zonas que han sido deshabitadas. Zonas en ruinas, municipios asolados por la guerra, que quedaron sepultados bajo el agua... La geografía española aporta un gran número de pueblos que desde hace tiempo han dejado de ser el lugar de residencia para cientos de personas. Sin embargo, muchos de ellos todavía conservan un gran atractivo y se encuentran entre los más bonitos del país.
Actualmente, se estima que existen en nuestro país cerca de 3.000 pueblos que están abandonados. A estos se le suma también otros que poseen un alto porcentaje de municipios que están a punto de quedar despoblados. Muchos ciudadanos prefieren vivir en lugares con más personas donde se pueden hacer muchos más planes que en un pueblo. No obstante, en algunas ocasiones, los vecinos de un pueblo tienen que abandonar sus hogares y dejar todo atrás por obligación.
Granadilla, el pueblo fantasma de Cáceres
El pueblo medieval de Granadilla se tuvo que convertir en un lugar fantasma hace años. Todos sus vecinos fueron expulsados de él en la década de los 60. Granadilla es un municipio situado en Cáceres que fue fundado por los musulmanes en el siglo IX. A pesar de que todavía se puede visitar y pasear por las calles amurallas, ver la villa en lo más alto del castillo y asomarse en las casas para ver cómo eran, no hay ningún habitante actualmente en él.
No obstante, muchas zonas de este pueblo se mantienen todavía en buen estado. Por ejemplo, las antiguas murallas continúan intactas. Granadilla comenzó su despoblación en la época de la dictadura de Franco. En periodo, España comenzó un proyecto en diferentes partes del país para construir presas. En la zona se decidió llevar a cabo el embalse de Gabriel y Galán en el río Alagón. No fue hasta 1955 cuando las autoridades comunicaron que Granadilla se encontraba en una zona que iba a quedar inundada por la obra y tenía que evacuarse.
En diez años, entre 1959 y 1969, los vecinos que residían en este municipio tuvieron que ser desalojados a la fuerza de sus casas y se reubicaron en otras zonas cercanas a Granadilla. El agua empezó a subir de nivel en 1963 y empezó a cubrir los accesos al municipio, con la excepción de uno de ello. Esto le dio un aspecto de península. Sin embargo, el agua no llego al pueblo, es decir, nunca llegó a inundarse a pesar de que sus habitantes tuvieron que abandonarlo.
A día de hoy, aunque han pasado muchos años ninguno de los vecinos ha regresado a Granadilla. Los habitantes no han recuperado sus casas. Una de las tradiciones que siguen los que algún día fueron vecinos del municipio extremeño es que se reúnen dos veces al año allí en el día de Todos los Santos y en el día de la Asunción de María.
Cuando los habitantes tuvieron que decir adiós a Granadilla y empezar una nueva vida, el pueblo se empezó a convertir en uno de los más visitados. Un destino perfecto para pasar el día puesto que posee un gran encanto al estar completamente rodeado por agua. De hecho, pasado un tiempo se empezaron a realizar trabajos de rehabilitación y de recuperación. Estos trabajos se ejercieron y centraron principalmente en las murallas y en el castillo.
Granadilla fue considerado como Conjunto Histórico-Artístico en 1980 y ahora se ha convertido en una especie de museo gratuito al aire libre que está supervisado por el Organismo Autónomo de Parques Nacionales. Además, en 1984 fue incluido en el Programa Interministerial de Pueblos Abandonados que permite la restauración del pueblo con fines sociales y educativos.
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