El adelanto electoral en Cataluña ha hecho que el foco se ponga irremediablemente en Carles Puigdemont. Aunque desde Junts no cierran la puerta a que el expresidente catalán se presente a los comicios convocados para el 12 de mayo, su situación procesal no juega a su favor. La misma está ligada a la aprobación de la ley de amnistía que con total seguridad se dilatará a su paso por el Senado.
Fuentes jurídicas consultadas por Vozpópuli explican que no concurre causa de inelegibilidad para Puigdemont, de acuerdo a lo expuesto en la Ley Orgánica 5/1985, de 19 de junio, del Régimen Electoral General. De hecho, el artículo sexto de esta norma determina que son inelegibles los condenados por sentencia firme o los condenados -aunque no sea en firme- por delito de rebelión. Del mismo modo la ley impide concurrir a las elecciones a los integrantes de organizaciones terroristas condenados por delitos contra la vida, la integridad física o la libertad de las persona.
Se trata de requisitos que no cumple Puigdemont. Con todo, tiene dos frentes judiciales abiertos en España, además de una orden de detención nacional que mantiene vigente el magistrado del Tribunal Supremo, Pablo Llarena. En relación al primero de los frentes cabe recordar que el alto tribunal le procesó en rebeldía por su implicación en el procés. Sin embargo, nunca se sentó en el banquillo de los acusados al encontrarse huido en Bélgica desde 2017.
Puigdemont y la amnistía
El magistrado Pablo Llarena le procesó por delito de sedición, malversación y desobediencia. Los partidos independentistas, con el respaldo de Moncloa, reformaron el Código Penal de manera que la sedición se derogó y la malversación de caudales públicos se rebajó acorde a lo pactado con Junts. La desobediencia, por su parte, no lleva aparejadas penas de prisión.
Por otro lado, en noviembre la Audiencia Nacional le puso en la diana del caso de Tsunami Democràtic por su presunta implicación en el nacimiento y monitorización del movimiento. El magistrado instructor derivó su parte al Tribunal Supremo al tratarse de una persona aforada por su condición de eurodiputado. La Sala de lo Penal ha acordado, por unanimidad, investigarle por delito de terrorismo.
Se trata de procedimientos graves que se anularán toda vez que entre la amnistía en vigor. Ello le permitiría concurrir a los comicios sin problemas pero el escollo lo plantea el calendario de su aprobación. Este jueves el Congreso de los Diputados aprobará previsiblemente la ley que el PSOE pactó a cambio de garantizar la investidura de Pedro Sánchez. La norma llega al Pleno tras varios desencuentros con Junts, que busca atar hasta el último fleco para amnistiar a Puigdemont.
El calendario electoral
El calendario electoral, adelantado por ERC perjudica especialmente al expresidente catalán puesto que los plazos que se manejan para aprobar la ley van más allá del 12 de mayo. A todo ello hay que añadir que una vez entre la norma en vigor los tribunales que dirimen causas del procés casi con total seguridad consultarán acerca de la constitucionalidad de la norma.
De este modo, se prevé que se plantee una cuestión de inconstitucionalidad ante el tribunal de garantías así como una cuestión prejudicial ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) que conllevaría la paralización del procedimiento que formule dicha cuestión.
Además, Puigdemont también está pendiente de que este último órgano pronuncie la última palabra sobre la retirada de su inmunidad. El TGUE desestimó el pasado verano su recurso contra la decisión del Parlamento Europeo de suspender la inmunidad de la que goza como europarlamentario y ahora, tras recurrir el líder de Junts, tiene que pronunciarse el TJUE. El órgano fallará sobre su escaño el próximo 11 de abril.
La estrategia de ERC
El presidente catalán, Pere Aragonès, ha convocado este miércoles elecciones para próximo 12 de mayo tras ver cómo el parlamento ha tumbado su proyecto de presupuestos, que solo han apoyado ERC y el PSC. El adelanto, el cuarto desde 2010, complica la legislatura al PSOE en Moncloa, puesto que las cuentas generales se verán previsiblemente prorrogadas. La campaña en Cataluña hará imposible cualquier acuerdo en Madrid, con los dos grandes partidos independentistas, Junts y ERC, en guerra directa.
La amnistía también marcará la campaña. De momento, Junts desliza que su candidato será el expresidente Carles Puigdemont, aunque se trata de un brindis al sol. Ya que aunque la medida de gracia se aprobará este jueves en el Congreso, su aprobación definitiva se dilatará hasta dos meses por el bloqueo al que el PP la someterá en el Senado.
La jugada de ERC es clara: por un lado, desarticular a Puigdemont. Los comicios catalanes estaban programados para febrero del año que viene. En esa fecha, el escenario judicial podía posibilitar la candidatura de Puigdemont. Los de Junqueras quieren dejar fuera de juego al expresidente, complicándole un regreso triunfal al Palau de la Generalitat. Y los comunes, que también se han propuesto la convocatoria, intentarán robar todo el voto posible al PSC. El candidato de los socialistas, Salvador Illa, está salpicado por las compras de mascarillas de la trama del caso Koldo que tiene en vilo al PSOE.
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