La coalición inicia su cortejo a Carles Puigdemont. El PSOE y Sumar han activado a sus almas catalanas -el PSC y los 'Comunes'- para entablar contacto con el expresidente catalán huido de la Justicia tras el punto álgido del procés, en 2017. Tanto Pedro Sánchez como Yolanda Díaz saben que necesitan al menos la abstención de Junts para reeditar el ejecutivo. Sumar fue el primero que anunció intermediario: Jaume Asens. Aunque Junts, a última hora del lunes, negó cualquier contacto oficial con el partido de la vicepresidenta. Mientras, Ferraz niega que ya converse con Puigdemont, pero el PSC es quien tiene vía libre para hablar con él, según varias fuentes socialistas consultadas por este diario.
"Creemos que para que las conversaciones prosperen tenemos que contar con los mejores. Es la hora del diálogo. Para nuestro espacio es un lujo contar con alguien de la trayectoria de Jaume Asens, que ha demostrado en el pasado su capacidad de acuerdo. Creemos que con su conocimiento de la realidad política catalana, así como su buena relación con muchos de los espacios llamados a entenderse, será más fácil llegar a un acuerdo. Así que desde hoy le hemos pedido que sea él quien lidere las conversaciones en nombre de Sumar", explicitó el partido en un comunicado.
Puigdemont vuelve a colarse en la vida interna de los socialistas casi tres semanas después de que explicara en una entrevista que miembros del PSOE le ofrecieron el indulto a cambio de que decidiese venir a España y declarase ante el juez Pablo Llarena; algo que Ferraz se apresuró a desmentir. Aunque una fuente socialista muy relevante en las negociaciones del primer gobierno de Sánchez, explica: "Era imposible hablar del indulto si no cumplía prisión". En el PSOE, además, apuntan al ministro de Cultura, Miquel Iceta, como más que probable interlocutor con el 'exiliado' de Waterloo en la actualidad.
Las cábalas de Junts
Por el momento, en Junts ya hacen cábalas con las opciones que les abre convertirse en la llave de Pedro Sánchez para seguir en Moncloa. El mismo día de las elecciones, el pasado domingo, ya advirtieron de que no harían presidente a Sánchez "a cambio de nada". El problema es que Junts, pese al dominio de Puigdemont, es un partido con dos almas: una pragmática, heredera de la antigua Convergencia y representada por políticos como Xavier Trías, y otra más rebelde, a la que le interesa hacer zozobrar al Estado y provocar inestabilidad para crecer en Cataluña. En el PSOE se respira tranquilidad y parecen estar convencidos de que Sánchez podrá revalidar el Gobierno. Poco importa que las condiciones que aparentemente exigirá Junts (amnistía y referéndum de autodeterminación) sean imposibles.
Cabe recordar que Sumar tuvo un lío en el estreno de la campaña con el derecho de autodeterminación. Y ese lío molestó al PSOE especialmente. Precisamente fueron los 'comunes', el alma catalana del partido de la vicepresidenta segunda, quienes pusieron el referéndum encima de la mesa. La cabeza de lista por Barcelona, Aína Vidal, anunció que sería una de las propuestas electorales de Sumar, aunque finalmente recularon. Pero el equipo de la vicepresidenta, en conversación con este diario, matizó el asunto. Su plan es que se vote el acuerdo que salga de la mesa de dialogo con "un nuevo encaje de Cataluña en España".
El lío de Sumar con el referéndum
Es más, achacan al mero interés de En Comú Podem por la disputa política en Cataluña esa consulta: "Otra cosa es que los comunes, como horizonte a largo plazo, defiendan que Cataluña pueda votar sobre su independencia". Vidal, sin embargo, insiste en que su partido "no se ha movido": "Cataluña tiene que poder votar su futuro. Puede que la diferencia con otras fuerzas es que para nosotras no es una excusa para seguir avanzando en muchas otras materias".
Mientras en el PSOE entienden que tanto el resultado del 28-M como el del 23-J en Cataluña, donde las opciones independentistas sufrieron un fuerte retroceso (más acusado para ERC), es todo un éxito a su estrategia. El golpe que se llevaron los de Oriol Junqueras se lee en clave de castigo de los acólitos del secesionismo por su fase de diálogo con el Estado y de abandono del 'procés'.
Y eso que Moncloa lleva meses gritando a los cuatro vientos que el proceso soberanista ha muerto gracias a su acción. La ahora improbable llegada al Gobierno de España del PP y Vox ha enfriado los motores de las bases independentistas en Cataluña. Solo la activación de las euroórdenes de detención contra el expresidente catalán puede reactivar el gen independentista que impida al PSOE contar con Junts. A Puigdemont le interesa un gobierno de PP y Vox. Toca esperar para conocer el desenlace.
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