La mano derecha de Carles Puigdemont en Bélgica costeó vuelos de importantes actores del separatismo catalán para urdir la creación de una república desde Waterloo. La Guardia Civil ha desvelado en un informe que el empresario Jaume Cabaní es el titular de la tarjeta desde la que se pagaron los vuelos a Bruselas del escolta del entonces mandatario regional, Quim Torra, y también de dos imputados en la causa de los CDR que se sigue en la Audiencia Nacional.
Precisamente, los hallazgos se han producido en el marco de estas diligencias abiertas en 2018 contra una decena de radicales acusados de delito de terrorismo. Con el avance de estas pesquisas los agentes pusieron el foco en un nutrido grupo de empresarios, mossos, bomberos y hasta sanitarios que se reunieron en torno al ente bautizado como 'Escuts per la República'. El movimiento, coordinado desde Bélgica por los políticos prófugos del procés, buscó implementar una estrategia digital para impulsar su proyecto.
En ese contexto entran en escena David Ollé y Roger Vilaseca. La Guardia Civil se fijó en estos informáticos por gestionar la plataforma digital del 'Consell per la República Catalana'. Su papel activo en la "parte técnica del entramado" llevó a los agentes a vigilar sus viajes al extranjero, máxime teniendo en cuenta que informaron de esta estrategia al equipo de gobierno de Puigdemont huido a Bélgica.
Puigdemont, en el epicentro
Por ello, la Audiencia Nacional requirió el pasado mes de abril a la compañía Vueling que facilitaran todos los datos posibles relativos al viaje que realizaron el 14 de febrero de 2019 Ollé y Vilaseca desde Barcelona a Bruselas. La respuesta, adherida a la pieza secreta a la que ahora ha tenido acceso Vozpópuli, desvela que los gastos se pagaron con una tarjeta a nombre de Jaume Cabaní.
Los datos se consideran de una evidencia indubitada de la implicación de los agentes de los Mossos en servicios de seguridad de la dirigencia secesionista en situación de rebeldía. No se descarta que intervinieran gestores de la administración catalana
La Guardia Civil define a este empresario como una de las personas de total confianza de Carles Puigdemont, hasta el punto de haberse instalado con él en Bélgica tras su huida en 2018. Cabaní, considerado como contable del exlíder de Junts, incluso figura como uno de los gestores de Catglobal, asociación registrada a través de la legislación belga de la que se sirve el ala más radical del separatismo para formalizar legítimamente las actividades del 'Consell per la República Catalana' desde el exterior.
Ante los datos obtenidos y el vínculo que se trazó entre los imputados y los políticos prófugos, la Audiencia Nacional volvió a requerir a la compañía aérea ya en mayo de 2019 que informase acerca de vuelos costeados con la tarjeta bancaria de Cabaní. El resultado vino a confirmar sus sospechas sobre la implicación de agentes de los Mossos d'Esquadra en esta facción del CNI catalán.
El escolta de Torra
Los agentes descubrieron que costeó reservas de Lluis Escolá Miguel y de Joan Carles Coll, escoltas de Puigdemont y de Quim Torra, respectivamente. Como informó este medio, el primero de ellos figura como colíder de la organización clandestina 'Escuts per la República', que surge como fuerza insurgente en pleno proceso soberanista. Los agentes destacan la gravedad de que el otro de los implicados fuera el escolta del entonces presidente de la Generalitat de Cataluña, a quien también vinculan con esta facción radical.
"Los datos expuestos se consideran una evidencia indubitada de la implicación de agentes del cuerpo de Mossos d'Esguadra en activo, intermediados por el sargento Lluís Escolà Miguel, en servicios de protección y seguridad de la dirigencia secesionista en actual situación de rebeldía procesal instalada en Bélgica, servicios en cuya gestión no se descarta que interfieran asimismo personalidades gestoras de la administración catalana, dato aún por constatar", reza el oficio.
De las escuchas interceptadas también se desprende que todos ellos estaban inmersos en la creación del 'Consell per la República Catalana'; aunque el diseño parte de Puigdemont y del resto de "dirigentes secesionistas en rebeldía". La finalidad era agrupar una importante base social afín, previo pago, para obtener una identidad republicana. El modelo estaba inspirado en Letonia y constituía el paso previo a la pretendida independencia.
Fin de la operación Judas
Los agentes destacan que la plataforma digital se impulsó en paralelo al grupo Escuts per la República, facción esta última que ideó Ramir de Porrata "con la conformidad" del entonces presidente catalán, Quim Torra. Del mismo modo advierten de los encuentros que este empresario celebró con otros protagonistas políticos, tales como el propio Puigdemont o la entonces consejera de Presidencia, Elsa Artadi.
Con todo, uno de los grupos que ha ostentado mayor protagonismo en estas acciones son los CDR. De hecho, los agentes han llegado hasta este punto partiendo de la investigación que se ha seguido en la Audiencia Nacional contra una docena de miembros de los Equipos de Respuesta Táctica, el ala más radical de los CDR. El Instituto Armado ha terminado estrechando el cerco a la entonces cúpula de la Generalitat así como a los huidos en Bélgica a raíz de las pesquisas que se abrieron en una pieza secreta de estas diligencias.
El magistrado ha puesto punto y final a la investigación de la conocida como operación Judas. El instructor entiende que hay indicios de sobra para llevar al banquillo a la docena de acusados, a los que les atribuye las actuaciones más radicales de los CDR así como el plan de intentar ocupar el Parlament, siguiendo de esta forma los objetivos trazados por el CNI catalán.
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