Josep Lluís Alay, mano derecha de Carles Puigdemont, mueve ficha en la causa de la trama rusa del procés. El asesor del expresidente catalán ha pedido al juzgado del caso Voloh que remita al juzgado Decano de Barcelona su petición de investigar en unas diligencias separadas todo lo relacionado con la carta anónima que recibió el juzgado en diciembre sobre estas conexiones.
El motivo reside en que, a su juicio, esta misiva anónima no proviene de un trabajo periodístico como así se sostiene, sino que recoge información que pertenecía al teléfono del empresario imputado Víctor Tarradellas. Por ello considera que todo lo relativo a la trama rusa del procés es un "delirio" que tiene su origen en una prueba interna de la causa.
Así consta en un escrito que ha remitido al Juzgado de Instrucción número 1 de Barcelona, y al que ha tenido acceso Vozpópuli. El documento denuncia que datos reservados del procedimiento -como es el contenido del teléfono de uno de los imputados- se puso "en manos de terceros" que realizaron artículos periodísticos los cuáles propiciaron la redacción de la carta anónima.
"Llegaron en forma de cartas anónimas y sobre ellos el juzgado construye una asombrosa persecución relativa a una supuesta trama rusa", reza el escrito que firma el letrado Gonzalo Boye. La carta anónima a la que alude, y que tuvo entrada el pasado mes de diciembre, es relevante para el magistrado Joaquín Aguirre, según consta en el auto por el cual prorroga medio año más estas diligencias.
La carta anónima sobre la trama rusa
Entonces el instructor explicó que se han afianzado los presuntos vínculos del entorno de Puigdemont con el Kremlin y que las nuevas evidencias surgidas hacían necesario seguir investigando estos lazos. En relación a la misiva, el juez expuso que la recibieron el 28 de diciembre y que contenía unos recortes de prensa elaborados por el equipo de investigación periodística internacional Proyecto de denuncia de la corrupción y el crimen organizado (OCCRP, por sus siglas en inglés).
La nota denunciaba que Puigdemont recibió a Nikolai Sadovnikov, un enviado de Putin, el 26 de octubre de 2017, en sus últimas horas como presidente de la Generalitat de Cataluña. Se trata de un antiguo diplomático ruso que actuaba a las órdenes directas de Putin y que había trabajado en otras misiones para Siria o Libia.
Al respecto, explicó que la persona que medió para que Puigdemont recibiera al emisario de Putin fue Víctor Tarradellas y que en la reunión se puso sobre la mesa una oferta desde Moscú de "varios miles de soldados y de millones de dólares" a cambio de apoyar la independencia de Cataluña.
La Guardia Civil no fue capaz de identificar las personas detrás de estos supuestos contactos 'rusos', no solo en lo referente al uso de criptomonedas sino tampoco en el delirio referido al posible envío de soldados rusosEscrito de Alay
Al respecto, Alay -a quien se le incautaron centenares de conversaciones hablando de sus lazos con Rusia- sostiene que esta información proviene del sumario y que, por tanto, no solo no tiene relevancia periodística, sino que además los hechos merecen la apertura de unas diligencias separadas para investigar el asunto.
El asesor de Puigdemont sostiene que no es la primera carta anónima que llega al juzgado. Según explica, ocurrió lo propio el 23 de enero de 2020 cuando también se alertó de manera secreta de las actuaciones de personas rusas en Barcelona. "Esa primera carta anónima no arrojaba ninguna conexión tangible, mínimamente racional entre lo obrante en las presentes actuaciones y la bautizada como trama rusa, que es una realidad inexistente", afirma.
El teléfono del amigo de Puigdemont
De hecho, asegura que este procedimiento ha pasado de estar paralizado a nutrirse de supuestos anónimos basados en artículos de prensa construidos a partir del contenido del teléfono del Sr. Tarradellas", afirma. Por ello, reitera que la información periodística enviada al juzgado contiene "una serie de informaciones, chats y fotografías que han sido extraídas inequívocamente del disco que almacena el contenido íntegro del teléfono incautado a Tarradellas".
En concreto refiere que las informaciones periodísticas aludieron al emisario ruso Sadonikov por los mensajes que éste se intercambió con Tarradellas y que quedaron en poder de los investigadores toda vez que analizaron su teléfono móvil. Del mismo modo identificaron la llegada de su vuelo procedente de Moscú gracias también a otro mensaje guardado en el dispositivo y se alude a comunicaciones con terceros. Se trata de ejemplos que demostraría que la única fuente es dicho terminal.
"Los hechos son de tal gravedad, constitutivos presuntamente de varios diversos delitos, que requieren que este Juzgado proceda a desglosar el presidente escrito y remitirlo al Juzgado Decano de Barcelona para que lo turne por reparto al órgano jurisdiccional que por turno corresponda para investigar estos hechos, identificar a sus autores y establecer las correspondientes responsabilidades que de ellos se desprendan", sentencia la mano derecha de Puigdemont.
Sin embargo, el juez Aguirre sostiene que hay base para seguir tirando del hilo y, de hecho, ha apuntado que resulta "procesalmente necesario" comprobar, por un lado, si en el teléfono de Tarradellas o de otros imputados aparecen más datos de interés y, por otro, contrastar la veracidad de los chats de Alay. Los mismos revelarían "de manera inequívoca" sus contactos con "altos dirigentes del Kremlin" y también viajes a Rusia "para entrevistarse con los más altos capos de la mafia rusa".
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