Un empresario con nacionalidad andorrana actualmente en prisión compareció como testigo protegido en la Audiencia Nacional en calidad de persona de la más estrecha confianza de la familia Pujol. Dice que empezó con 19 años haciendo encargos para el clan y que terminó creando “300 sociedades en 40 países” y moviendo dinero para otros políticos catalanes al Principado de Andorra por orden del extesorero de Convergència, Daniel Osàcar. "Gente que trabaja en obra pública, que sale en televisión, que son más políticos", confesó.
Daniel Osàcar, histórico responsable de las finanzas del partido de Pujol, ha ingresado este jueves en la cárcel para cumplir condena por su papel en el desfalco del Palau de la Música. Tiene por delante una pena de tres años y medio y una multa de 3,7 millones de euros por un delito de blanqueo de capitales, en concurso medial con falsedad en documento mercantil y falsedad contable. Lo ha hecho en la cárcel de Brians II, precisamente en la que se encuentra el testigo protegido que compareció ante De la Mata para describir décadas de corrupción en torno a los Pujol.
Esta persona detalló al juez durante una hora la existencia de una cuenta en un banco de Nueva Zelanda con 102 millones euros (179,5 millones de dólares neozelandeses) en la que el despacho “Boye Abogados” (fonética) tenía firma mancomunada con él y con Jordi Pujol Ferrusola. Gonzalo Boye es el actual abogado de los dos últimos presidentes de la Generalitat catalana, Quim Torra y el huido Carles Puigdemont.
Este periódico se ha puesto en contacto con el letrado. Niega los hechos, afirma que no conoce a la familia Pujol y precisa que su despacho se llama “Boye-Elbal y Asociados”. En un momento del interrogatorio, el juez le pregunta al testigo si la firma mancomunada es de una forma o un particular: “El Boye, que ahora tiene otras causas y por eso le quieren sacar”. Durante su comparecencia no volvió a hacer más referencias a esta persona.
Prestó declaración el 12 de diciembre de 2019 ante el juez De la Mata y la Fiscalía. El magistrado dio veracidad a su testimonio hasta el punto de ordenar diligencias internacionales en una pieza separada secreta de la que se acaba de levantar el secreto. Compareció en calidad de testigo con obligación de decir la verdad.
Dijo conocer a la familia Pujol en profundidad: “He estado en su vivienda en General Mitre en Barcelona, en su casa del Pirineo, en el Pirineo oriental francés y en varios domicilios de Oriol, Jordi y todos los colaboradores de él. En Andorra han estado en mi casa más de 30 veces”.
“Yo voy a informar de unos hechos que los conozco porque son delictivos y lo que se está preparando que es bastante grave”, introdujo el testigo protegido, que el 14 de noviembre ya había declarado en prisión ante la Policía. Admitió que durante años prestó servicios para la familia Pujol y se reconoció fascinado por haber recibido la oportunidad de trabajar desde los 19 años para la familia del presidente de Cataluña con “encargos” que le hacían.
Esos trabajos eran servicios financieros. “Era por ejemplo decir: ‘Oye, a ver si me puedes encontrar qué precio paga más un plazo fijo'. Porque yo tengo residencia y nacionalidad en Andorra. Después te piden para buscar una casa. Más adelante para cumplir con las operaciones que me pedían, pues fueron aumentando el grado de confianza hasta que empecé a tocar temas offshore. No se le llamaba evadir impuestos sino países donde era más fácil hacer operaciones. Pero luego hubo una línea negra que he estado viendo durante muchos años de la que no quiero participar”.
El juez le pidió expresamente que explicase a qué se refería con la línea negra y el testigo admitió que hablaba de actividades delictivas. “La línea negra es cuando, en lugar de dedicarse a asesorar, se pasó a la línea negra, cuando hablamos directamente de países donde podemos esconder un dinero para que no se sepa que es nuestro en paraísos donde no consta quién es el administrador. Cuando empezamos a hablar de todo eso es cuando yo llamo la línea negra”, detalló este testigo quien dijo haber mantenido contacto con la familia en 2019.
También admitió haber llevado dinero desde España hasta Andorra. “Al principio eran pequeñas cantidades, en Andorra el tema del efectivo era el pan de cada día, subir y bajar dinero. Eran cantidades de 100.000 pesetas, 300.000 pesetas, un millón de pesetas, una vez me dieron cinco millones de pesetas”, dijo este colaborador de la familia Pujol, quien admitió cobrar comisiones a cambio de ingresar esas cantidades en todos los bancos del Principado, desde la antigua BPA (Banca Privada de Andorra) hasta Andbank.
Al principio las cuentas eran nominativas y después numeradas, según dijo. Afirmó conocer a todos los gestores de los bancos en Andorra y citó varios nombres ante el juez y detalles concretos y ubicaciones de entidades bancarias. El juez se interesó por el origen de los fondos. El testigo contó que al principio no, pero que luego se dio cuenta "de que había demasiado dinero y que no venía de donde ellos decían que venía”.
“Cuando te viene gente que ya trabaja en obra pública, que sale por la televisión, que son políticos, directores de contabilidad de los partidos, cuando te viene Osàcar (Daniel Osácar, histórico tesorero de Convergència Democrática de Catalunya)... Venían para darme dinero, los Pujol decían que yo también les iba a arreglar el tema fiscal y poner el dinero a buen recaudo”.
Declaró que le entregaban ese dinero para cuentas de los miembros de la familia Pujol y que las indicaciones se las daba un conocido abogado catalán y Osàcar. “Después también venían de parte suya (en relación a Osàcar): ‘como lo haces tan bien ¿me puedes mirar esto?’”. “He constituido más de 300 sociedades mercantiles en más de 40 países, gestionadas y encargadas por ellos y se las he hecho yo”, aseveró.