España

Argelia, Marruecos y el peligro de un gaseoducto que puede congelar a España

Una vez más España se encuentra en el fuego cruzado de una guerra fría que dura ya demasiado tiempo. Marruecos y Argelia, vecinos y enemigos en el Magreb, rompieron las

Una vez más España se encuentra en el fuego cruzado de una guerra fría que dura ya demasiado tiempo. Marruecos y Argelia, vecinos y enemigos en el Magreb, rompieron las pocas relaciones diplomáticas que mantenían el pasado 24 de agosto, aunque no hay que olvidar que la frontera entre ambas naciones lleva cerrada desde 1994. Estas nuevas tensiones pueden suponer para los españoles un nuevo incremento en la factura de la luz en un invierno que ya se avecina complicado por la subida de precios de las materias primas en el mercado global y complica aún más el juego diplomático que Exteriores debe llevar a cabo en el Norte de África.

Pese a los intentos de Estados Unidos de liderar el suministro de gas de esquisto a España, Argelia sigue siendo el principal suministrador de esta materia prima del país. Este material se transporta a la península Ibérica a través de dos gaseoductos. Uno de ellos recorre el mar Mediterráneo y llega hasta Almería, pero otro atraviesa Marruecos para pasar por el Estrecho de Gibraltar con destino Córdoba. Argelia ha utilizado esta última ruta entre 2016 y 2020 para transportar un total de 34,8 Km3 de gas, el 52% de todo lo que ha exportado España en ese período, según un informe de la agencia S&P.

Teniendo en cuenta estos datos, todas las alarmas han saltado con la insinuación a finales del agosto del ministro de Energía argelino, Mohamed Arkab, de que no renovará el acuerdo a tres bandas que permite transportar gas desde Argelia a España pasando por Marruecos que caduca el próximo 31 de octubre. Esta situación ha motivado el viaje de urgencia del ministro de Exteriores, José Manuel Albares, junto a los directivos de Naturgy y Enagás a Argel esta semana.

Arkab aclaró que Argel mantiene el compromiso de cubrir toda la demanda de España a través del Medgaz, el otro gaseoducto que transporta el gas hasta Almería y que gestionan Naturgy y la argelina Sonatrach. “Incluso si no se renueva el contrato, Argelia puede suministrar a España sin problemas e incluso responder a cualquier demanda adicional del mercado español”, ha señalado el director de la argelina Sonatrach, Toufik Hakkar.

Pese a los mensajes tranquilizadores de Argel, si la crisis diplomática del Magreb lleva a una paralización de las exportaciones del gaseoducto que atraviesa Marruecos, España se verá obligada a importar parte del gas que consume por vía marítima y eso incrementaría los costes del suministro en un invierno de precios altos. Fuentes del Ministerio de Exteriores admiten a Vozpópuli que reconducir la situación en Marruecos y Argelia va a ser muy complicado, aunque aseguran que Argel ha garantizado el suministro de gas a España. A pesar de ello no se pueden descartar incrementos de precio por el coste del transporte.

“Aunque se está negociando la renovación del contrato, las perspectivas son negativas por el enconamiento de las relaciones entre Argelia y Marruecos debido al conflicto de soberanía por el Sáhara Occidental”, indican los analistas de S&P en un informe de principios de septiembre.

Un pulso sin tregua

Marruecos y Argelia libran un pulso político y diplomático tanto a nivel regional como internacional que parece no tener tregua. Ambos llevan años buscando apoyos y alianzas para imponerse en la política regional, lo que ha impedido una mayor integración comercial y económica entre los países del Magreb. El principal escollo del conflicto es la cuestión del Sáhara Occidental, la excolonial española. Las disputas se han incrementado hasta una agresividad peligrosa este verano a raíz de la atención médica recibida por Brahim Ghali, líder saharaui, en España.

“Cualquier tipo de escalada entre Marruecos y Argelia siempre es problemática para España al compartir casi una frontera directa. Además, hay que tener en cuenta que se trata de países en los que el peso del Ejército es muy importante. Que se desate un conflicto armado es difícil, pero no imposible”, asegura Elsa Aimé, doctora en Relaciones Internacionales y Estudios Africanos y profesora de la Universidad Pontificia Comillas en declaraciones a Vozpópuli.

También hay que tener en cuenta que la falta de cooperación entre los servicios secretos marroquíes y argelinos puede ser preocupante a la hora de frenar el terrorismo yihadista, que se ha hecho fuerte en la zona del Sahel.

El reto para la diplomacia española en este terreno es mantener los cauces de diálogo y evitar el choque direcro. “Es importante que España no se deje llevar a las posiciones de uno y otros y que se suscrita siempre al derecho internacional, algo que Marruecos quiere alterar en el caso del Sáhara para evitar la celebración del referéndum de autodeterminación que exige la ONU”, concluye Aimé.

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