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Radiografía de Jaïda S.A., la empresa afín a Mohamed VI que Sánchez riega con 21 millones

La compañía pertenece a una firma bajo gestión de un hombre de máxima confianza del rey de Marruecos. Las participaciones se dividen en cinco firmas en fracciones desiguales

El Consejo de Ministros ha dado luz verde en las últimas semanas a la concesión de sendas partidas por un valor total de 21 millones de euros a la empresa Jaïda S.A., afín a Mohamed VI, justificados en la “promoción del desarrollo”, coincidiendo con la nueva etapa de las relaciones diplomáticas entre Madrid y Rabat. Se trata de un préstamo de 20 millones y una donación de un millón de euros que han suscitado el interés parlamentario, traducido en el registro de preguntas dirigidas al Gobierno sobre los motivos que fundamentan esta decisión.

¿Quién mueve los hilos de esta empresa? ¿Cuál es su ámbito de actuación? ¿Qué criterios esgrime Moncloa para destinar 21 millones de fondos públicos a la firma que desde algunos foros se vincula al entorno del rey alauí?

El Consejo de Ministros aprobó la primera partida en su reunión del pasado 11 de octubre, un préstamo por “un importe máximo de 20.000.000 de euros a Jaïda S.A. del Reino de Marruecos”, con cargo al Fondo para la Promoción del Desarrollo. Moncloa afirmó entonces que se trata de “una sociedad financiera marroquí que opera desde Rabat y que viene desempeñando un papel clave en el apoyo a la inclusión financiera en Marruecos”.

Dos meses más tarde, el 27 de diciembre, el Ejecutivo anunció una nueva inyección financiera a Jaïda S.A. En este caso mediante una donación -no por préstamo, como en el caso anterior- por valor de un millón de euros, de nuevo con cargo al Fondo para la Promoción del Desarrollo.

El Consejo de Ministros afirmaba que el motivo de la donación era sufragar dos proyectos: la “creación de productos para financiar y apoyar los ecosistemas de cooperativas en Marruecos” y la “extensión de la actividad de JAIDA, S.A. [sic] hacia la financiación de la economía social y solidaria en Marruecos”.

Un hombre próximo a Mohamed VI

En un contexto marcado por la convulsión diplomática entre Madrid y Rabat, y la posterior restitución de las relaciones bilaterales, no ha pasado desapercibida la entrega de 21 millones de euros a la empresa Jaïda S.A. de origen marroquí. El diputado del grupo mixto Pablo Cambronero registró varias preguntas en el Congreso de los Diputados para que el Gobierno explicara los motivos de las dos inyecciones financieras aprobadas por el Consejo de Ministros.

Jaïda S.A. es una entidad que pertenece al Grupo CDG Caisse des Dépôts et Gestion, una institución financiera pública que, desde el pasado 13 de julio, está dirigida por Khalid Safir. La prensa marroquí lo define como un hombre que ha desempeñado “puestos destacados” dentro de los ministerios del reino alauí, entre los que destacan el papel de secretario general del Ministerio de Economía y Hacienda o diversos cargos en el de Finanzas.

Antes de confiarle la dirección del grupo CDG, Mohamed VI recurrió a él como gobernador de diversas regiones y prefecturas marroquíes: una persona de la máxima confianza del monarca marroquí.

La participación de Jaïda S.A.

La información que maneja el Gobierno español sobre el accionariado que constituye Jaïda S.A. se remonta a finales de 2020, tal y como consta en una respuesta parlamentaria redactada por el propio Ejecutivo consultada por Vozpópuli. En ella se detalla que CDG, dirigido por Khalid Safir, controla el 32% de la participación en Jaïda S.A. El Grupo francés Caisse des Dépôts CDC -que mantiene una alianza estratégica con la CDG desde hace más de una década- dispondría de otro 18,3%.

El resto de participaciones de Jaïda S.A. recaen en el Banco de Desarrollo Alemán (KfW), en un 31,4%; en la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD), con un 9,1%; y en el banco público Barid Al Magrhib (La Poste Maroc), con el restante 9,1%. “Todos ellos socios fundadores salvo La Poste, que se incorporó en 2010, y todos de titularidad pública”, detalla Moncloa en su respuesta.

El Gobierno español enmarca la inyección financiera a Jaïda S.A. en “el ámbito de la Política de Cooperación al Desarrollo”, al considerar que contribuye a “la expansión de la cartera de préstamos dirigida a la micro y pequeña empresa de Marruecos”.

En concreto, destaca el papel de la empresa en la concesión de “préstamos senior, para apoyar el crecimiento de todo tipo de microfinanciera; préstamos subordinados, para aquéllas que requieren reforzar la estructura de su balance y atraer financiación privada; y préstamos temáticos”.

Las relaciones Madrid-Rabat

La concesión de 21 millones de euros llega en un momento en que Madrid y Rabat tratan de asentar las bases de sus nuevas relaciones bilaterales, tras el reconocimiento de Pedro Sánchez a los planes de soberanía alauí sobre el Sáhara y a expensas de la reunión de alto nivel que se celebrará en los próximos meses, que reunirá al presidente español y a Mohamed VI.

Todo ello tras superar la ruptura diplomática que supuso el ingreso hospitalario en Logroño del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, y la posterior irrupción de miles de personas por vías irregulares en Ceuta con la connivencia de las autoridades marroquíes.

Al mismo tiempo, un juez trata de determinar el origen del espionaje de los teléfonos móviles de varios miembros del Ejecutivo -incluido Pedro Sánchez- mediante el software Pegasus. La oposición, bajo la voz cantante del Partido Popular, sugiere que el origen de las injerencias podría proceder de Marruecos, a quien ya se ha acusado de intervenir terminales de políticos y profesionales de la información internacionales, incluido el periodista español Ignacio Cembrero.

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