Matriano Rajoy sigue desde Moncloa los acontecimientos de vértigo que se suceden en Cataluña. Rodeado de su núcleo duro, con Soraya Sáenz de Santamaría al frente, vive las horas más amargas de su mandato. El presidente del Gobierno mantiene informado al Rey, que ha despejado su agenda para la próxima semana.
El jefe del Ejecutivo ha conservado a lo largo de la jornada con Pedro Sánchez y con Albert Rivera. Mantener la unidad de los partidos constitucionalistas es objetivo prioritario. El líder socialista le ha transmitido su discrepancia por determinadas actuaciones de las fuerzas del orden durante el desalojo de los colegios electorales. De ahí la dureza con la que se expresaron el número dos del PSO, José Luis Ábalos, y el líder del PSC, Miquel Iceta, quien ha insinuado que Puigdemont y Rajoy deben abandonar sus cargos respectivos si son incapaces de sentarse a hablar y superar la actual situación. El PSOE también ha exigido que cesen las actuaciones de las fuerzas del orden, pese a que responden a un mandato judicial.
Tanto el Gobierno como el PP han evitado en entrar en valoracioes políticas sobre la postura que mantienen los partidos que integran este frente de unidad contra los separatistas. "No es la hora de la politica de vuelo bajo", dijo el coordinador general del PP, Fernando Maíllo, en su intervención de la mañana. El Gobierno confía en que esta unidad se mantenga al menos durante los próximos días, cuando posiblemente haya que recurrir a medidas políticas severas, como la aplicación del artículo 155 de la Constitución.
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