El juzgado de instrucción número 2 de Tui (Pontevedra) ha acordado reabrir el caso de Deborah Fernández, la joven desaparecida a los 21 años cuando hacía deporte en la zona de Samil, en Vigo, en 2002 y fue hallada muerta diez días más tarde en una cuneta en la localidad de O Rosal, informaron a Efe fuentes judiciales.
Esta causa fue archivada en 2010, pero tras una campaña impulsada por la familia de la chica ante la cercanía de la prescripción del delito, en 2022, la aparición de nuevos testimonios y la práctica de nuevas diligencias han derivado en su reapertura.
Por medio de un auto de 7 de noviembre, la magistrada del Juzgado de Instrucción 2 de Tui acordó la reapertura de las diligencias para la práctica de nuevas pruebas periciales, detallan fuentes de la familia de Déborah consultadas por Efe. En otro auto, del 25 de noviembre, la jueza denegó diferentes pruebas propuestas por la familia, pero aceptó la declaración en calidad de testigos de siete personas cuyas comparecencias tendrán lugar el 5 y el 9 de diciembre.
La familia de Déborah Fernández recuerda que desde el pasado junio sus letrados han presentado diferentes escritos ante el juzgado y ante la Policía en los que pedían la práctica de diligencias de prueba. Incide en que "sea cual sea el resultado" de las declaraciones testificales y de la pericial acordada, no cejarán "en el empeño de descubrir qué persona o personas fueron los responsables de la desaparición, muerte y traslado del cuerpo de Déborah".
"Conocer la verdad"
"El deseo es conocer la verdad, sea cual sea, y después de 17 años, por primera vez el juzgado de Tui cita a declarar a alguien, lo que esperemos pueda contribuir a conocer la verdad", añade. En declaraciones a Efe, Rosa Fernández, hermana de Déborah, ha indicado que se trata de "un avance" y que su familia está "animada", pero asume que hay que ir "con pies de plomo".
Déborah Fernández-Cervera desapareció en 2002, cuando hacía deporte en la zona de Samil, en Vigo, y fue hallada muerta a los diez días de su ausencia, desnuda entre unos matorrales junto a la carretera C-550 en O Rosal (Pontevedra). Su familia inició una campaña con la pegada de carteles por toda la ciudad pidiendo a la ciudadanía que aportara cualquier dato que pudiera ayudar a esclarecer la muerte de la joven ante la cercanía de la fecha de prescripción del delito.
El pasado abril se organizó un acto conmemorativo con la colaboración de numerosos artistas. También puso en marcha una campaña en la plataforma Change.org en la que más de 225.000 personas firmaron para que se reabriera el caso.