España

Turismofobia: cuando el incivismo se mezcla con un endémico déficit de inversión

42 millones de viajeros y un impacto económico de 55.000 millones de euros no son suficientes para muchos residentes que continúan enarbolando su particular bandera contra la masificación de veraneantes

España es uno de los principales destinos vacacionales a nivel internacional y cada vez lo es más: ya solo en los primeros seis meses del año ha recibido más de 42 millones de viajeros de todas partes del mundo. Según la Encuesta de movimientos turísticos en frontera (Frontur) realizado por el Instituto Nacional de Estadística, esto supone un 13,3% más que en el mismo periodo del año 2023. Además, en la primera mitad del año, el gasto de los turistas internacionales ha crecido un 20,6% hasta rebasar los 55.500 millones de euros.

Asimismo, el mes de julio suma más de 97.000 nuevos afiliados en el sector del turismo, con un crecimiento del 3,5% más que en 2023. En conjunto, el empleo turístico supera los 2,9 millones de afiliados, lo que supone el 13,7% del total de afiliados (21,2 millones) de la economía nacional, según datos ministeriales. Han sido Canarias y Madrid las comunidades autónomas donde más destaca este incremento de puestos de trabajo.

Sin embargo, la 'corriente turismofóbica' se hace cada vez más visible: la tendencia a la masificación del turismo, junto a los hábitos poco cívicos de una minoría, han colmado a los residentes de muchas zonas en riesgo de saturación.

Manifestaciones y turismofobia

En lugares como Ibiza y Mallorca han tenido lugar en reiteradas ocasiones manifestaciones en contra del turismo masificado. Palma acogió en julio una manifestación en la que miles de ciudadanos protestaron contra la masificación turística en la isla, la caída de los salarios, la pérdida de calidad de vida, los atascos en carreteras y playas, el ruido, el consumo del territorio y el elevado precio de la vivienda y el alquiler. En mayo hubo otra protesta a la que acudieron 10.000 personas. Más recientemente, varios vecinos de las islas encabezados por el movimiento 'Ocupemos nuestras playas' se han concentrado en los arenales más populares entre los turistas, como el Balneario 6 de Playa de Palma, y en Ses Salines, en Ibiza.

El movimiento 'Ocupemos nuestras playas' realiza una nueva acción contra la masificación turística en el Balneario 6 de Playa de Palma

Sin embargo y a pesar de las protestas, según datos recogidos en el Boletín Oficial del Estado "el turismo se configura como el principal motor económico y social de las Islas Baleares, representa más del 45 % del PIB, ofrece trabajo a más de 200.000 personas trabajadoras, y económicamente ha supuesto en los últimos años unos ingresos anuales superiores a los 16.000 millones de euros".

Un problema estructural

En declaraciones a Vozpópuli, el senador del Partido Popular, secretario nacional de Turismo de esta formación y experto en gestión turística, Agustín Almodóbar, ha explicado que la diferencia entre dos de los destinos turísticos preferidos por los extranjeros, Benidorm y Baleares, es que en la primera "todo el mundo es consciente de que su principal actividad y su principal recurso es el turismo". Asimismo, ha explicado que cualquier manifestación en contra del turismo "no es buena para el conjunto de España", ya que se traslada una "imagen nefasta". "Son manifestaciones mínimas que no son seguidas por mucha gente, pero a nivel mediático tienen cierta repercusión en algunos medios internacionales que genera muy mala imagen para nuestros destinos", ha indicado.

Según Almodóbar, "todo está enfocado a las infraestructuras y a la movilidad de las personas". Y añade, en el caso de las protestas en Mallorca, que, al tratarse de una isla, todo se concentra en un mismo territorio y en ese caso es esencial buscar un "equilibrio entre el residente y el turista" e invertir en infraestructuras que hagan que haya comodidad para unos y para otros. El senador cree que "la turismofobia viene en parte por falta de financiación histórica en los municipios turísticos que tienen que prestar servicios a muchas más personas de las que viven o están empadronadas en el lugar".

Todo apunta a que el problema del turismo no es la masificación, sino la situación de desamparo institucional y la falta de financiación para las infraestructuras necesarias para hacer frente al gran número de turistas en cada lugar.

La Federación Empresarial Hotelera de Mallorca ha indicado también en una nota de prensa que "la crítica constante al turismo, principal actividad económica y motor que sustenta la mayor parte del empleo en Mallorca, sin ir al origen real y como diana de las quejas, no es constructiva" y que llevan varios años reclamando un mayor control por parte de las instituciones "con el uso de la tecnología y actuaciones a corto, medio y largo plazo". Han añadido además que les llama la atención "el activismo y despertar de los colectivos que no se han pronunciado hasta ahora, cuando la situación es la misma de los últimos años".

Galicia y el turismo incívico

Los destinos preferidos por los visitantes extranjeros son Baleares, Cataluña, Andalucía, Comunidad Valenciana, Canarias y la Comunidad de Madrid. Sin embargo, hay otras regiones españolas que cada vez más son elegidas para pasar las vacaciones, como Galicia, debido al clima fresco de las regiones del norte. Según el INE, el turismo gallego ha recibido en los primeros tres meses del año 2.063.329 turistas nacionales, lo que ha supuesto un crecimiento del 7,1% con respecto al mismo periodo de 2023.

A pesar del problema estructural, también destaca la falta de educación o los actos de vandalismo (en Galicia y en el resto de España) realizado por los turistas al llegar a su destino. Lo que ha generado muchas quejas y la toma de medidas extremas por parte de algunos vecinos, especialmente en Galicia. Almodóbar ha explicado que desde hace tiempo están reclamando que se refuercen los programas de "turismo seguro" que se implantan por parte del Gobierno. "Cuando llega el verano y se incrementa la población turística en un municipio, lo normal es que se aumente la seguridad", ha comentado. Finalmente, ha concluido con la idea de que "España es un destino turístico a todos los niveles y que esto requiere un alto nivel de seguridad".

Por su parte, el presidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda, considera que este verano está siendo "magnífico desde el punto de vista turístico". "La gente viene buscando en Galicia esta tranquilidad, este clima", ha explicado el presidente en declaraciones a los medios el pasado 12 de agosto, y cree que las temperaturas más suaves respecto a otros territorios son un aliciente para visitar esta región.

Sin embargo, no todos los gallegos piensan lo mismo que su presidente y protestan contra el turismo incívico. En Oleiros, un municipio de La Coruña, el dueño de un bar ha decidido cerrar su establecimiento durante una semana de agosto por "la prepotencia" que atesoran los turistas.

El propio bar se refiere a estos turistas como "tontos de la Meseta", una forma un tanto agresiva de tildar a los visitantes que provienen de zonas céntricas de España, como Madrid. Así lo hacían saber en su comunicado: "Y ante la inminente llegada del puente del 15 de agosto donde, si cae una bomba en Mera, quedan sin tontos en la Meseta".

La portavoz del local, María, ha explicado que "hay un sector de turismo que produce mucho desgaste al personal, por sus exigencias, su altivez y esto nos llevó a quemarnos", en declaraciones al programa Todo es Mentira, de Cuatro.

Continúan los actos incívicos contra el patrimonio de Santiago de Compostela
Imagen de una pintada en Plaza del ObradoiroCompostelaresiste

No es un caso aislado: Santiago de Compostela está siendo objeto de actos vandálicos por parte de los turistas y las redes sociales se hacen eco de las críticas y las quejas de los vecinos frente a este tipo de acciones. Una de ellas tuvo lugar a mediados del mes de julio, en la emblemática Plaza del Obradoiro: a los pies de la catedral, unos caminantes dejaron por escrito con un rotulador permanente: "Aquí terminamos el Camino de Santiago y empezamos el nuestro", junto a los nombres de tres peregrinos.

Carmen, Fran y Camila se dedican a hacer pintadas con rotulador permanente en el suelo de la Plaza del Obradoiro. Se creen que va a molar mucho. Pero no, lo que pasa es que son muy tontacos.
No seais como Carmen, Fran y Camila. #fodechinchos pic.twitter.com/TPoqyuPIV5

— Chema Fernandez (@ImiselChema) July 24, 2024

Otro caso es lo sucedido en la Fuente de los Caballos, en la Plaza de Platerías de la capital gallega, donde también con rotulador permanente escribieron “A y G se bañaron aquí”. La Asociación para la defensa del Patrimonio Gallego ha asegurado en sus redes sociales que han denunciado en múltiples ocasiones este tipo de comportamientos. Y como este, denuncian muchos otros casos.

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