Podemos se consuela. Los morados, según ha sabido Vozpópuli de fuentes cercanas a la dirección del partido, están convencidos de que la reciente mayoría absoluta del Partido Socialista en Portugal habría desencadenado un adelanto electoral en España si Iván Redondo siguiera a los mando del gabinete de la Presidencia del Gobierno. "Con él, Sánchez adelantaría elecciones", zanjan estas fuentes.
Lo cierto es que el partido capitaneado por Ione Belarra se congratula por estar dentro del Gobierno a diferencia de lo que ocurría en Portugal, donde los partidos de izquierda que sustentaban en el Parlamento al Ejecutivo de Antonio Costa no tenían asiento en el Palacio de São Bento de Lisboa. Oficialmente, los morados no temen que el resultado portugués se repita en España.
Eso sí, las bases del partido sí tienen cierta inquietud por si el devenir de su relación matrimonial con el PSOE termina de la misma manera: con un éxito rotundo de los socialistas. En el cuartel general morado reiteran por activa y por pasiva que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no va a adelantar las elecciones.
La presidencia española de la UE como impedimento
Y todo porque, sostienen en Podemos, el jefe del Gobierno no va a dejar pasar la oportunidad de estar a los mandos de Moncloa cuando España estrene su quinta presidencia del Consejo de la Unión Europea, el 1 de julio de 2023.
No obstante, el éxito inesperado de los socialistas portugueses ha creado un caldo de cultivo tentador para el PSOE: con un PP que duda del liderazgo de su presidente, Pablo Casado, y atado a Vox, y una Yolanda Díaz sin plataforma electoral con la que concurrir y centrada en aprobar la reforma laboral con los socios de la investidura.
Pero la lectura en el cuartel general morado es que Sánchez no se va a animar a pulsar el botón electoral porque corre el riesgo de perder ante el PP y Vox "por quitarse de encima a Podemos". En verdad, el reflejo portugués casi siempre fue visto con buenos ojos en Podemos salvo al final cuando Sánchez lo utilizaba para evitar la entrada morada en el Consejo de Ministros.
Las contradicciones de Podemos
Sin ir más lejos, el exlíder de Podemos Pablo Iglesias anheló entre 2016 y 2019 que el PSOE hiciera la misma apuesta decidida por entenderse con su izquierda como la de sus 'hermanos' portugueses. El problema vino cuando los socialistas plantearon a Podemos la posibilidad de un Gobierno a la portuguesa. Es decir, un Ejecutivo monocolor con el apoyo parlamentario de Podemos y el resto de partidos de izquierda radical e independentista. Ahí el 'no' de los de Iglesias fue tajante.
Uno de los argumentos a los que recurrió la cúpula morada para rechazar la vía portuguesa fue el hecho de que Antonio Costa se apoyara en el centro-derecha para sacar adelante su reforma laboral. El problema que otean ahora los morados es que si su lideresa in pectore, Yolanda Díaz, no logra el 'sí' de ERC o Bildu a su reforma laboral y no consigue sacar a Ciudadanos de la ecuación, las críticas moradas de entonces se volverán en su contra.
Aunque la dirección morada no teme nada de eso, convencida de que la entrada de Podemos en el Gobierno fue lo mejor que les pudo pasar, porque ahí pueden cambiar las cosas de verdad. "Ahora, todos los que nos decían entonces que le regaláramos el Gobierno a Pedro Sánchez nos dan la razón. Hicimos lo correcto", zanjan fuentes cercanas de la dirección. Otro destacado miembro de Podemos apunta algo similar: "Estando dentro del gobierno ya estamos viendo que eso no pasa. Queda clarificado quién consigue y quién trabaja cada cosa".
Pese a todo, en Podemos intentan marcar distancias de Bloco de Esquerda, uno de los partidos que auxiliaban a Costa. "Bloco no es el Podemos portugués", explica el partido. No obstante, la afinidad de Podemos con Bloco quedó de manifiesto en enero de 2016, cuando Iglesias visitó Lisboa para participar en su campaña de las elecciones presidenciales. Entonces, el eterno referente morado sentenció: "Ojalá en España nuestro Partido Socialista hiciera una apuesta tan firme y valiente como el Partido Socialista portugués, pero por desgracia no es el caso".
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