CiU y ERC conocen perfectamente la posición de cada fuerza política ante el referéndum soberanista y son conscientes de que la del PSOE peca de poco clara: mientras que Pedro Sánchez ha sellado con Mariano Rajoy un acuerdo que les lleva de la mano en su oposición al proceso pilotado desde la Generalitat, los socialistas catalanes han votado a favor de la ley de Consultas en el Parlamento autonómico. En esta búsqueda de contradicciones como disfraz de la división que enfrenta a Artur Mas y a Oriol Junqueras a medida que se acerca la hora de la verdad, los nacionalistas y los republicanos han registrado en el Congreso una proposición en la que instan al Gobierno a retirar el recurso al Constitucional contra la propia ley de Consultas y la convocatoria del referéndum.
Las discrepancias entre Mas y Junqueras se disparan a medida que se acerca la hora de la verdad
El debate se celebrará esta tarde en la Cámara Baja y tanto ERC como CiU llegan a él preparados para presentar el fondo del asunto como un choque de legitimidades entre el propio Constitucional y el Consejo de Garantías Estatutarias, la institución de la Generalitat que vela por la adecuación al Estatuto y a la Constitución de las iniciativas que son aprobadas en el Parlamento autonómico.
El principal argumento que defiende el frente soberanista para pedir al Gobierno que retire los recursos es que debe asumir la presunción de constitucionalidad de las normas aprobadas por el Parlamento catalán hasta que no se pronuncie el propio Tribunal. “No es aceptable que el Gobierno español cuente con un privilegio procesal de tal envergadura por el que la impugnación suponga la suspensión de la norma recurrida, comprometiendo el principio de constitucionalidad de las leyes”, se lee en la iniciativa legislativa. Los republicanos llegan aún más lejos: “Mientras el Consejo de Garantías Estatutarias se encuentra plenamente legitimado, es latente el desprestigio que arrastra el Tribunal Constitucional con el nombramiento de un presidente afiliado al PP”, aseguran.
Sentencia después del 9-N
En este aparente juego de legitimidades, el frente soberanista cree jugar con ventaja ya que va a ser difícil que el Tribunal Constitucional emita su sentencia sobre la ley de Consultas y la convocatoria del referéndum antes del 9 de noviembre, fecha elegida por Artur Mas para su celebración. El Gobierno prefiere, como es lógico, que el fallo llegue antes de esta fecha, pero las dificultades internas para alcanzar un acuerdo unánime dentro del Constitucional, no como el que se fraguó en 2010 en la sentencia sobre la reforma del Estatuto, lo hace improbable.
Esquerra monta en cólera cuando la Generalitat ha reconocido que el referéndum puede no celebrarse
Fuentes de CiU admiten que el debate previsto para hoy en el Congreso no es más que “una maniobra de distracción” ya que lo crucial en estos momentos es ver cómo reacciona, finalmente, Artur Mas ante el callejón sin aparente salida legal en el que sigue metido. El nerviosismo llevó este lunes al portavoz de la Generalitat, Francesc Homs, a confesar que antes del próximo día 15, el Gobierno catalán tendrá que aclarar si la celebración del referéndum es o no viable. Esta fecha de caducidad de la consulta disparó ayer los nervios en Esquerra Republicana, cuya dirección ve a Mas cada vez más inclinado a convocar elecciones anticipadas escoltado por una candidatura conjunta que a Oriol Junqueras le produce algo más que alergia.
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