El ministro de Justicia ha soportado en las últimas semanas las críticas, reproches y censuras por parte no sólo de la oposición, como estaba previsto, sino también de algunos de sus compañeros de partido. En especial, de determiandos 'barones' que mostraron sin sutileza su opinión contraria al proyecto de reforma de la ley del aborto. Ruiz-Gallardón tuvo que emplearse a fondo en distintos foros para defender su apuesta, que es la de Rajoy. Su última intervención para explicar el proyecto a sus compañeros tuvo lugar durante la Convención de Valladolid, en la que se explayó, con la brillantez que le caracteriza, sobre los detalles del texto legal. "La mitad de la gente ni se la ha leído, opinan con lo que leen en los titulares de prensa", le comentaba a este periódico uno de sus colaboradores.
Críticas internas
No ha percibido el titular de Justicia un gran respaldo ni en el Gobierno ni en el partido a su iniciativa, pese a que públicamente ha insistido en decir lo contrario. Incluso Mariano Rajoy se ha puesto de perfil en un par de ocasiones con este asunto, lo que ha producido un notable desconcierto en la cúpula directiva.
Sin embargo los datos del último barómetro del CIS, conocidos este miércoles, vienen a pulverizar la teoría de que la ley del aborto causará un perjuicio estrepitoso al PP en sus aspiraciones electorales, tal y como aseguran analistas, sociólogos, diputados y voceros de la izquierda en forma unánime. De acuerdo con este sondeo demoscópico, la nueva ley del aborto tan solo le afecta al 0,2 por ciento de los españoles. Una minucia que, evidentemente, no puede determinar la orientación del voto.
Datos sobre el consumo
Los analistas de sondeos que trabajan con el PP subrayan que, en efecto, la ley del aborto no aparece como elemento que determine el voto de sus simpatizantes. No es cuestión que preocupe a la clase media. "El CIS evidencia que lo que va a decidir las próximas elecciones serán las cuestiones económicas. No hay otro asunto", subrayan. Por eso en Moncloa están tranquilos, pese al retroceso de dos puntos en la intención de voto. Confían en que la positiva evolución de la economía comience a percibirse socialmente en los próximos meses. Un dato importante, en cuanto a opinión pública, es que el último índice en la confianza del consumidor es el mejor de los últimos cinco años.
El vapuleado Gallardón ha hecho llegar, a través de sus colaboradores, algunos aspectos del análisis del CIS en relación con el aborto. Una pequeña venganza y, al tiempo, una clarificación oportuna. La tormenta que vivió el PP a causa de este proyecto ha protagonizado la interna del partido los últimos meses.
Rajoy aspira a que el proyecto pase el trámite legislativo sin demasiadas modificaciones, aunque tenga que ceder en algunos aspectos puramente formales. Este impulso legislativo es importante para el presidente. De ahí que no haya frenado a su ministro de Justicia. No obstante Rajoy considera a Gallardón una persona a la que le retiró su confianza personal y política después de sus zigzagueos y su singular forma de actuar en el asunto Bárcenas, que provocó un terremoto en el PP de notables dimensiones. El futuro político de Gallardón, ley del aborto mediante, o no, aparece totalmente amortizado.
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