España

De las relaciones con el TC al control de la Justicia: el poder omnímodo de Bolaños

Fuentes judiciales ven en el nombramiento de Bolaños una centralización del poder por la unificación de todo lo relativo a la carrera judicial y de los asuntos constitucionales, cuestión esta última que controlaba ya desde Presidencia

'Superministro', 'presidente bis' o 'el señor de los anillos' son algunos de los nombres con los que se ha bautizado en las últimas horas a Félix Bolaños, tras el poder prácticamente omnímodo que le ha otorgado Pedro Sánchez en su nuevo Gobierno. El hasta ahora ministro de Presidencia y Relación con las Cortes ha asumido la cartera de Justicia en un movimiento que ha provocado recelo en la carrera judicial y la crítica de la oposición por este movimiento que siembra dudas sobre la separación de poderes.

Fuentes judiciales consultadas por Vozpópuli explican que este giro de Sánchez implica que va a controlar todo lo relativo a la carrera judicial además de las relaciones con el Tribunal Constitucional y el legislativo. El hombre fuerte del Ejecutivo, en su condición hasta el momento de ministro de Presidencia, tenía bajo su poder la coordinación de asuntos de relevancia constitucional.

El Ministerio que sigue dirigiendo tiene, entre sus facultades, la de coordinar asuntos de relevancia constitucional y también la realización de informes sobre iniciativas de la reforma de la Constitución. Aunque el tribunal de garantías no forma parte del Poder Judicial, el hecho de que lo domine el ministro de Justicia implica más cuota de poder en todo lo relativo a la esfera jurídica.

Las negociaciones de Bolaños

Las fuentes consultadas recuerdan que Bolaños ha ejercido como una especie de ministro de Justicia en la sombra en los últimos años, al haberse encargado directamente de cuestiones que atañen a esta cartera tales como la negociación hasta ahora fallida para renovar el CGPJ o la ley de amnistía, asunto este último que ha provocado el férreo rechazo de prácticamente todos los actores de la carrera judicial.

El aterrizaje de Bolaños en Justicia ha sido recibido con expectativa respecto al futuro por algunas asociaciones, como la Asociación Judicial Francisco de Vitoria, que entiende que Bolaños, por su peso en el Ejecutivo, puede inclinar la balanza para que haya una "respuesta rápida" a los acuerdos que se puedan alcanzar en materia de Justicia. Ahora bien, ponen el foco en que esta mezcla puede generar el efecto contrario y restar importancia a la cartera que ha dirigido hasta ahora Pilar Llop.

Desde Foro Judicial Independiente se advierte de la falta de decoro que supone otorgar a una misma persona el control de Presidencia, Relaciones con las Cortes y Justicia. "Arroja una imagen muy perniciosa", expuso su presidente Fernando Portillo en declaraciones a este medio. No obstante celebran que, aunque no provenga de la carrera judicial, tiene formación jurídica al ser licenciado en Derecho y haber ejercido como letrado del Banco de España.

"Ministerio de la concentración de poderes"

Las voces de la judicatura consultadas por este medio apuntan en esa dirección y avisan de que Justicia puede acusar pérdida de independencia en lo que respecta a su papel como garante de la actuación del poder ejecutivo y legislativo. "Se le podría llamar Ministerio de la concentración de poderes", replican.

Con todo, Bolaños asume el control de un Ministerio que conoce bien puesto que, en su condición de gran negociador en la sombra del Gobierno de Sánchez, ha asumido asuntos que afectan a este departamento.

Además de los arriba mencionados destaca el proceso de exhumación de Francisco Franco -que se acometió bajo el mandato de Dolores Delgado- o incluso la redacción de los indultos de Oriol Junqueras y otros ocho condenados por el procés. La medida de gracia se otorgó ya con Juan Carlos Campo al frente del Ministerio de Justicia aunque Bolaños participó en la redacción de los textos.

Félix Bolaños (i) y Oriol Junqueras, este jueves, en Barcelona.
Félix Bolaños y Oriol Junqueras, este jueves, en Barcelona PSOE / POOL

De hecho, Bolaños ha tenido un papel especial en todo lo que respecta a las negociaciones con Cataluña, desde la Mesa de Diálogo entre Moncloa y la Generalitat hasta el acuerdo de investidura que el PSOE firmó hace apenas unas semanas con ERC.

Bolaños llega al Ministerio en un momento especialmente tenso en la judicatura. Tras dos años y medio de mandato, Pilar Llop abandona la cartera sin haber satisfecho las peticiones de las asociaciones de jueces y fiscales acerca de la mejora retributiva y de las condiciones salariales Además acusó la grieta que generó la ley del 'solo sí es sí' entre el Poder Judicial y el Ejecutivo y que ha provocado más de 1.200 revisiones a la baja de condenas de violadores.

La vigilancia de la UE

Entre los retos que asume ahora el nuevo ministro de Justicia se encuentra el de cumplir con lo pactado en mayo con los jueces y fiscales y proveer a la carrera de las plazas adicionales acordadas (cien más para este año y cien plazas para el siguiente). El Ministerio tiene pendiente asumir las mejoras salariales comprometidas en la reunión de la Mesa de Retribuciones que derivó en la desconvocatoria de huelga de los jueces.

Además afronta la 'patata caliente' que han ido asumiendo sin éxito los últimos ministros del ramo para desbloquear las negociaciones con el PP sobre el Poder Judicial. El CGPJ lleva operando en funciones desde diciembre de 2018 ante la imposibilidad de que los dos principales partidos acuerden la renovación del órgano.

La reforma que impulsó Sánchez para retirar las competencias de poder nombrar la cúpula de la carrera judicial estando en funciones ha llevado a la judicatura a una situación crítica ya que las plazas que quedan vacantes por jubilación o deceso no se renuevan. Hasta la fecha hay, al menos, 85 plazas pendientes de nombrar.

Una de las aristas que se deriva de esto es la vigilancia con lupa que lleva ejerciendo la Unión Europea (UE) tanto en lo que respecta a la no renovación de la UE como a otros asuntos especialmente delicados como la ley de amnistía.

Al respecto fuentes de Presidencia confirmaron a última hora de este lunes que Bolaños contactó con la vicepresidenta de Valores y Transparencia, Věra Jourová, y el comisario de Justicia, Didier Reynders, para adelantarle el contenido de la ley con la que se amnistiará a Carles Puigdemont (imputado por delito de terrorismo) entre los varios centenares afectados por el procés, además de miembros de Tsunami Democràtic, CDR y las cuestiones contenciosas y contables que se siguen en el Tribunal de Cuentas

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