La réplica del Rey al desplante de la nueva presidenta de México, Claudia Sheinbaum, se ha conducido bajo el criterio de la sutileza y, aunque no ha aludido de forma explícita a la mandataria y mexicana y sus insistentes exigencias de que España pida perdón por haber conquistado América, es evidente que las palabras del Monarca ante los representantes de las Academias Hispanoamericanas de la Historia han sonado indisociables de una controversia alimentada por razones de interés doméstico por el populismo común de Sheinbaum y su predecesor, Antonio Manuel López Obrador.
Felipe VI ha intervenido en el foro académico, celebrado en Trujillo, reivindicando una identidad hispana compartida entre España y los pueblos americanos, definida por el Rey como "una unidad en la diversidad, una cultura de culturas. Nuestra relación es tan honda que nos permite, incluso, hablar con franqueza de nuestras posibles discrepancias −inevitables, por lo demás, en tantos siglos de historia compartida− pero siempre desde el respeto basado en la amistad".
Huir del presentismo y mirar al futuro
En ese sentido, y "en este tiempo actual de grandes desafíos globales que requieren del esfuerzo coordinado de todos", el Rey Felipe VI ha considerado que el "foco" de la relación con Iberoamérica "debe orientarse hacia el presente, para así preparar o construir un futuro aún mejor, de mayor provecho compartido, de mayores oportunidades", un propósito incompatible con interpretar hechos del pasado mediante la falacia del presentismo, esa que lleva a aplicar un tamiz moral de hoy a los episodios de la historia.
En ese sentido, ha destacado Felipe VI que "lo esencial es tomar impulso en tanto que nos une, en nuestras afinidades, para a fin de cuentas alcanzar respuestas pragmáticas, útiles y equilibradas", y que "lleguen a todos".
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