Las autoridades policiales de Las Palmas han detenido este fin de semana a cuatro varones subsaharianos, todos nigerianos, que sobrevivieron a una travesía realizada sobre la pala del timón del buque carguero procedente de Costa de Marfil, el MSC Fiammeta, de un calado de 10,8 metros, una eslora de 277 metros y una manga de 40 metros.
El buque salió de Abidjan el 22 de octubre y los inmigrantes irregulares, de nacionalidad nigeriana, viajaron en condiciones extremas desde Costa de Marfil sobre el timón del buque MSC Fiammeta, con bandera de Panamá, y fueron rescatados por personal de la embarcación Salvamar Nunki, agentes de la Guardia Civil y Cuerpo Nacional de Policía, según ha señalado 'Canarias7'.
En este espacio, al margen del ruido que hay, es muy peligroso porque es un cuarto estanco que depende del buque la supervivencia o no. Se supone que en Costa de Marfil los inmigrantes sabrían la ruta del buque y el contenido de su carga. En las imágenes que hay en las redes sociales cotejadas por Vozpópuli se apunta que el buque mantenía cierto espacio entre el timón y el mar, es decir, no iba hundido y en ese margen la capacidad de aguante de los migrantes. Costa de Marfil inicia su temporada de exportación de productos como el cacao y el café generalmente comienza en octubre y se extiende hasta marzo.
En los últimos años, se ha observado un incremento en el número de inmigrantes que emplean métodos extremadamente peligrosos para llegar a Europa, utilizando timones de buques cargueros en África Occidental. Los migrantes, procedentes principalmente de países como Nigeria, Ghana y Senegal, se esconden en espacios reducidos sobre el timón o hélice de los barcos, viajando durante días e incluso semanas. Esta práctica, conocida como "stowaway," no solo pone en riesgo sus vidas debido a las bajas temperaturas, falta de agua y alimentos, sino también por el riesgo constante de caer al mar. Estos barcos suelen hacer escala en el puerto de Las Palmas, en Gran Canaria, antes de seguir rumbo a la Europa continental.
En los últimos años, en Canarias, y en particular en el puerto de Las Palmas, se ha producido un aumento de los casos de polizones, es decir, inmigrantes que arriesgan su vida escondiéndose en el timón o el casco de los buques de carga que parten de África occidental. Estos migrantes, que suelen proceder de países como Nigeria, Ghana y Senegal, soportan peligrosas travesías que duran entre días y semanas, expuestos a duras condiciones climáticas, falta de alimentos y agua y el riesgo constante de caer al mar. El viaje en el timón del barco es peligroso, ya que el espacio está expuesto y carece de las protecciones básicas contra las bajas temperaturas, las olas del mar y el agotamiento físico.
Al llegar al puerto de Las Palmas, los polizones suelen ser descubiertos por la tripulación del barco o las autoridades portuarias y luego son llevados a instalaciones de procesamiento temporal. Las leyes marítimas internacionales dictan que las compañías navieras pueden ser responsables de devolver a los polizones a su puerto de origen si las personas no califican para asilo o protección humanitaria, aunque en algunos casos, los migrantes permanecen en las islas mientras se procesan sus solicitudes de protección. Esta afluencia de polizones ha aumentado la presión sobre los recursos humanitarios locales en las Islas Canarias, que ya han visto un aumento en las llegadas de migrantes por mar en los últimos años. Esta cuestión ha llamado la atención tanto de las organizaciones humanitarias como de las autoridades locales, que destacan la necesidad de mejorar las medidas de seguridad y tramitación de los casos. También están preocupadas por las presiones que siguen soportando los recursos de las islas debido al aumento de la llegada de inmigrantes, lo que ha dado lugar a llamamientos a favor de una respuesta y un apoyo europeos más coordinados.
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