En la primera comparecencia del presidente tras un consejo de ministros, Rajoy hacía un breve balance de su gestión, de las decisiones tomadas en los últimos meses, y de las líneas de trabajo que seguirá su equipo de Gobierno, todas encaminadas a la reducción del déficit para recuperar la confianza de los mercados y poder financiarse a precios razonables.
Advirtiendo que su discurso versaría sobre economía, Rajoy alertaba de que admitiría preguntas de toda índole al final del mismo, y comenzaba por hacer una enumeración de las causas que habían confluido para que la situación económica española sea la que es. "Nuestra preocupación es la vida de los españoles y la realidad de las cosas, y todo viene explicado por las cifras. El pasado 2011 el gasto de las Administraciones Públicas fue de 468.429 millones de euros y los ingresos fueron de 377.085 millones. Esto significa que gastamos 91.344 millones más de lo que se ingresó, y esa cantidad hay que pedirla prestada, y si no nos la prestan en ningún caso podría gastarse", explicaba el presidente.
Además, apuntaba que la deuda externa española ascendía a más de 900.000 millones de euros, de las que hace responsable a la AAPP, la empresas no financieras y el sector financiero español, canalizador de las deudas de Pequeñas y medianas empresas y familias. "Durante mucho tiempo hemos vivido pidiendo crédito y gastando más de lo que ingresábamos. Hemos vivido con demasiado crédito, y es difícil que nos presten o que nos financien esas deudas", declaraba.
Para él las causas están muy claras: Un déficit público muy importante, una falta de competitividad de la economía española obligada a reformas estructurales, un sistema financiero fuertemente endeudado (factores que juntos generan la deuda externa) y las dudas sobre el euro, que afectan a los países con más déficit público, más deuda externa y menos crecimiento económico, que supone que sea muy difícil financiarse.
Para ello, el presidente admitía que su equipo seguirá trabajando en cinco líneas de actuación para poner freno a la crisis actual, las cinco líneas que ya comentó en anteriores comparecencias en el Congreso: corregir el déficit para gastar lo que se ingresa, hacer reformas para ser más competitivos, impulsar reformas en el conjunto de la Unión Europea, resolver los problemas de liquidez y de financiación y trabajar por el futuro de la zona euro, dotarlo de mayor certidumbre.
Sin rescate a la vista
Rajoy aprovechaba la comparecencia para explicar, una vez más, que su equipo "hará lo que tenga que hacer, lo que sea mejor para los españoles", y que no tenía tomada una decisión sobre el rescate.
Pasando de nuevo por encima de las medidas que ha puesto en marcha el Ejecutivo, Rajoy admitía que también tenía responsabilidad sobre la percepción del euro a nivel europeo, sobre la solidez de la moneda, y hacía público que había enviado una carta a Hermann Van Rompuy y a José Manuel Durao Barroso con sus pretensiones. "Quiero que se debatan en octubre y se aprueben en diciembre en el último consejo europeo las propuestas aportadas. España tiene la obligación de hacer una apuesta clara por la UE, se debe crear un sistema único de supervisión, un mecanismo de recapitalización directa de bancos y los instrumentos para acceder a la financiación", añadía. Posteriormente respondía a una pregunta que no tenía problema en hacerla pública.
También quiso el presidente dejar claro que él dejaba la puerta abierta para la reunión con cualquier presidente autonómico, en referencia a un posible pacto fiscal catalán, y poco después admitía que con los datos que maneja, no tenía intención de tocar las pensiones el próximo año. Mientras, se comprometía a seguir poniendo en marcha las reformas estructurales necesarias para lograr el objetivo de la reducción del déficit.
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