PSOE y Podemos han cerrado en falso la reunión de este lunes de la mesa de seguimiento del acuerdo de coalición para desencallar la crisis desatada por la reforma laboral. Ambos socios han mantenido un encuentro en el Congreso que ha durado hora y media para tratar de resolver la gran disputa abierta en el Ejecutivo por el proyecto estrella de Yolanda Díaz, la estrella emergente de la coalición.
No obstante, fuentes socialistas aseguran que la reunión ha sido "constructiva" y ha tenido "buen tono". Según estas mismas fuentes, ambos socios se han emplazado a "seguir hablando". Fuentes de Podemos, sin embargo, son más pesimistas sobre cómo ha ido el encuentro: "Será necesario seguir negociando dado que por el momento no hay un consenso sobre la reforma laboral".
En la reunión han participado, por parte del PSOE, el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños; la ministra de Hacienda, María Jesús Montero; la vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra; y el portavoz en el Congreso, Héctor Gómez.
Una cita para denunciar "injerecias"
En cuanto a la delegación de Unidas Podemos, estaba compuesta por la secretaria general de Podemos y ministra de Derechos Sociales; Ione Belarra; la ministra de Igualdad, Irene Montero; el portavoz en el Congreso, Pablo Echenique; el secretario de Estado para la Agenda 2030 y dirigente de IU, Enrique Santiago; el jefe de gabinete del Ministerio de Trabajo, Josep Vendrell, y el secretario de Estado de Empleo y Economía Social, Joaquín Pérez.
Podemos convocó la cita el pasado viernes tras denunciar "injerencias" por parte de la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, quien envió un correo al Ministerio de Trabajo reclamando la coordinación de los trabajos que están ultimando la reforma laboral. Es decir, según Podemos, Calviño quiere presencia en el diálogo social que Yolanda Díaz lleva cinco meses impulsando junto a Patronal y a sindicatos, algo que los morados no están dispuestos a aceptar.
La mesa de seguimiento de la coalición es el órgano en el que los socios del Ejecutivo tratan las desavenencias. Es la primera vez que se ha convocado desde la salida de Pablo Iglesias de la secretaría general del partido y del Gobierno.