A Miguel Ángel Revilla se le está poniendo gesto de "rey en el exilio", como dice un personaje en la película 'La ley de la calle' (1983). Más de 40 años dedicados a la política y a Cantabria dan para mucho, y Revilla ha llegado a convertirse en un fenómeno de masas. Sin embargo, su estrella se apaga. Han sido dos duros años de pandemia en la que, como él dice, ha pasado de ser aclamado a recibir durísimos escraches.
Él mismo, que parecía incombustible, anticipa una probable retirada de la política tras esta legislatura: "Lo tengo que pensar, pero creo que ya está bien". Sus últimos tiempos recuerdan a la última canción de C-Tangana y Alizz:
"Creías que no te iba a pasar (Y pasó, pasó, pasó)
Que la magia no se te iba a acabar (Se acabó, se acabó, se acabó)"
El presidente cántabro recibe a Vozpópuli en su despacho del edificio de Presidencia. Nos enseña su balcón, desde el que tiene una vista privilegiada del Cantábrico y de Puerto Chico. "Soy el presidente autonómico con las mejores vistas", presume. También nos enseña su último libro, '¿Por qué no nos queremos?', publicado junto antes de la pandemia. Un título premonitorio.
Afirma que ahora la situación está mejor, y que puede ir por la calle sin que nadie le moleste. Su paso por el Sindicato Vertical franquista, su comida y cena con 2 ministros de Pedro Sánchez el día antes de que el presidente les cesase y la relación de Cantabria con el Gobierno han sido los temas tratados en su entrevista con este diario, en la que también deja un recado al exministro 'Pepiño Blanco': "Es un mentiroso patológico".
Pregunta. ¿Qué les diría a los que le recuerdan su pasado como miembro del Sindicato Vertical franquista?
Respuesta. Es una parte de mi historia. Estuve 6 meses porque una persona muy allegada me propuso entrar en el sindicato de Torrelavega, que era el más conflictivo que había. Intenté modificar el sistema desde dentro convocando elecciones y acabé detenido. Me acusaron de ser perteneciente a ETA, ni más ni menos. Gracias a un conocido me liberaron y cesaron al policía que había hecho el informe. El alcalde de Torrelavega me ofreció un cargo político que rechacé y durante 12 años fui presidente del Banco Atlántico en Torrelavega.
"En mi época en el Sindicato Vertical me detuvieron acusándome de pertenecer a ETA"
P. He visto que en un programa de 'La Clave' en 1984 usted dijo que "en la política estaba a disgusto". ¿Repetiría sus palabras hoy?
R. Yo sí que soy un político de vocación. En 1976, siendo director de un banco, profesor de Economía en una universidad, con dos sueldos, un barco y carné de miembro del club marítimo, lo dejé todo por nada. Por nada porque me quedé en nada. Por luchar por una idea tan sencilla como esta: es el momento de que Cantabria recupere el nombre que ha perdido. Y hasta aquí hemos llegado. Hemos conseguido el 38% de los votos y el Partido Regionalista Cántabro es el primer partido de la comunidad. No sé si volvería a tomar la decisión de dedicarme a la política, pero estoy orgulloso de haber luchado por lo que quería. Cantabria es reconocible en todos sitios, nadie habla ya de la provincia de Santander.
P. ¿Tiene usted intención de continuar o es la última vez que le veremos en la brecha política?
R. Lo tengo que decidir de aquí a abril pero, hombre, yo creo que ya está bien. Es complicado porque el partido lo he creado yo y ahora es la primera fuerza política de Cantabria. En política entras y cuando has convencido a mucha gente para que esté contigo te dicen que hay que seguir.
P. ¿Cómo ha vivido estos 2 años tan complicados?
R. Yo he pasado el peor año y medio de mi vida. Ha sido terrible. He pasado de ser una persona aclamada a padecer momentos muy duros. Sanidad ha tomado medidas, que yo he respaldado siempre, muy difíciles. Yo llegaba aquí a las 8 de la mañana y presenciaba un auténtico parte de guerra. El año pasado teníamos, de 75 UCIs, 47 con covid, y de 1.000 camas, 460 con el virus. Veías a gente que moría de otra cosa porque no los podíamos atender. Un año y medio así, es insoportable.
"He pasado de ser una persona aclamada a padecer momentos muy duros"
P. ¿Cómo aguantó mentalmente ese paso de ser una persona aplaudida y aclamada a alguien increpado? Me imagino que fue algo parecido a lo que les pasa a las estrellas del rock que pasan de la cresta de la ola a la desaparición mediática.
R. Yo he sido objeto de escraches muy incómodos, pero principalmente desde el ocio nocturno y la hostelería, no de la ciudadanía en general. No era capaz de explicar que era Sanidad quien tomaba las medidas. Un presidente no tiene capacidad de tomar decisiones en pandemia. Solo podemos modificar el toque de queda una hora arriba o abajo. Las decisiones las toman los funcionarios de sanidad, expertos en la materia. Ni siquiera el consejero de Sanidad lo decidía.
Esta gente también me hacía los escraches a mí porque sabían que tendrían repercusión mediática. Al consejero de Sanidad no lo conoce ni Dios, y a Revilla todo Cristo. Yo me he quedado asustado con el efecto de la tele. Cuando me vacunaron, avisé a las televisiones para dar un mensaje a la ciudadanía. Me encontré a 24 personas, muy agresivos, diciéndome que querían a Ayuso. Al final no pude dar la rueda de prensa y la noticia en vez de la vacuna fueron los 24 señores. Ha sido una etapa dura. En una ocasión persiguieron a mi hija de 20 años insultándola.
Yo nunca he insultado a nadie pero entiendo que esa gente se jugaba las alubias. Por eso en Cantabria vamos a invertir 30.000 euros en cada negocio de ocio nocturno. Hemos hecho lo posible por paliar la situación.
"Un presidente no tiene capacidad de tomar decisiones en pandemia"
P. El fenómeno Ayuso se ve también en otras comunidades. En muchas, como en Galicia, se ven pintadas a favor de Ayuso. ¿Qué opina de la presidenta de la Comunidad de Madrid?
R. Ha conectado muy bien con la ciudadanía. Pero mira, Cantabria es la región de España donde menos gente ha muerto en la pandemia. Mi obsesión era que se nos morían los mayores. En Cantabria nunca una persona en residencia que necesitase cama dejó de tenerla, a pesar de ser la región más envejecida de España. Pero claro, los muertos no hablan.
P. ¿Qué tal son sus relaciones ahora con el presidente Sánchez?
R. Ahora nos son malas, pero hay algunos temas pendientes. Para firmar un pacto con el PSOE en Cantabria hemos firmado un documento con el Gobierno central muy potente, 'el papeluco'. Hemos pactado financiar la deuda íntegra del Hospital de Valdecilla. El año pasado llegaron 66 millones que nos debía Mariano Rajoy. Este año vienen otros 22 que he tenido que ganar en los tribunales.
En segundo lugar, el tema de las infraestructuras. En 'el papeluco' se acordó que el AVE conectase Palencia con Santander. En 2010, el ministro 'Pepiño Blanco', un mentiroso patológico, nos la jugó. Habíamos acordado un acto para presentar la adjudicación del primer tramo de AVE de Palencia a Amusco. Íbamos a hacer un acto en las obras de Monzón de Campos.
El Ministerio iba a preparar una carpa enorme, y nosotros habíamos dispuesto un buey para comer allí y pusimos 10 autobuses. Un día antes, me dice que se suspende el acto. Le dije: ¿Qué hago, me pego un tiro? Y dijo: Pues pégatele. Impresionante. Han pasado 11 años y parece que por fin el proyecto se pone en marcha.
El otro pacto es la construcción de un tren que conecte en 40 minutos Santander con Bilbao. Ya está en marcha el estudio informativo. Esto es vital, cuando tengamos este tren Cantabria no necesitará presidente.
"Si conectemos Santander con Bilbao en tren, Cantabria ya no necesita presidente"
P. Veo que entonces bien...
R. Bastante bien. A ver si lo que me ha prometido María Jesús Montero en los presupuestos se cumple.
P. ¿Ha notado la marcha de Iván Redondo del lado de Sánchez?
R. Yo si le veo no lo reconozco. En mi vida me lo presentaron. Le conozco por los periódicos. Parece que era un gurú, ¿no? Ahora hay varios ministros que se ponen siempre al teléfono. Una muy agradable es la Calviño -vicepresidenta primera y ministra de Economía-. También es muy agradable la de Trabajo -Yolanda Díaz-, ni comparación con Pablo Iglesias. María Jesús Montero también... Por cierto, en la víspera de que los cesaran, cené con el exministro de Justicia, Juan Carlos Campo, y con el de Fomento, José Luis Ábalos. Ninguno sabía que los iban a echar.
"A Iván Redondo le conozco por los periódicos. Parece que era un gurú, ¿no?"
Mis problemas con Sánchez han venido de las concesiones y maniobras raras con Cataluña. Nuestro partido es progresista y claramente español. Nuestro 'no' en la votación de investidura de Sánchez tuvo consecuencias para Cantabria y en la relación con el presidente. El día antes me llamó en múltiples ocasiones y no se lo cogí. Me escribió por Whatsapp y le dije: "¿Pedro, te suena no es no?". Ya he tenido ocasión de explicarle, pero reconstruir esa relación costó.
P. ¿Cuál cree que debe ser el destino de Puigdemont tras su detención?
R. Afortunadamente España es un Estado de Derecho donde hay unos señores que aplican las leyes. Imagínate que por los mismos delitos unos señores han estado en la cárcel y Puigdemont, que era su jefe, no lo está. No es un tema político, es del señor Marchena y compañía. Imagínate la imagen que daríamos si ese señor estuviera tomando copas tranquilamente en España. Es más, el Gobierno no puede hacer nada ahí. Hay unos jueces que no pueden quedar en ridículo.
"Imagínate la imagen que daríamos si dejamos a Puigdemont tomando copas por ahí tranquilamente. Él, que ha sido el jefe de los que han estado presos"
P. ¿Cómo vislumbra el futuro económico?
R. Soy optimista. Cantabria tiene tres proyectos importantes en marcha. Los fondos europeos van a ser clave. Vamos a dedicar 45 millones al primer centro público de tratamiento de cáncer por protonterapia en España. La protonterapia es un tratamiento mucho menos invasivo que la quimioterapia. Las obras empiezan ahora y terminarán a final de año. Tenemos previsto tratar a 600 personas al año. El ser humano siempre ha tenido una prioridad: comer. Pero ahora la prioridad del ser humano es la salud.
Aparte, tenemos dos solares y por 45 millones de euros abriremos el Museo Nacional de la Prehistoria. Y el gran proyecto en la línea industrial es que en un terreno rústico, llamado La Pasiega, a 10 minutos de puerto y aeropuerto, se va a hacer un polígono industrial descongestionando el puerto de Santander. Adif va a construir una estación intermodal para que el polígono esté conectado por tren. Aparte va a haber mucha inversión privada.
"Vamos a tener dos años muy buenos para la economía"
Soy optimista, porque tenemos el apoyo de Europa y la gente ha ahorrado este año y medio. De la economía tiran la inversión pública, la inversión privada y el consumo privado. Ahora mismo 47 millones de personas tienen un 1 billón de euros ahorrados. En estos momentos hay ansia de viajar, consumir, comprar... Unidas las tres, salvo una nueva variante chunga del covid, vamos a tener dos años muy buenos para la economía.
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