Este sábado se conocía que el rey Juan Carlos I sufrió una caída accidental durante un viaje privado a Botsuana, donde se encontraba de cacería. Enseguida comenzaron a circular imágenes suyas cazando en la página web de la empresa Rann Safaris, la cual cerraba horas después ante el revuelo provocado en las redes sociales.
La empresa contratada por el rey en Botsuana, Rann Safaris, ofrece como servicio estrella el paquete de “Safari de elefantes”, que por el módico precio de 59.500 dólares (45.700 euros, aproximadamente) ofrece todo tipo de facilidades para la caza de paquidermos durante 14 días. El plan incluye licencias de caza, tasas por trofeo, embalaje de colmillos, y suplementos por traslado de piel de elefante.
Algo más económico es el pack “Safari de leopardos”, que por 46.900 dólares (35.376 euros), además de las licencias pertinentes, incluye una jauría de perros para acompañar a la expedición. Otra de las opciones ofertadas, para una estancia más corta, es la del “Safari de búfalos”, que cuesta 29.120 dólares (21.965 euros). Por último, la página web anunciaba, antes de ser cerrada, que el servicio de “Safari de rinocerantes” estaba también a disposición de sus clientes aunque sólo bajo demanda previa.
Asimismo, dentro del ‘menú’ de caza también se puede disfrutar de piezas sueltas, cada una con su correspondiente precio. Así, matar una cebra puede costar unos 1.200 dólares; el chacal es más barato, 100 dólares; el impala cuesta 350 dólares y los ñus, dependiendo de la especie, varían entre los 500 y los 1.300 euros.
A todos estos precios habría que añadir una serie de gastos extras imprescindibles para manejarse por el Kalahari, como pueden ser los porteadores y oteadores, la munición, la licencia de armas, el seguro médico o el servicio de traslado chárter.
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