"Muy satisfecho" parecía el defensor de la infanta, Miquel Roca, tras las siete largas horas de declaraciones de su cliente ante el juez. Prudentemente satisfechos, también, en la Zarzuela y en la Moncloa por la deriva del caso, el más comprometido de cuantos ha afectado a la Institución. Roca fue precisamente el encargado de ir transmitiendo al Rey las novedades de la declaración a lo largo de la tarde.
La infanta doña Cristina pasó la noche del sábado en Palacio, junto a sus padres. Se trasladó desde Palma en vuelo regular una vez concluída su deposición ante el instructor que investiga el "caso Nóos". Al mediodía de ayer tenía previsto regresar a su residencia en Ginebra donde le aguardan su esposo y sus hijos. Hoy mismo volverá ya a su trabajo habitual en la sede de la Fundación la Caixa en la localidad suiza.
La Zarzuela ha querido mostrar en estas últimas semanas su distancia formal con este endiablado asunto, después de sonoros tropiezos mediáticos, como respaldar el recurso del fiscal cuando el primer intento de imputacíón de la Infanta. Pero el fin de semana ha supuesto un alivio a tantas tensiones acumuladas durante meses.
"Nada de privilegios"
Las cosas han ido bien en el juzgado y "lo peor ha pasado", comentan, con comedido optimismo, fuentes del equipo de Zarzuela. La infanta iba muy bien preparada. "No ha podido ser un día mejor, la infanta ha declarado, ha colaborado, no ha tenido aforamiento ni privilegios", declaraba Roca.
Punto importante. La defensa hizo enorme hincapié en la fórmula de "nada de privilegios". El Rey invocó hace ya tres años la igualdad de todos ante la ley en su mensaje de Navidad. En el de las pasadas Navidades, asumió la responsabilidad "de ejemplaridad y transparencia" que reclama la sociedad. De ahí su empeño en que Doña Cristina no recurriera, en esta segunda oportunidad, la citación a declarar como imputada. Así ha sido. "Sin privilegios", dijo su letrado. Rectificación algo tardía, pero restificación al fin.
Tanto en la Zarzuela como en la Moncloa, toca ahora proceder a la evaluación de daños y al diseño de estrategias. Coincidencia en ambas instancias en que, tras su declaración, la infanta va a resultar exonerada de cualquier delito. La fianza de 600.000 euros demandada por la Fiscalía por lucrarse de los beneficios en Aizóon, la empresa pantalla que utilizaba su esposo para presuntamente eludir al Fisco, muestra cual puede ser el camino. Ni procesamiento, ni banquillo, ni condena. Estas son las previsiones con que se manejan en el entorno del Rey y del Gobierno. Responsabilidad civil, pago de la cantidad que se estipule, y asunto concluído
Alejamiento de los duques de Palma
Cuestión aparte es el futuro de su esposo, Iñaki Urdangarin, con un horizonte penal más complicado, debido en parte a una estrategia de defensa totalmente errada en un principio y rectificada parcialmente sobre la marcha. La Zarzuela trató en su día de poner distancia entre los duques de Palma. Resultó imposible puesto que doña Cristina, séptima en la línea de sucesión, se ha mostrado irreductible ante esta posibilidad. No queda otra, por tanto, que mantener muy alejados a los duques de Palma de la Familia Real, sea cual sea el resultado del proceso. Doña Cristina ya ha sido apartada de la agenda y del presupuesto oficial.
En Zarzuela pretendieron en su momento que la infanta renunciara a sus derechos dinásticos. No lo consiguieron. Habrá que esperar a ver cómo evoluciona el juicio oral para tomar decisiones. Urdangarin ha resultado estigmatizado para los restos. Las dudas estriban en si la infanta puede ser rescatable para la Insititución. Algo que ahora mismo se antoja inimaginable.
Paralelamente, en la Moncloa también se percibe una sensación de alivio tras la declaración de Doña Cristina. El Gobierno ha sido acusado en distintas instancias y a lo largo del proceso de manipular o presionar tanto a la Agencia Tributaria, la Abogacía del Estado e incluso a la Fiscalía para conseguir unas conclusiones favorables a la infanta. Ahora está todo en manos del juez Castro. El foco sale del ámbito gubernamental y "ahora sólo queda apoyar a la Corona a recuperarse de este episodio tan grave", según fuentes de Presidencia. Una tarea ardua, cuyo primer paso se centra ya en una campaña de rehabilitación de la figura de Su Majestad, pero con la mirada puesta en el Príncipe de Asturias, sobre cuyas espaldas reposa el futuro de la Institución. El Rey viaja esta semana a Lisboa, para presidir unas sesiones de la Fundación Cotec y recibe en audiencia en Palacio a dignatarios extranjeros. "La vida sigue y no se adivinan contratiempos", puede ser el eslogan del equipo del Monarca.
Meses quedan aún por delante hasta la apertura del juicio oral y la clausura definitiva de todo el 'caso Nóos'. Durante este tiempo, la sombra del escándalo seguirá golpeando los muros de la Zarzuela, ahora tan frágiles. Pero la posible exoneración de la infanta, y su alejamiento absoluto de la Familia Real, también ayudará a encarrilar el torcido curso de los acontecimientos, según las confiadas cábalas con que se maneja el equipo de la Zarzuela.
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