El rey emérito Juan Carlos I encargó en su despacho de Zarzuela "crear una estructura" para ocultar dinero de Arabia Saudí en Suiza.
Juan Carlos I solicitó al gestor de fortunas Arturo Fasana y al abogado suizo Dante Canónica que le crearan "una estructura" en Suiza para guardar una donación importante que iba a recibir del rey de Arabia Saudí.
El abogado confesó esta información en su declaración ante el fiscal de Ginebra Yves Bertossa, quien tiene sospechas de que el emérito ocultó alrededor de cien millones de dólares en el país helvético.
En concreto, las sospechas están puestas en que Juan Carlos habría ocultado esta cantidad de dinero con la ayuda del letrado, Fasana y la banca Mirabaud.
En la declaración de Canónica, en el año 2018, según ha adelantado 'El Español', aseguró que el nacimiento de la Fundación Lucum se produjo en la propia residencia oficial del rey emérito.
Además, también hizo referencia a las idas y venidas de Fasana a Washington y a Basilea después de que Juan Carlos I les facilitara "las coordenadas" del embajador saudí en EEUU, que iba a ser el intermediador en la transferencia de cien millones de dólares.
Preguntó si existía la posibilidad de crear una estructura para recibir esta donación. Le respondí que era importante que supiéramos la cantidad", dijo el abogado
"Conocí a Juan Carlos I en Madrid con Arturo Fasana en el Palacio de la Zarzuela. Nos explicó que su amigo, el antiguo rey de Arabia Saudita -Abdalá bin Abdulaziz al-Saúd, fallecido en 2015-, quería hacerle una importante donación. Le pregunté cuánto dinero. Me respondió que no lo sabía", aseveró Canónica y recoge el digital.
"Estructura para recibir una donación"
"Preguntó si existía la posibilidad de crear una estructura para recibir esta donación. Le respondí que era importante que supiéramos la cantidad y que también era importante crear una estructura totalmente transparente, es decir, que Juan Carlos I apareciera como beneficiario efectivo", continuó.
Según el abogado, estaba "fuera de discusión" crear una estructura "opaca". "Esto no era posible", dijo. "Le indiqué que si los fondos eran depositados en un banco de Ginebra, habría todo un trabajo de due diligence [auditoría legal sobre el dinero] que hacer. Arturo Fasana planteó las mismas exigencias que yo", añadió.
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