Don Felipe ha hecho un llamamiento a todas las fuerzas parlamentarias para que no se discuta la "validez misma de la democracia". En su discurso de Navidad, también ha alertado contra la "contienda política atronadora" que no debe impedir "escuchar una demanda aún más clamorosa: una demanda de serenidad". En su opinión, en un clima de creciente tensión verbal en el parlamento, "no podemos permitir que la discordia se convierta en un constante ruido de fondo que impida escuchar el auténtico pulso de la ciudadanía".
En este sentido, el jefe del Estado ha reclamado a todos los españoles "serenidad en la esfera pública y en la vida diaria, para afrontar los proyectos colectivos o individuales y familiares, para prosperar, para cuidar y proteger a quienes más lo necesitan". Una petición que le ha permitido recordar "la reciente reforma del artículo 49 de la Constitución, referido a las personas con discapacidad, es un buen ejemplo de lo que podemos lograr juntos".
El monarca se ha referido a la Carta Magna para reivindicar que es "nuestra gran referencia en España: la Constitución de 1978, su letra y su espíritu". "El acuerdo en lo esencial fue el principio fundamental que la inspiró", ha reseñado, para reivindicar que "trabajar por el bien común es preservar precisamente el gran pacto de convivencia donde se afirma nuestra democracia y se consagran nuestros derechos y libertades, pilares de nuestro Estado Social y Democrático de Derecho".
En su habitual discurso de Navidad, centrado este año en la DANA y en algunas de las principales preocupaciones de los españoles, como la inmigración y la vivienda, el jefe del Estado ha reivindicado que "un pacto de convivencia se protege dialogando, con altura y generosidad, que debe siempre nutrir la definición de la voluntad común y la acción del Estado".
Reclama ayuda europea con la inmigración
Una de las cuestiones a las que se ha referido Felipe VI durante su discurso ha sido a la integración de la inmigración, en un momento en el que España, en particular Canarias, vive una de las peores crisis migratorias de las últimas décadas.
Precisamente a esa crisis que se vive en la frontera sur, y en "la manera en la que seamos capaces de abordar la inmigración", se ha referido para reclamar ayuda a las instituciones europeas y los países de nuestro alrededor. La solución, ha dicho, "también precisa de una buena coordinación con nuestros socios europeos, así como con los países de origen y tránsito".
El Rey, que ha recordado que "la inmigración es un fenómeno complejo y de una gran sensibilidad social que responde a causas diversas", ha reclamado "un esfuerzo de integración, que corresponde a todos, el respeto de las leyes y normas básicas de convivencia y civismo, y el reconocimiento de la dignidad que todo ser humano merece, sin olvidar nunca la firmeza que requiere la lucha contra las redes y las mafias que trafican con personas".
Aumentar la oferta de vivienda
Don Felipe también se ha referido al problema de la vivienda que afecta, ha dicho, "sobre todo a los más jóvenes en la dificultad para acceder a una vivienda". En este sentido, ha subrayado que "las ciudades, en especial las grandes urbes, actúan como polos de crecimiento y generan una demanda que la oferta no alcanza a satisfacer".
Lejos del discurso de parte de la izquierda que gobierna el país, que aboga por intervenir el mercado, el Rey ha reclamado "que todos los actores implicados reflexionen, se escuchen unos a otros, que se examinen las distintas opciones y que sea ese diálogo conduzca a soluciones que faciliten el acceso a la vivienda en condiciones asumibles".
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