España

CiU confía en que el Rey obligue a Rajoy a recuperar el diálogo sobre Cataluña: “Felipe VI necesita su 23-F”

Van a suceder cosas que no estaban en el guión. Esta es la intuición con la que los nacionalistas encaran el reinado de Felipe VI. Mas y Duran i Lleida, las dos cabezas más visibles de CiU, confían en que el Rey obligue a Mariano Rajoy a recuperar el diálogo sobre Cataluña en un momento en el que la Monarquía sigue fondeada en un espacioso sentimiento de rechazo.

Don Felipe precisa de un efecto similar al del 23-F”, resume un diputado de Convergencia al referirse al balón de popularidad que obtuvo don Juan Carlos al abortar el golpe de Tejero y a la necesidad que tiene ahora su hijo, el nuevo rey de España, de ganarse el trono cuando la Monarquía sigue fondeada en un espacioso sentimiento de rechazo. El presidente de la Generalitat, Artur Mas, convocaba a los periodistas en la tarde del jueves para decirles: “Podría haber aprovechado la ocasión para reconocer que España es un Estado en el que hay varias naciones, una de ellas Cataluña, y Felipe VI no lo ha hecho. Pero no podemos apostarlo todo a un discurso y veremos cómo transcurren las cosas. Yo me pongo a disposición del Rey”.

En CiU se opina que las primeras referencias del Rey a Cataluña son genéricas y que hay que esperar acontecimientos

Ventana abierta al acuerdo y recogida del guante que pocas horas antes acababa de lanzar a Cataluña don Felipe en su discurso de proclamación: “Deseo una España en la que no se rompan nunca los puentes de entendimiento”. La frase ha sido procesada por las dos partes en conflicto de forma interesada: Mas no cree que fuera dirigida a él, mientras que el Gobierno se ha puesto en posición de espera. Pero lo importante, aseguran fuentes nacionalistas, es que en los gestos del monarca se intuye un afán por desbloquear el enfrentamiento y promover una solución dialogada ejercitándose como árbitro de la disputa.

El concierto de las lenguas

Los guiños son importantes, comentaban este jueves en el corazón de CiU, y pueden contribuir a que sucedan “cosas que no estaban en el guión”. El propio Mas valoró su presencia en el Congreso, sentado al lado del lendakari, Iñigo Urkullu, y del presidente gallego, Alberto Nuñez Feijóo, que no paró de pegar la hebra con ellos. Avisos del nuevo Rey: no solo despidió su discurso en catalán, vasco y gallego, sino que enfatizó la importancia del “concierto de las lenguas”, uno de los aspectos que roza las fibras más sensibles de los nacionalistas. Felipe VI habló de la unidad de España y del respeto a la ley, de lo obvio, pero citó a Antonio Machado, Salvador Espriu, Gabriel Aresti y Alfonso Castelao como referentes del diálogo entre españoles desde la diversidad cultural. Una nación no es solo su historia, dijo el Rey, también es un “proyecto integrador”. Y hay que mirar al futuro.

Nueva versión sobre la abdicación de don Juan Carlos

Entre las muchas versiones que semanas atrás circularon sobre los motivos que pudieron precipitar la abdicación de don Juan Carlos, pesa una que apunta a que el antiguo monarca no estaba dispuesto a aceptar que durante su reinado se solucionara el problema catalán como estaría proponiéndole Mariano Rajoy. Algunos testimonios llegados al nacionalismo catalán apuntan también en esta dirección. Y este mismo jueves, otro dato a anotar, desde CiU salía la primera crítica pública al Rey anterior por su forma de moderar la discordia. Si hubiera exigido en su momento a Rajoy que no utilizara la reforma del Estatuto catalán para atacar a Zapatero, quizás entre Cataluña y el Estado no se estarían viviendo estos momentos, se desahogó el diputado Pere Macías ante un grupo de periodistas.

Primera crítica pública del nacionalismo catalán a don Juan Carlos: No impidió que Rajoy utilizara el Estatuto catalán contra Zapatero

Ahora, desde CiU y desde la Generalitat se espera que el Rey, además de estrenarse con gestos, patrocine “todo lo que discretamente que se quiera” una salida dialogada que le aporte también a él una inyección de popularidad similar a la que a partir de 1981 facilitó a su padre la fallida asonada del 23-F. Desde el nacionalismo vasco también le han emitido a Felipe VI las oportunas señalizaciones. Pasaron desapercibidas entre las intervenciones de Rajoy y Rubalcaba, pero constan en el diario de sesiones del Congreso cuando hace quince días se debatió la ley de Abdicación. “Para nosotros, Felipe VI es una auténtica incógnita, no podrá limitarse a ser una figura de cera y si quiere legitimarse, deberá dejar una idea clara más pronto que tarde de qué modelo de Estado imagina”, sentenció el diputado y profesor de Deusto Aitor Esteban en el mismo hemiciclo donde este jueves arrancó el nuevo reinado.

La partida no es fácil y se juega en un tablero inestable, entre otras razones porque dirigentes de CiU admiten en privado que el proceso soberanista en Cataluña ya se controla desde la calle. Sin embargo, Artur Mas necesita un salvavidas y, más allá de sus selectivos aplausos al discurso del Rey, ahora confía en que sea éste quien obligue a Rajoy a recuperar el diálogo. Con Felipe VI se enorgullece de hablar en catalán, un detalle aparentemente irrelevante que para el jefe de la Generalitat, sin embargo, tiene la máxima consideración. Nuevos tiempos.

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