Un estreno peliagudo pero inevitable. Marruecos ha sido el destino elegido por el futuro rey Felipe VI para debutar en la arena internacional, un área en la que su padre, don Juan Carlos, se movía como pez en el agua. No hay confirmación oficial sobre si la para entonces reina Letizia acompañará al monarca en estos desplazamientos. Desde Palacio se sugiere que es muy posible que así ocurra pero todavía no se han cerrado las visitas. No hay fechas ni formatos pero los preparativos van adelantados.
El ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, se desplazó este lunes a la capital marroquí para cerrar las agendas. Don Felipe no ha viajado mucho por Rabat. Los contactos con el difícil vecino del sur los controlaba don Juan Carlos, quien mantiene unas espléndidas relaciones con Mohamed VI, igual que las matuvo con su padre Hassan II. Hay muchos asuntos pendientes a ambos lados del Estrecho. Inmigración y seguridad son los principales. Esta primera visita de Felipe VI, que coincidirá con la celebración del Ramadán, servirá para calibrar el nivel de entendimiento entre los dos monarcas, que son casi de la misma generación (seis años mayor el alauita) aunque se han visto pocas veces. Un debut internacional muy complicado, pero imprescindible. Lo manda la tradición. Maruecos siempre tiene que ser el primer paso diplomático.
Destinos más cómodos
Más cómodos serán los desplazamientos a Portugal y a Francia, donde hay importantes cuestiones pendientes pero las relaciones fluyen con normalidad. El Rey viajó a Portugal a principios de este año y hace unos días Rajoy y Passos Cohelo celebraron, en compañía de varios minsitros por cada lado, una cumbre bilateral en la hermosa localidad de Vidago. París era una escala pendiente en la agenda de don Juan Carlos, quien optó por cerrar su periplo por el Golfo y dio largas a su encuentro con un François Hollande sumido en la vorágine preelectoral que tan nefastos resultados arrojó para su partido.
Lo manda la tradición. Marruecos siempre tiene que ser el primer paso diplomático
Superado el estío, Felipe VI y Letizia se trasladarán a Nueva York para asistir a la Asamblea de Naciones Unides, en una sesión que será su presentación formal en la sociedad internacional. Allí se encontrarán con el matrimonio Obama, otra cita de interés, aunque se limite a un saludo protocolario en el que quizás se pueda hablar sobre una futura visita del presidente de los EE.UU. a España. Obama habló el domingo con don Juan Carlos para felicitarle por su 'histórico reinado'. Una despedida amable, como corresponde a dos países aliados.
Cerrará Felipe VI el año internacional en Veracruz, México, en la Cumbre Iberoamericana, un ámbito en el que el joven rey se encuentra mucho más cómodo ya que conoce a la práctica totalidad de los dirigentes de países de habla hispana ya que ha asistido a sus tomas de posesión. El Príncipe de Asturias siempre ha tenido clara la importancia de mantener muy fluidas las relaciones con el mundo iberoamericano, no sólo porque se trata de una idea que en su momento puso en marcha don Juan Carlos sino porque la sensibilidad de don Felipe hacia las repúblicas iberoamericanas y lo que representan es una de sus principales preocupaciones desde hace años.
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