En el equipo de Pedro Sánchez se tiene muy estudiado que, en las actuales circunstancias, ser el segundo en afrontar el debate de investidura tiene sus ventajas. Entre otras, la de controlar los tiempos y poder situar las fechas del debate muy cerca del vencimiento del plazo de 60 días que marca la frontera entre la posible formación de Gobierno o, por el contrario, la convocatoria de nuevas elecciones. Ha sido el Rey, aseguran fuentes socialistas, el que proponiendo candidato a Rajoy sabiendo que iba a rechazarlo, le ha regalado la oportunidad de concurrir a la investidura en el segundo turno y, por tanto, de manejar unos tiempos que pueden favorecer al presidente en funciones. “En público no lo podemos decir, pero es notorio que en Zarzuela no ha habido imparcialidad”, relatan estas fuentes.
"Es notorio que en Zarzuela no ha habido imparcialidad", se asegura en el PSOE
La pregunta es obvia. ¿De qué manera podría haber demostrado el Rey su neutralidad? La respuesta que se da en las filas socialistas es muy directa: “Al conocer de boca de Rajoy que no contaba con los apoyos suficientes para salir investido, no hubiera sido necesario proponerle como candidato, sencillamente podría haber dejado que corriera el tiempo hasta que el presidente en funciones le comunicara que ya había reunido los votos necesarios o que renunciaba a la Presidencia del Gobierno porque no veía posible contar con estos apoyos”. Esta hubiera sido, según estas fuentes, una actitud por parte de Felipe VI “totalmente comprensible”, teniendo en cuenta que Rajoy fue el 20-D el cabeza de la lista más votada y, por tanto, a quien corresponde de forma natural ir primero al Congreso para presentar su programa de Gobierno.
Marejada en el PSOE y presión de Podemos
La impresión de que la Casa Real ha favorecido la maniobra de Rajoy de declinar ser el primero en someterse a la investidura está muy extendida en las filas socialistas. Fue un anuncio que Pedro Sánchez no se esperaba y que cuando llegó, avanzada la tarde del pasado viernes, le dejó descolocado a él y a todo su partido. Le pilla en medio de una tormenta interna en el PSOE y, además, sometido a una fuerte presión de Podemos para que se defina más pronto que tarde ante la oferta de un Gobierno de coalición en el que Pablo Iglesias exige la Vicepresidencia. Sánchez no ha sabido desde entonces salir del atolladero, lo que explica su frase recurrente de que “este es el tiempo de Mariano Rajoy”.
Las maniobras de Sánchez para revertir esta situación empezarán a despejarse la semana que viene, una vez que el martes el Rey vuelva a recibirle en La Zarzuela, poco antes de que mantenga una nueva entrevista con Rajoy. El lunes, volverán a pronunciarse los líderes de Podemos y de Ciudadanos tras su cita con el Rey. En el PSOE se vería bien que el Rey propusiera de nuevo a Rajoy como candidato, "algo que devolvería la imparcialidad a la Casa Real".
El Rey hubiera podido esperar a que Rajoy tuviera apoyos o renunciara a la investidura, aseguran en Ferraz
Las reglas para designar al jefe del Ejecutivo figuran en el artículo 99 de la Constitución y en el Reglamento del Congreso. En ellas se da al Rey amplia discrecionalidad para proponer candidato a quien él quiera e, incluso, para intervenir como mediador buscando una propuesta que tenga el mayor respaldo posible. La costumbre es que proponga como candidato a la investidura al más votado, pero también podría apostar por otros, incluso por alguien que no haya concurrido a las elecciones, antes de decidirse por convocar nuevas legislativas.
Una vez que el Rey propone candidato a la investidura y éste acepta, las fechas del debate las decide el presidente del Congreso, algo con lo que cuenta Pedro Sánchez para cuando le llegue el momento de comparecer ante el Parlamento.