Felipe VI trabaja junto a sus colaboradores más estrechos en la elaboración de su primer mensaje navideño. Se trata de una gran prueba de fuego ante los españoles. Y en la Zarzuela, al igual que se hizo con su discurso de proclamación, se están cuidando sobremanera todos los detalles. La novedad, respecto a los años precedentes, es que el actual monarca, en contraste con Juan Carlos I, se implica más en estas tareas. Obviamente, la situación política catalana y la imputación de su hermana, la infanta Cristina, son los dos temas más espinosos de su alocución.
El monarca y el jefe de su Casa, Jaime Alfonsín, trabajan codo con codo en este discurso navideño junto a sus más estrechos colaboradores. Falta un mes para Nochebuena y, por tanto, tiempo hay de sobra para prepararlo. Pero al actual monarca le gusta ser previsor y, además, sabe que se juega mucho en su primera alocución ante los ciudadanos, según fuentes de toda solvencia consultadas por Vozpópuli. Entre actos oficiales y audiencias, Felipe VI encuentra tiempo para reunirse con los trabajadores de la Casa y abordar este asunto. De hecho, la gran diferencia en la creación del mensaje respecto al pasado es que, como se ha dicho, el actual monarca participa más que su progenitor en estos temas.
Juan Carlos I tuvo que enfrentarse a graves problemas, es cierto, pero el desafío soberanista que ha impulsado Artur Mas, la celebración del referéndum del 9-N y la probable convocatoria de unas elecciones plebiscitarias suponen una situación sin precedentes para la Corona
Se trata de un mensaje de vital importancia para el Reinado de Felipe VI, tanto porque es el primero que pronunciará como por los asuntos delicados que tendrá que tratar. Desde la Transición, nunca antes se había vivido un momento tan difícil desde el punto de vista de la unidad de España. Juan Carlos I tuvo que enfrentarse a graves problemas, es cierto, pero el desafío soberanista que ha impulsado Artur Mas, la celebración del referéndum del 9-N y la probable convocatoria de unas elecciones plebiscitarias suponen una situación sin precedentes para la Corona. La respuesta a este asunto, que es imposible de conocer previamente por motivos obvios, será el punto fuerte del mensaje.
Imputación no definitiva, pero dañina
La otra gran dificultad con la que, lógicamente, se encuentra el monarca es la imputación de la infanta Cristina. Una imputación que, todo hay que decirlo, aún no es definitiva. De hecho, algunas fuentes dan por seguro que, sobre la base de la doctrina del amor, finalmente se librará de tener que sentarse en el banquillo como acusada, algo que sería especialmente dañino para la imagen de la Monarquía. En todo caso, esta situación ya está erosionando, como todo el caso Urdangarin, a la Casa del Rey. Tanto que en las últimas semanas se ha especulado mucho con una posible renuncia de la infanta a sus derechos dinásticos.
De momento, no hay renuncia ni nada similar. Pero es seguro que el monarca tiene que referirse, por fuerza, a este tema. En la memoria de todos los españoles sigue aquella famosa frase de Juan Carlos I en su mensaje de Navidad de 2011, en plena ebullición del caso Nóos: "La justicia es igual para todos". Y es que, sin duda, amén de la probable referencia a su cuñado, Felipe VI tendrá que hablar, por fuerza, de la corrupción galopante que tanto enfada y preocupa -según el CIS- a los ciudadanos. Sin ir más lejos, uno de los asuntos más turbios del momento, el de las tarjetas opacas de Caja Madrid, ha golpeado a la propia Corona, al estar afectados tanto un consejero como un asesor del monarca.
Más complejo aun, si cabe, es saber si habrá algún comentario del rey referido a Podemos. Es un asunto que interesa a los ciudadanos, pero lo lógico es que la Corona mantenga su escrupulosa neutralidad al respecto.
Asuntos técnicos
Desde el punto de vista meramente formal, las fuentes consultadas apuntan a que, como es tradición, el equipo habitual de Televisión Española (TVE) se ocupará de la producción y grabación del mensaje. Se trata de una decena de empleados de la cadena pública que siempre trabajan en estos menesteres. Como cada año, muchos analistas estarán pendientes de las imágenes que aparezcan en el discurso, de los planos realizados, etcétera. Y es que, en lo tocante a la Corona, son tan importantes los hechos tozudos como los gestos simbólicos.
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