Reyes Maroto (Medina del Campo, Valladolid, 49 años) es la paracaidista designada por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez para aterrizar en la arena madrileña y enfrentarse al alcalde, José Luis Martínez-Almeida, y a la líder de la oposición, Rita Maestre (Más Madrid). La hasta ahora titular de Industria se siente atada a la ciudad donde pasó algunos años de estudiante y de primeros trabajos. Y quiere emular la gesta de la exalcaldesa Manuela Carmena hasta el punto de que ha buscado su máxima implicación en la campaña. No obstante le ofreció cerrar la lista socialista.
Maroto emprende el viaje a la política municipal tras su paso por Moncloa, donde ha sido la ministra que más PIB español ha manejado. Aunque sobre la vallisoletana pesa su "escasa" relevancia política, como coincidieron en señalar a este diario fuentes que la conocen bien. Maroto se licenció en Economía en la Universidad de Valladoloid, formación que complementó con un máster de Economía y Finanzas por el Centro de Estudios Monetarios y Financieros (CEMFI) y un posgrado de Evaluación Sanitaria y Acceso al Mercado por la Universidad Carlos III de Madrid.
Poco después fue profesora en la universidad madrileña y trabajó en la Fundación Ideas, afín al PSOE, y en Analistas Financieros Internacionales. Su trayectoria política arrancó en 2015, cuando ocupó el puesto número 20 en las listas socialistas para las elecciones autonómicas de mayo. En esos años fue portavoz en la Comisión de Presupuestos, Economía, Hacienda y Empleo de la Asamblea regional. Ya en 2018, Maroto renunció a su acta, justo cuando Pedro Sánchez la designó como ministra de Industria, Comercio y Turismo.
Carmena, la referencia
Maroto está construyendo su campaña con Carmena como referente. Ella misma se reconoce muy parecida a la exalcaldesa en la manera de comprender la política: diálogo desde la discrepancia respetuosa y pacto. La candidata del PSOE se ha reunido con ella en dos ocasiones. Una de ellas fue en Zapatelas, la tienda de ropa de la oenegé Cosiendo el Paro en la que colabora Carmena.
El equipo de Maroto no quiere un regreso a la primera línea de la única alcaldesa de izquierdas que ha tenido Madrid en casi tres décadas. Es más, fuentes el entorno de Carmena descartan que esta termine aceptado aunque sí ve con buenos ojos el proyecto de Maroto. Pero los socialistas buscan una conexión total con ella. Hasta Sánchez eligió para presentarla en sociedad la misma nave en la que Carmena e Íñigo Errejón repartieron magdalenas. La exministra quiere erigirse en la heredera del 'carmenismo'; algo que rehusará hacer Rita Maestra, la candidata de Más Madrid, pese a que Carmena fue el germen del partido que fundó Errejón como escisión morada tras la guerra de Vistalegre.
Maroto no ha dudado en aprovechar el altavoz mediático que le ha proporcionado Moncloa para intentar darse a conocer. Ya entró en campaña en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, pese a ser el lugar menos indicado. Maroto quiere abordar los temas de Madrid desde la experiencia que le ha dado el ministerio. Ella misma se jacta de ver el potencial de la capital antes que nadie y desde un ángulo único. Por ejemplo, tiene obsesión por digitalizar la ciudad y hacerla más tecnológica casi que Seúl. Esa es una de sus bazas: la información que maneja y que no disponen el resto de candidatos para pensar "un Madrid grande".
Maroto debe respirar Madrid
En cualquier caso, cabe recordar que su designación como candidata es un ‘sapo’ que le ha tocado tragarse tras la negativa del resto de sus colegas de Gobierno a quemarse en una plaza tan complicada para el PSOE. Aunque no solo, también le debe fidelidad a Pedro Sánchez por mucho que la relación entre ambos no pasaba por el mejor momento tras la crisis política que se vivió en la negociación con el PERTE de Seat.
La candidata socialista sabe que la campaña para la alcaldía la llevará a tomar partido por asuntos que dividen a los madrileños aunque de momento ella se muestra equidistante. Por ejemplo, dice no ser ni del Real Madrid ni del Atlético. Y ni se abre del todo ni se cierra a la ansiada Olimpiada capitalina. Eso sí, quiere quedarse en Madrid los próximos años para asentar el proyecto, consciente de que cuatro años no son suficientes. Tanto si llega a la alcaldía, como si se queda en liderando la oposición, su auténtica meta.
Maroto, además, advierte de que quiere a su izquierda unida. No en vano, sabe que es muy probable que se necesiten acuerdos de coalición para desbancar a Martínez-Almeida. Las cosas en Madrid están algo más abiertas que en la Comunidad, donde la presidenta, Isabel Díaz Ayuso, tiene a tiro de piedra la mayoría absoluta.
Los roces internos
Hasta ahora, la extitular de Industria ha podido compaginar sus actos como miembro del Gobierno con los de partido, pero el tiempo ya apremiaba. Los roces entre su equipo y el secretario general del PSOE-M y candidato a la presidencia de la Comunidad, Juan Lobato, han ido en aumento, según fuentes conocedoras de la interna de la candidatura. Y en el entorno de Maroto hay malestar por la forma en que se han cerrado las listas con las que competirá.
Como adelantó El Independiente, la base de nombres estaba repleta de cargos orgánicos. No había ni una sola figura apartidista ni nombres atractivos de fuera de la política. Su número dos es el diputado en el Congreso y secretario de Organización del PSOE capitalino, Daniel Viondi. Y su tres es la directora de la campaña de la aspirante, Enma López, actual concejala y a quien Ferraz ha situado en primera línea para potenciar su perfil. Y es que Lobato la ve con muy buenos ojos. La confección de las listas a las municipales en el PSOE es una tarea compartida entre la dirección local del partido y el cabeza de cartel, según los estatutos.
Lo cierto es que Lobato, que niega a Vozpópuli cualquier tipo de desavenencia con Maroto y su entorno, "quiere controlar" la campaña, mientras que la titular de Industria "va más por libre". En ello también inciden los secretarios generales de las agrupaciones, que machacan a Maroto con que debe ser dueña de la campaña. "Tú, tú y tú", le vienen a decir. Tras Maroto trabaja su jefe de gabinete en Industria, Juan Ignacio Díaz Bidart; un hombre de su absoluta confianza (casi el único de quien se fía) y que ya se enfrentó a Luis Arroyo, el consultor que eligió Ferraz para dirigir la mejor campaña contra el alcalde José Luis Martínez-Almeida. Pero las desavenencias entre ambos fueron tan grandes que el presidente del Ateneo de Madrid se apartó casi antes de haber arrancado. Ahora es la socialista Enma López, mano derecha de Lobato, quien planifica la campaña de Maroto. El 28-M las urnas juzgarán su papel.