Génova no da verosimilitud a las acusaciones del juez Castro, que instruye el caso Nóos, sobre la presunta implicación de la alcaldesa de Valencia en un trato de favor a la trama que creó el yerno del Rey, en este caso para organizar una serie de eventos en la capital del Turia, algunos de los cuales llegaron a celebrarse y otros no. Es por ello que la consigna interna es defender a la incombustible alcaldesa que ayer recibió el apoyo explícito de alguien que tiene mucho que decir en la elaboración de las listas electorales: la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal. La "número dos" popular hizo una defensa cerrada de ella al afirmar que "es la mejor alcaldesa y me parecería fantástico que repitiera y así lo espero durante mucho tiempo".
A preguntas de los informadores y sin hacer ningún tipo de referencia al expresidente de la Comunidad Valenciana Francisco Camps, al que la dirección nacional del partido ha abandonado definitivamente, insistió en su convencimiento de que el PP "y los valencianos saben que ha sido la mejor alcaldesa de valencia y espero que lo siga siendo", dando así carta de naturaleza a unas recientes declaraciones de la aludida de que le gustaría repetir como candidata a las elecciones locales de 2015. Barberá no ha dudado en afirmar que en el auto de Castro "hay alguna que otra falsedad determinante y algunos juicios de valor que no son propios de articular en un escrito de petición de investigación por posible delito. No caben. Caben las pruebas para aportarlas para que se investigue". Los presuntos delitos no son menores, ya que en el escrito remitido al Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana, el juez ve indicios de falsedad documental, malversación y prevaricación.
La dirección nacional de los populares quiere paliar en alguna medida la "falta de cariño" de la que se quejó Barberá cuando Camps cayó en desgracia y su comunidad también. De poner a Camps como un ejemplo de gestor y de político, se pasó a un déficit y deuda desbocada y a una organización comida por los escándalos de corrupción. Y aunque el expresident salió exonerado del caso de los trajes, las cuotas de confianza que recibió quedaron exhaustas. Pero Barberá sigue siendo un valor político y electoral que quieren preservar.
Génova no ha movido una ceja tras los cantos de sirena de que a Camps le gustaría ir en las listas europeas
El gesto más importante de acercamiento con la organización valenciana lo protagonizará el presidente del Gobierno este fin de semana, puesto que clausurará el sábado en la localidad de Peñíscola (Castellón) la convención del PP regional. Mariano Rajoy no pisa la Comunidad Valenciana desde 2011. De hecho, no había vuelto como presidente del Gobierno. Se trataba de una especie de "cordón sanitario" del que se quejaba también el sustituto de Camps, Alberto Fabra. Rajoy "plantó" a Barberá en el balcón consistorial en el arranque de las Fallas en 2012 y este año también, evitando, ya de paso, los abucheos que lanza el público a cualquier político que se asome por allí.
La posición del PP respecto a Francisco Camps es diametralmente opuesta a la que mantiene con Barberá. Bien es cierto que ayer no se le preguntó a Cospedal por éste y Génova mantiene un silencio sepulcral respecto al que fuera uno de los barones territoriales y presidentes autonómicos más importantes del PP. Ni siquiera han movido una pestaña ante los cantos de sirena que desde su entorno se han lanzado respecto a buscarle un hueco en la futura candidatura a las elecciones europeas, tal y como adelantó Vozpópuli. La conclusión de que Camps ya está más que amortizado se saca de la propia declaración que en calidad de testigo hizo Esteban González Pons el pasado 19 de marzo ante el juez, atribuyendo a Camps la autoría del convenio de los Juegos Europeos, que no se celebraron, con el Instituto Nóos.
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