España

Rodrigo Amírola, el 'Rasputín' de Podemos que guía la estrategia de Yolanda Díaz

Esta es la historia de un viaje personal y profesional con muchas escalas. Rodrigo Amírola (Madrid, 1990) puso rumbo a la política cuando nació Podemos, en 2014. Su estación de

Esta es la historia de un viaje personal y profesional con muchas escalas. Rodrigo Amírola (Madrid, 1990) puso rumbo a la política cuando nació Podemos, en 2014. Su estación de partida fue ayudar al partido a coordinar la campaña de las elecciones europeas de ese año, en las que Pablo Iglesias descolocó al bipartidismo con cinco escaños. Tras varias paradas, hace ocho meses que se bajó en el andén de la vicepresidencia segunda del Gobierno, donde trabaja como estratega de Yolanda Díaz, la política del momento.

Amírola, licenciado en Filosofía por la Universidad Complutense de Madrid, cuenta a este diario que se conectó a Podemos inspirado por la elocuencia de Iglesias. Esa universidad es el laboratorio en el que el eterno referente morado ideó su partido. Podemos, en definitiva, fue la herramienta con la que un grupo de académicos practicó, a su manera, el arte de la política.

Luis Alegre, profesor de Filosofía en 'la Complu' y uno de los cabecillas del núcleo fundacional de Podemos, es el nexo que unió a Amírola al partido —al que sigue inscrito, pero del que está totalmente desvinculado—. Ahora, tras tantas luchas internas de las que fue protagonista, entiende que en Podemos haya quienes no le tengan "particular aprecio", como reconoce él mismo sin tapujos.

Según ha podido saber Vozpópuli, hay personas en el partido que están muy molestas con el papel de Amírola como 'Rasputín' de la vicepresidenta segunda. Y no dudan en señalarle como el responsable de ciertas filtraciones encaminadas a sembrar cizaña entre los morados y Yolanda Díaz en pleno proceso de incubación en la izquierda del "frente amplio" en el que Podemos, por peso, quiere decir mucho. Además, estas personas creen que lo hace a espaldas de la propia vicepresidenta.

Idas y venidas

"Me implico en Podemos por Pablo Iglesias. No le conocía personalmente, pero le seguía", explica Amírola, quien pese a quedar atrapado por ese halo de fascinación que irradió el exvicepresidente, nunca logró mantener una relación personal estrecha con él. Amírola dio sus primeros pasos en el círculo de Podemos en Barcelona, donde estudió un posgrado sobre el capitalismo contemporáneo y su crítica.

Cuando Amírola volvió a Madrid, Luis Alegre —entonces líder de Podemos en la Comunidad y cercano a Iglesias— le abrió la puerta. Pero poco después comenzó a trabajar con Íñigo Errejón en la secretaría política de Podemos. Allí dio rienda suelta a su habilidad, la que le hace destacar y por la que le pagan: construir discursos. La política es sobre todo palabra, la auténtica generadora de movimiento.

"Íñigo Errejón tenía un papel relevante en la construcción de discurso", explica. Él mismo aclara que no se fue con el hoy líder de Más País por una cuestión de afinidad. Simplemente les unió su desempeño profesional. Ambos estrecharon tanto los lazos que Amírola participó activamente en la contienda de Vistalegre II yendo en las listas de Errejón para disputarle a Iglesias el control del partido. Pero aquella batalla fue tan cruenta que todo saltó por los aires. También su relación con Podemos. "Me pareció que aquello era un desastre", zanja.

El estratega de Díaz fue uno de los principales defensores de la tesis de que no había que confluir con Izquierda Unida en 2015. Aunque llegó a Vistalegre II consciente de que había que cambiar la verticalidad del partido y abrirlo. "Podemos tiene que reconvertir la maquinaria de guerra electoral en una organización más abierta, amable e integradora. Ese reto pasa necesariamente por construir una organización con un diseño más democrático", defendió. Todo un misil al mando de Iglesias.

Eso sí, Amírola cuenta que trató de apaciguar el ambiente bélico: "En la medida en que tuve capacidad, trabajé para evitar que se llegara a ese clima de crispación". Lo cierto es que Errejón perdió ese congreso. Y pese a haber sido designado después candidato para presidir la Comunidad de Madrid, terminó dando un portazo a los suyos y aliándose con Manuela Carmena para levantar Más Madrid, su propio proyecto. Antes de que se consumara esa traición, Amírola siguió trabajando con Errejón, aunque él matiza que en ese momento ya estaba "de salida". "Me convenció de ir con él en esa nueva etapa", comenta.

Me pareció que aquello era un desastre"

Esa parada, no obstante, terminó mal. Y Amírola rompió con Errejón, con quien pese a no tener una mala relación, terminó levantando un muro: "No tuve un enfrentamiento. Pero en algunos momentos no compartimos decisiones importantes y decidí no seguir en ese proyecto". Él mismo reconoce esa tirantez que Errejón niega: "Tenían y tienen buena relación", zanja su entorno. La creación de Más Madrid pilló a Amírola fuera de Podemos: "Dejo el proyecto sin pelearme con nadie y sin hacer ruido".

No obstante, Amírola guarda relación con mucha gente de Más Madrid. Es más, es amigo de Mónica García y, aunque él no lo reconoce abiertamente, es el puente del acercamiento entre Yolanda Díaz y la líder madrileña de Más País. "No diría que mi función es esa. Yolanda tiene capacidad política de sobra para articular su espacio por su cuenta", asegura.

El estratega de la vicepresidencia cuenta que en el último año ha hablado más con Iglesias que con Errejón. Es más, algunas fuentes le sitúan pidiendo trabajo a el exlíder morado cuando rompió con el jefe de Más País. Pero nada de eso se consumó y puso rumbo a Barcelona, donde los 'comunes' se convirtieron en su nueva casa política. Otra parada.

Trabajo con los 'comunes'

Amírola, que ya estuvo en Barcelona estudiando el posgrado, volvió a la ciudad condal tras la llamada de la hoy jefa de En Comú Podem en el Parlament de Cataluña, Jéssica Albiach, para trabajar a sus órdenes como jefe de gabinete. Una fuente de los 'comunes' con peso en el partido define a Amírola como "muy buen tipo y muy lúcido y bueno políticamente".

"Jessica y yo nos conocimos de la etapa de Podemos. Y allí estuve trabajando en su gabinete, también en temas de discurso", zanja Amírola. En ese tiempo conoció a Josep Vendrell, el hoy director de gabinete de Yolanda Díaz y el hombre que le llevó a la vicepresidencia en mayo tras la salida de Iglesias del Gobierno y de la política activa.

Ahora, Amírola es uno de los hombres fuertes del equipo de la vicepresidenta. "Simpatizaba con ella y su proyecto y visión política me parecen interesantes", concede de su jefa, a la que le escribe muchos de los discursos que pronuncia en los muchos actos en los que se deja ver. "Tiene peso a nivel discursivo, pero Yolanda [Díaz] trabaja en modo equipo. No hay voces que primen más. Y no ha variado su discurso pese a su llegada", comenta una persona que no se separa de la vicepresidenta. El espacio del cambio muta, el estratega sobrevive.

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