El error de diseño de los trenes que iban a circular el próximo año en las vías de ferrocarril de vía estrecha en Cantabria y Asturias trae cola. Este lunes llegan los primeros despidos a los responsables: el jefe de Renfe ha cesado de su actual responsabilidad en Gestión de Material en la Dirección Técnica y de Operaciones al gerente que dirigió el proyecto y Adif ha destituido al titular de su jefatura de Inspección y Tecnología de vía como medida preventiva.
El responsable de Renfe cesado ha ejercido diversos cargos vinculados al área técnica y de material durante toda su carrera, amplia en Renfe. En 2014 fue nombrado gerente de área de material de Media Distancia y Cercanías, puesto desde el que pasó ese mismo año a dirigir posteriormente el área de gestión de la flota de Renfe Viajeros. En junio de 2020, el consejo de administración de Renfe adjudicó a CAF la fabricación de los trenes que ahora tienen que rediseñarse, tras un proceso de licitación que se vio afectado por la pandemia. En ese momento, el cesado era gerente del citado departamento.
Respecto a la decisión de Adif, la empresa pública defiende que esta decisión permitirá la participación de otra persona en el grupo de trabajo que se va a crear en el seno del Ministerio para cerrar con celeridad el diseño del tren licitado por Renfe, mientras se realiza la auditoría.
"Adif colaborará con absoluta transparencia en la auditoría del Ministerio de Transportes y valorará sus conclusiones para proceder a los ajustes organizativos de carácter definitivo que se recomienden", ha apuntado.
Renfe ya ha alcanzado un acuerdo con CAF, Adif y la Agencia de Seguridad Ferroviaria (AESF) para desatascar el problema con los gálibos de los nuevos trenes de ancho métrico destinados a los servicios de cercanías y media distancia de Cantabria principalmente, pero también para Asturias, País Vasco, Galicia, Castilla y León y Murcia.
Aunque ninguna de las partes ha confirmado el plazo de tiempo que conllevará solventar este problema, se estima que la construcción de los trenes que todavía no se han podido fabricar se demora en torno a tres años, y todavía falta solventar algunos trámites para que la solución pactada pueda llevarse a cabo.
En concreto, la AESF tiene que autorizar la aplicación de un método que no recoge la normativa española pero sí la europea, y desarrollar sus procedimientos, según informaron a Europa Press en fuentes de Renfe.
Se trata del llamado 'método comparativo', que consiste en la utilización de un tren que actualmente circula por las líneas como referencia para los nuevos trenes, que Renfe aportará.
CAF también tendrá que contratar una empresa especializada en la aplicación de este método y el contrato entre Renfe y la empresa tendrá que ser modificado para introducir un seguimiento del proyecto con ese tren de referencia.
Por su parte, Adif también tendrá que aportar los datos de caracterización de la infraestructura y comprometerse a mantenerla en los mismos parámetros.
Origen del problema
El origen del problema se encuentra en los gálibos publicados en la declaración sobre la red de Adif, que Renfe usó para describir las características técnicas de los nuevos trenes en un contrato que publicó en 2019 para adquirir 31 trenes de ancho métrico, destinados a renovar la flota de la red de cercanías y media distancia, principalmente en el norte del país.
En junio de 2020, Renfe le adjudicó este contrato a CAF, fabricante de trenes y autobuses con sede en País Vasco, por 258 millones de euros. Cuando preparaba el proyecto, CAF se dio cuenta de que había un error en los gálibos y que las vías no soportarían los trenes encargados y se lo trasladó a su cliente, Renfe.
El contrato adjudicado en 2020 fijaba en 220 meses el plazo de ejecución del contrato, en torno a 18 años y cuatro meses. Como incluía el mantenimiento durante 15 años de algunas unidades, los tres años y cuatro meses restantes sería el plazo para la fabricación de los trenes, aunque normalmente se entregan de forma progresiva. Por ello, los primeros trenes tendrían que haber estado listos, como tarde, en octubre de 2024.
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