Un total de 400.000 personas procedentes de todos los rincones del país recorrieron este domingo las calles de Madrid en defensa del mundo rural. Ganaderos, agricultores, cazadores, apicultores, pequeños empresarios, autónomos, silvicultores, familias trabajadoras del medio rural... La Delegación del Gobierno rebaja la cifra a 150.000. Entre todas ellas, el alcalde de Valladolid, Óscar Puente, señaló a un grupo de cuatro en su cuenta de Twitter. Iban a caballo por el Paseo de la Castellana, bandera en mano, y le inspiraron el siguiente mensaje: "Vox ha conseguido que el marquesado salga a la calle".
La reflexión del regidor socialista ha levantado ampollas entre algunos de los promotores de la marcha al entender que "no respeta el derecho constitucional que tienen todos los ciudadanos a manifestarse" y "desconoce la realidad del campo". "La manifestación era de ganaderos y agricultores y otras asociaciones del mundo rural. No estaba convocada por ningún partido político y era apolítica como ya manifestamos los convocantes", declaran a Vozpópuli fuentes de la organización.
La asociación ASAJA Valladolid ha pedido que Puente sea declarado persona non grata para el agro tras sus "descalificaciones" en Twitter. "Agricultores y ganaderos, que viven una situación límite por la inacción de este Gobierno, y que que tuvieron un papel fundamental durante la pandemia para que no faltase alimentos en las casas de todos los españoles, fueron vejados y humillados en esta red social, por el acalde de Valladolid, que representa a todos los ciudadanos", advierte la entidad.
Para Asaja Valladolid, comentarios de este tipo son "más propios de un ultra que de un regidor de una de las ciudades más importantes de nuestra nación". "Denotan una falta de empatía y un desconocimiento del medio rural inconcebible para una persona que ostenta un cargo público", sostienen. "Óscar Puente es un desconocedor total de la realidad del campo y un inculto que no respeta el derecho constitucional que tienen todos los ciudadanos a manifestarse, incluidos los que viven en la España rural", lanzan.
Protesta rural sin incidentes
El presidente de Asaja a nivel nacional, Pedro Barato, prefiere no entrar en lo que considera "provocaciones". "Lo que se vio este domingo en Madrid es el clamor del mundo rural ante las subidas desmesuradas de los costes de producción que hacen que nuestras explotaciones no sean rentables. Miles de personas que están pasándolo mal, casi medio millón de personas, y ni un solo incidente. Hubo un comportamiento ejemplar", declara a Vozpópuli.
"Francia e Italia ya han bajado los precios de la gasolina, mientras España sigue sin mover ficha. Pedimos que el Gobierno adopte las mismas medidas que se están adoptando en otros países de la Unión Europea. Y tienen que llegar cuanto antes a un acuerdo con los transportistas porque estamos teniendo problemas para sacar los productos y para alimentar el ganado", reclama.
Por otro lado, Barato opina que a los sindicatos CCOO y UGT "hace tiempo que se les está viendo el plumero". "Convocaron una manifestación contra la guerra en Ucrania el mismo día que nuestra protesta. Todos estamos en contra de la guerra, pero han tenido tiempo para organizarla y justo la ponen el mismo 20M en Madrid. Parecía una contraprogramación", considera.
Lucía Martín, del comité ejecutivo de Alianza Rural, comenta: "El campo sin color político gritó ayer en las calles de Madrid inundándolas ante una asfixia económica y una legislación ambiental caprichosa. La gente del campo tiene muchos problemas como para estar con complejos absurdos y estériles de izquierdas y derechas que sólo importan a los urbanitas que los desconocen su realidad"
"¿Marquesado? Somos gente de campo en la ruina", plantean la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG). Se trata de la primera organización profesional agraria de ámbito estatal y se constituyó en 1977. "No sé si había marqueses. Lo que sucedió este domingo es que se dio visibilidad a las dificultades que está atravesando el campo. Obviamente cada uno tiene su orientación política y va quien quiere. Seguramente salió gente motivada por algún partido, pero la mayoría lo hicieron por los problemas que padecen trabajando en el campo diariamente", asegura Miguel Padilla, presidente de COAG.
No se puede generalizar. No hay más que salir al campo y hablar con la gente para conocer lo que están pasando
Natural de Lorca, en Murcia, Padilla reconoce no entender ciertas declaraciones por parte de la clase política. Tiene 59 años y "muchos callos en las manos de trabajar en el campo". "Estudié BUP y COU en el turno de noche porque por el día trabajaba en mi explotación. Luego empecé Derecho, aunque no lo terminé. Tengo muy buenos recuerdos de aquella época pero en el campo pasamos muchas dificultades", cuenta a este medio.
"No se puede generalizar. No hay más que salir al campo y hablar con la gente para conocer lo que están pasando. Nadie sale de Almería a la una de la madrugada para ir recogiendo gente y llegar a mediodía a Madrid, protestar, comerse un bocata y volverse a ir en el mismo día solo porque se lo diga un partido", opina Padilla. Además, el presidente de COAG advierte sobre los altos costos derivados de la energía y los combustibles. "Un tractor de 100 CV necesita 15 litros de gasoil por cada hora de trabajo y en una explotación agrícola se utiliza hasta siete horas diarias", apunta. "Los precios de las semillas, de los fertilizantes y de los productor fitopatológicos también se han disparado", añade.
Lorenzo Ramos, secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA), califica la manifestación del domingo de "histórica". "Estaba convocada por numerosos colectivos y pudo ir quien quiso. La mayoría eran agricultores, ganaderos y gente del mundo de la caza. No estaba soportada por ningún partido ni perfil determinado", considera. "Fue multitudinaria y no hubo ni un solo incidente", celebra. Ramos reclama al Gobierno y a las distintas administraciones un plan de choque contra los altos precios de los costes de producción y otro contra la sequía en las zonas del Guadiana y del Guadalquivir. Tiene que haber ayudas directas para los agricultores y ganaderos que están afrontando tantas pérdidas por la sequía", sostiene.
Además, Ramos pide que se cumpla la Ley de la Cadena Alimentaria al 100% y puntualiza que UPA forma parte de UGT, por lo que -dice- UGT tuvo su representación en la marcha del 20-M.
El sector cinegético
El sector cinegético también tuvo un gran peso en la protesta rural. Precisamente, la Real Federación Española de Caza (RFEC) y las organizaciones de la Oficina Nacional de la Caza (ONC) fletaron más de mil autobuses desde todas las regiones del país tal y como adelantó este diario.
Fuentes de la RFEC responden a Puente asegurando que "la caza no tiene ideología, porque cazan personas tanto de izquierda, de derecha como de centro". "Intentar dar respuesta a los problemas que tiene la sociedad de este país polarizando si son de izquierda o de derecha, es querer ocultar una realidad social", indican.
Según Manuel Gallardo, presidente de la RFEC, cientos de miles de cazadores salieron a la calle en una marea naranja para decir basta a las políticas anti-caza del Gobierno y reivindicar su importancia como una actividad generadora de economía, de empleo y que aporta enormes beneficios sociales, medioambientales y culturales al mundo rural.
Intentar dar respuesta a los problemas que tiene la sociedad polarizando si son de izquierda o de derecha es querer ocultar una realidad social"
"El sector cinegético está recibiendo un ataque sin precedentes en su línea de flotación de la caza, con iniciativas como el Anteproyecto de Ley de derechos de los animales que, de aprobarse, supondrá el fin de la caza tal y como la conocemos, muy especialmente para los aficionados de la caza con perro, ya que contempla la prohibición de su cría y venta entre particulares, la esterilización obligatoria, la restricción del transporte de más de cinco animales, o la prohibición de trabajar o cazar con los perros hasta que no tengan más de 18 meses de edad", advierte la RFEC.
Y añade: "No hay que olvidar además que el fin de la caza tendría un impacto negativo sobre cuestiones tan importantes como la biodiversidad, las especies amenazadas, los ecosistemas, los accidentes de tráfico, la agricultura, la ganadería, la transmisión de enfermedades o la pérdida de empleo, así como un sobrecoste económico para el erario público al dejar de realizar controles poblacionales a través de acciones cinegéticas".
En los últimos días, el ministro de Agricultura, Luis Planas, ha señalado que el Gobierno respeta esta manifestación y comprende el llamamiento que está haciendo el campo para ser "escuchado" y recibir la misma consideración que el mundo urbano. Sin embargo, ha alegado que este Ejecutivo es "el que más ha hecho por el mundo rural en los últimos 20 años" y pone como ejemplo medidas como el nuevo plan de la PAC, la mencionada Ley de la Cadena Alimentaria o las ayudas al regadío.
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