Salvador Illa ha pasado de rechazar a la amnistía a los líderes del procés y el referéndum de independencia en Cataluña el día después del 23-J a defenderlas con uñas y dientes junto al ministro de la Presidencia, Félix Bolaños. Y todo en poco más de tres meses.
Illa, considerado el ‘constitucionalista’ del PSC, ha escorado el partido hacia el soberanismo en un movimiento de consecuencias electorales imprevisibles. “Ha llegado más lejos que Maragall”, dice un veterano de la política catalana. “Habrá que ver cómo le sale la jugada”.
Illa (La Roca del Vallés, 1966) es natural de la comarca del Vallés, en la provincia de Barcelona. Esta zona en la depresión del río Llobregat es uno de los graneros de voto constitucionalista más importante de Cataluña. Illa ha sido alcalde de su pueblo y ha ostentado diversos cargos en la Generalitat (en las épocas del tripartito) y el Ayuntamiento de Barcelona.
Salvador Illa, el 'constitucionalista'
En 2016 fue nombrado secretario de Organización del PSC. Era el contrapunto unionista a Miquel Iceta, en ese juego de ambigüedades que ha hecho del PSC un partido capaz de tocar todos los palos sin que le cueste electoralmente demasiado. Pero el cargo que le catapultó a la fama y le dio el liderazgo del partido fue el de ministro de Sanidad durante la pandemia de la covid-19.
Illa ha llevado al PSC a la victoria en todos los procesos electorales celebrados en Cataluña desde 2021 –autonómicas, municipales y generales-. Pero su base electoral se ha nutrido de voto netamente constitucionalista, especialmente proveniente de Ciudadanos. Las necesidades de Sánchez fuerzan ahora al PSC a regresar a la casilla de salida del tripartito dando la espalda a un votante que rechaza cualquier concesión al nacionalismo. No es sólo la amnistía por los sucesos del 2017, sino sobre todo la recuperación del referéndum de independencia en Cataluña.
“La razón y el corazón no van de la mano", admite un alto cargo del PSC próximo a Illa a este diario. “Estos acuerdos no suponen el olvido. No olvidamos lo que pasó. Pero en este momento es la estrategia más razonable”.
Junqueras y Puigdemont lastran al separatismo
El alto mando del PSC admite que se ha pegado un bandazo. Pero también cree que la sociedad catalana ha cambiado con respecto al 2017. Nadie percibe riesgo de ruptura. Y el apoyo electoral y social al independentismo, anclado en los liderazgos de Oriol Junqueras y Carles Puigdemont, se ha diluido como un azucarillo.
“El militante del PSC huye de la confrontación y está convencido de que es bueno tender puentes con el separatismo, pero no quiere la independencia”, explica un ex candidato del socialismo en las municipales del 28-M.
“Durante el procés, el PSC perdió votantes tanto por el lado constitucionalista como por el nacionalista, hasta tal punto de poner en riesgo su supervivencia”, añade. “En mi opinión, la base constitucionalista no la va a perder porque es la opción más razonable y con este movimiento puede recuperar terreno en el lado catalanista más soberanista”.
En cuanto al referéndum, aseguran que no es como en la época anterior. El PSC llegó a tener la consulta de autodeterminación en su programa electoral. “Se habla de una mesa de partidos, la enésima, y ni siquiera ERC presiona demasiado con fechas y concreción. Saben que ahora mismo es una batalla perdida”, afirman.
El espejo de los indultos
Los indultos es la inspiración del PSC para la amnistía. Aquella decisión provocó más debate del que parece en el seno del partido, dicen estas fuentes. Sin embargo, creen que el resultado ha sido positivo. Y que la amnistía producirá el mismo efecto apaciguador en una sociedad catalana hastiada. “En uno dos años veremos a Junts pactando alcaldías con el PP y, si no, al tiempo”, afirman estas fuentes.
El PSC es consciente de que arriesga votos en su intento por gobernar la Generalitat en las autonómicas del 2025. El 85,4% de los militantes del socialismo catalán que participaron en la consulta de la semana pasada avalaron los pactos de Sánchez. Su esperanza es que la amnistía desmonte por completo el argumento victimista del nacionalismo.
Otra de las razones que han llevado a Illa a dar este giro de 180 grados, además de las urgencias de Sánchez, es que se interpreta que el votante del PSC prefiere este pacto a un Gobierno de España en el que esté Vox.
“La mayoría de nuestros afiliados pone en la balanza que la amnistía es un mal menor frente a la presencia de la ultraderecha en el Gobierno. Temen que esa presencia pudiera reactivar el procés”, dice este alto cargo del socialismo catalán.
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