"Siempre hay bases para negociar". El PSOE ha minimizado el órdago de Carles Puigdemont para apoyar la investidura de Pedro Sánchez. Fuentes socialistas creen que el discurso del ex presidente de la Generalitat está obsoleto y no supone amenaza alguna. Y consideran que la amnistía es "un precio barato" a cambio de los votos de Junts per Catalunya. "Mientras los límites de la negociación estén claros, el que más tiene que perder es él (Puigdemont)", dicen estas fuentes.
Puigdemont, prófugo de la Justicia, ha detallado este martes en Bruselas sus exigencias para respaldar la investidura de Sánchez. Su intervención ha estado plagada de referencias al derecho de autodeterminación de Cataluña y la legitimidad del referéndum ilegal del 1 de octubre del 2017. Pero como demandas concretas ha planteado alguna en materia económica y, sobre todo, la amnistía.
Y es ahí donde el PSOE quiere moverse. En Moncloa aseguran que habrá "luz y taquígrafos" en el acuerdo que se alcance con el separatismo en cuanto pase la investidura de Alberto Núñez Feijóo, que dan por fallida. Según estas fuentes, la negociación de la Mesa del Congreso fue "baratita" y que la amnistía, sea cual sea la forma en la que se articule, será también asumible.
"Puigdemont va a pedir la luna"
En cuanto al referéndum y la autodeterminación, Ferraz considera que ni Puigdemont, ni el separatismo catalán en general está en condiciones de apretar en esa reivindicación.
"Son sistemáticamente derrotados en las urnas y su base electoral y social está totalmente desmovilizada, por eso el que más tiene que perder es él", aseguran. "Ya sabemos cómo es Puigdemont. Va a pedir la luna y lo que haga falta. Mientras se le diga que no a lo hay que decir no, y al resto llegar donde se pueda dentro de la Constitución", añaden desde el entorno de un barón socialista.
La posición oficial del PSOE y del Gobierno en este momento es "discreción". Nadie descarta la amnistía, pero tampoco nadie la menciona y, para todo lo demás, se fija como límite de forma genérica la Constitución. El portavoz del PSOE en el Congreso, Patxi López, ha sido el encargado de trasladar la postura del partido a las exigencias de Puigdemont. López ha dicho que la última palabra siempre estará en manos del Tribunal Constitucional.
"Haremos las negociaciones con discreción. No vamos a entrar en especulaciones sobre qué está o no encima de la mesa", ha dicho.
Sánchez se desmarca de Yolanda Díaz
En una línea parecida se ha expresado la portavoz del Gobierno al término del Consejo de Ministros. "Nuestras posiciones están en las antípodas y yo lo que sí quisiera es aprovechar para recordar cuál es nuestro marco: para abordar esta situación tenemos una herramienta, que es el diálogo; tenemos un marco, que es la Constitución; y tenemos un objetivo, que es la convivencia. Hoy nadie puede negar, es incuestionable, que la situación en Cataluña es infinitamente mejor de lo que era hace cinco años", ha afirmado Isabel Rodríguez.
Ferraz ha impuesto obligaciones severas a sus principales portavoces para que nadie se salga de este guion. El PSOE reconoce que es una negociación delicada, por eso no ha gustado nada en Moncloa el viaje de Yolanda Díaz a Bruselas para verse con Puigdemont. Eso, dicen estas fuentes, altera la hoja de ruta. Y esa hoja pasa ahora mismo por cuidar los gestos y el lenguaje.
"La posición es que la ha fijado el presidente Sánchez", afirman. "Medidas valientes y arriesgas para avanzar en Cataluña pero siempre dentro del marco constitucional".
En ese sentido, fuentes del Gobierno ven improbable una reunión de Sánchez y Puigdemont. Y sobre el encuentro de la vicepresidenta recuerdan que es el PSOE el encargado de liderar la negociación. "Esa reunión era en nombre de Sumar, no del Gobierno en funciones ni del posible nuevo Gobierno", sostienen fuentes socialistas.
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