A toda acción le sigue su reacción. Y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha decidido robarle a su socio en Moncloa, Unidas Podemos, la bandera social. Por eso, el jefe del Ejecutivo anunciará este martes durante el debate del estado de la nación una serie de medidas que complementen los decretos puestos en marcha para paliar los efectos económicos de la guerra en Ucrania. Y lo hará sin haberlas consensuado con los morados, según reconocen fuentes gubernamentales de uno y otro lado.
Lo cierto es que en el lado socialista de Moncloa no ha sentado nada bien la beligerancia morada tras el incremento de casi mil millones en el presupuesto de Defensa que llevó a la líder morada en el Consejo de Ministros, Yolanda Díaz, a solicitar la convocatoria de la comisión de seguimiento de la coalición.
Ese órgano se trata de un mero formalismo, más mediático que práctico, puesto que las expectativas de Unidas Podemos estaban puestas en un encuentro privado entre el propio presidente y su vicepresidenta segunda este lunes antes del cónclave de ministros que no se produjo. Todo un desaire a los morados que llegan a la sesión en el Congreso sin saber por dónde irá Sánchez.
Unidas Podemos no quiere estar pendiente de anuncios
Unidas Podemos entendía que era bueno que Sánchez hubiera compartido con ellos el contenido del discurso y el modelo de debate que va a jugar el Gobierno. Y todo porque, piensan, cuanto más coordinado este el Ejecutivo más opciones tendrá de ganar. La obsesión morada es garantizar que el PSOE va a tirar por lo social y por priorizar proteger a la gente. En los escaños morados no quieren estar pendientes de si el presidente dice una cosa u otra.
Eso explica que la dirección de Podemos esté a la expectativa y que, según fuentes de la formación, esperen al desarrollo del discurso del presidente. Lo que tienen claro es que Sánchez debe anclarse definitivamente a la izquierda y olvidarse de cortejar al centro, justo donde, según la mayoría de encuestas, se está produciendo una importante fuga de apoyos.
En la sede de Francisco Villaespesa tienen claro que los mil millones de la discordia, decretados por "la puerta de atrás", son el camino que permitirá al PSOE intentar salvar los presupuestos de 2023 con la actual mayoría que sustenta al Ejecutivo, compuesta por la izquierda radical independentista.
El cabreo de Díaz
A media mañana de este lunes, Díaz, visiblemente cabreada, dijo no tener respuesta del lado socialista para juntar a la comisión del pacto de gobierno. Y reconoció, además, que el presidente tampoco le ha informado de las medidas sociales que anunciará este martes y que Moncloa dice que servirán para dar respuesta a lo efectos económicos de la guerra en Ucrania. "El mensaje y las medidas que el presidente anunciará son a los españoles y están dirigidas a las clases medias", lanzó la ministra portavoz, Isabel Rodríguez.
Podemos, consciente de que su posición en el Gobierno es de gran debilidad, no tuvo más remedio que limitarse a pedir a Sánchez, a través de su portavoz Javier Sánchez, que anuncie medidas ambiciosas durante el debate para que la coalición recupere la iniciativa política. Además, conminó al PSOE a empezar cuanto antes la negociación para las cuentas públicas del próximo ejercicio. Estas, según los morados, deben ser claramente sociales porque si no, auguran que serán las últimas.
En verdad, fuentes gubernamentales socialistas quitan hierro al hecho de que se llegue al debate sin haberse reunido la comisión de seguimiento e insinúan que las medidas que anunciará el presidente serán de un calado social tan importante que a Unidas Podemos no le quedará más remedio que aplaudir. Sánchez está decidido a robarle la bandera social a su socio de gabinete. "La comisión se podía reunir antes o después del debate. Pero la intervención de este martes va a dar cohesión al gobierno", precisan estas fuentes.
El núcleo duro de Sánchez lleva días preparando el mensaje que el presidente trasladará a los españoles desde la tribuna de oradores a la que se subirá a partir de las 12.00. Es uno de los momentos clave de la Legislatura, porque pese a que a el Congreso ha sido en estos años el escenario de varios debates, el de política general de este martes se celebra por primera vez en siete años. Y será el número 26 desde la vuelta de la democracia.
Fuentes gubernamentales consultadas por este diario explican que el presidente del Gobierno, más allá de las nuevas medidas, usará su tiempo para contar que en España hay dos modelos de gestión de crisis. El del PP, que supone recortes y el del PSOE, que implica proteger a las clases medias trabajadoras. Moncloa intenta darle la vuelta a las encuestas. Pero la inflación se lo pone imposible. El alza de los precios es el veneno que le mata mes a mes.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación