El 'giro social' de Pedro Sánchez en el debate del estado de la nación deja un ganador claro en Moncloa. El ministro de Presidencia, Félix Bolaños, ha ganado el pulso al jefe de gabinete del presidente del Gobierno, Óscar López. Y todo porque el líder socialista ha seguido la tesis de Bolaños de echar pegamento a la coalición con Unidas Podemos gracias a las medidas anticrisis que anunció el martes y que tanto le han reclamado los morados los últimos meses.
Precisamente, según ha sabido Vozpópuli, Bolaños es partidario de seguir esa línea de izquierdas. Mientras que López se empeña en romper con Yolanda Díaz y el resto de Unidas Podemos dentro del Consejo de Ministros para despejar el liderazgo de Sánchez. El ministro de Presidencia es un político especialmente pragmático. Las fuentes consultadas no dudan en señalarle como uno de los "más inteligentes" dentro del coro que rodea a Pedro Sánchez.
Bolaños es consciente de que solo abrazando a la izquierda el PSOE puede movilizar a los votantes progresistas que les llevaron al poder y que el radar demoscópico de Moncloa, capitaneado por la ex del colectivo 'Politikon' María Ramos, detecta desesperanzados y dispuestos a quedarse en casa en una nueva cita electoral. Por eso, en parte, Sánchez tiró de bazuca para disparar un hachazo fiscal a energéticas y bancos de 7.000 millones y de chequera con la gratuidad del servicios de Cercanías y media distancia y las becas de 100 euros mensuales a estudiantes ya becados.
López aborrece a Podemos
Lo cierto es que Óscar López aborrece a Unidas Podemos. El socialista, ahijado político del ex secretario de organización del PSOE Pepe Blanco y del ex secretario general Alfredo Pérez Rubalcaba, de quien fue su número tres, siempre aboga por no dar protagonismo a los morados, con quien mantiene serias discrepancias. No es ningún secreto que la ministra de Derechos Sociales y secretaria general de Podemos, Ione Belarra, apenas tiene relación con él.
López recaló en el gobierno de Sánchez tras su paso ‘soñado’ de tres años por la presidencia de Paradores, donde cobró según publicó El Independiente 183.562 euros anuales. Además, la mala relación de López con Unidas Podemos encierra una paradoja, porque el socialista, cuyo regreso evidenció la victoria del aparato socialista sobre Iván Redondo, pertenece al ala izquierdista del PSOE.
Nada que ver con su ‘alter ego’ en Moncloa. Y es que Bolaños, sin ir más lejos, tiene una magnífica relación profesional y personal con Belarra. Pese a que el ministro de presidencia no está tan escorado a la izquierda en lo ideológico, lo cierto es que la coordinación con la secretaria general de Podemos es “total”, como explican fuentes gubernamentales. En parte, porque la relación entre ambos está engrasada desde que los dos se encargaron de negociar la estructura del Gobierno de coalición antes de que la coalición echara a andar hace poco más de dos años.
Una disputa por ser el hombre que susurra el presidente
Cabe recordar que tanto Bolaños como López tienen una disputa por ser el hombre que susurra el presidente. Es más, ambos están reviviendo viejas tensiones ya vistas en Moncloa por sus papeles en el Gobierno. Uno y otro se entrometen en sus decisiones, reproduciendo una dinámica similar a la que, en su día, enturbió la relación de sus predecesores, Iván Redondo y Carmen Calvo.
Bolaños y López se consideran la mano derecha de Pedro Sánchez justo en un momento en que en algunos sectores del PSOE ya piensan en el momento en el que el presidente del Gobierno esté fuera de la política, como lo hace la vicesecretaria general socialista, Adriana Lastra. Y en esas, pese al convencimiento de que el recambio deberá ser una mujer, tanto López como Bolaños se miran al espejo y se preguntan cómo les sentaría el poder ahora que viven en Moncloa.
Es más, algunas fuentes apuntan que de los dos, es Bolaños quien se considera más sucesor de Sánchez. Y todo porque, dicen, ha absorbido rápidamente todo el poder que le ha dado el presidente del Gobierno. Estas fuentes vienen a decir que es lógico que alguien que gestiona el engranaje del Ejecutivo se imagine al frente de él. O, al menos, con más poder. Y tras el debate del estado de la nación, Bolaños se apunta el tanto.
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