España

Sánchez quita a Robles secretos oficiales para aplacar al independentismo

El ministro de Presidencia gana la guerra abierta con la ministra de Defensa. Su victoria servirá para aplacar la ira de los aliados independentistas del Gobierno ante la negociación presupuestaria

El ministro de Presidencia, Félix Bolaños, salió este lunes reforzado. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, le dio la competencia para gestionar los secretos oficiales en detrimento de la ministra de Defensa, Margarita Robles. Bolaños, enfrentado a Robles tras el lío de Pegasus por la responsabilidad sobre la protección del teléfono de Sánchez, gana la guerra. Y es que el hecho de que Presidencia maneje la información reservada es todo un gesto hacia los aliados independentistas del Ejecutivo, según fuentes gubernamentales, pese a que oficialmente se apele a la transversalidad ministerial de los secretos para sacarlos del control de Defensa.

La coalición ya trabaja para alumbrar un acuerdo entre PSOE y Unidas Podemos para dar luz verde a los presupuestos generales de 2023 y negociarlos después en el Congreso. Para entender bien el giro competencial, cabe recordar que Bolaños puso rumbo a Barcelona para reunirse con ERC cuando trascendió que al menos 18 políticos independentistas fueron espiados con Pegasus por el Centro Nacional de Inteligencia (CNI). Ese viaje, según estas fuentes, desató la ira de Robles quien tuvo que tragar con el cese de su número dos al frente de la inteligencia española, Paz Esteban, cuya cabeza fue ofrecida los independentistas que sustentan al Gobierno en el Congreso.

Pero tras este movimiento se esconden otras aristas. Bolaños mantiene una confrontación directa con los miembros del Gobierno que no ven con buenos ojos a Unidas Podemos. El ministro de Presidencia vive una lucha con el jefe de Gabinete de Sánchez, Óscar López, quien es partidario de romper la coalición para despejar el liderazgo del PSOE en la izquierda. Pero también con la propia Margarita Robles, una ministra que siempre veló por apartar a Unidas Podemos de los sectores 'profundos' del Estado que viven en su ministerio.

La 'tesis Bolaños'

Y ese, según las fuentes consultadas, es otro de los motivos. Sánchez ha comprado la 'tesis Bolaños' de mantener la coalición a toda costa. Por eso, no quiere que los secretos oficiales se controlen en un departamento donde trabajan fuerzas que en algunos sectores del PSOE y, sobre todo, en Unidas Podemos se consideran hostiles a la coalición, como el propio CNI o algunos cargos militares. Sánchez, además, lanzó un mensaje a quienes ven a la coalición acabada y se reunió con su socia y número dos, Yolanda Díaz, para zanjar la crisis abierta entre ambos por el incremento del gasto en Defensa.

El ministro de Presidencia es un político especialmente pragmático. Las fuentes consultadas no dudan en señalarle como uno de los "más inteligentes" dentro del coro que rodea a Pedro Sánchez. Bolaños es consciente de que solo abrazando a la izquierda el PSOE puede movilizar a los votantes progresistas que les llevaron al poder y que el radar demoscópico de Moncloa, capitaneado por la ex del colectivo 'Politikon' María Ramos, detecta desesperanzados y dispuestos a quedarse en casa en una nueva cita electoral. Por eso, en parte, Sánchez tiró de bazuca para disparar un hachazo fiscal a energéticas y bancos de 7.000 millones y de chequera con la gratuidad del servicios de Cercanías y media distancia y las becas de 100 euros mensuales a estudiantes ya becados.

La maquinaria de Moncloa trabaja ya a pleno rendimiento para volver a situar al PSOE por encima del PP en los sondeos de intención de voto. Por eso, este lunes reincorporó al engranaje de poder al histórico Francisco Salazar, "el mejor estratega del PSOE" según los socialistas consultados, como secretario General de Planificación Política, un cargo creado para él. Salazar, otrora mano derecha del exjefe de Gabinete de Sánchez Iván Redondo, formará junto a Antonio Hernando y Óscar López el triunvirato fuerte de Presidencia.

Una cabeza pretendida por UP y los independentistas

Lo cierto es que aunque Sánchez intenta contentar al independentismo y a sus socios vaciando el cajón de Robles de secretos oficiales, hay un aspecto del anteproyecto de ley que presentó Moncloa este lunes que les desagrada: los plazos para la desclasificación de archivos. Tanto EH Bildu como ERC exigen al Ejecutivo que rectifique y cumpla lo prometido, porque la ley tal y como está planificada no servirá para reparar los GAL o conocer la verdad tras el intento de golpe de Estado del 23-F.

En Unidas Podemos lamentan que los socialistas, que sacan pecho por haber alumbrado una ley de secretos oficiales a la altura de las democracias más avanzas y que rompe con la anterior, sancionada por el dictador Francisco Franco en 1968, no se hayan abierto a negociar dentro de la coalición. Por eso esperan cambiar la norma durante la tramitación parlamentaria vía enmiendas.

Podemos ya no ve a Robles tan herida de muerte como hace unos meses. Antes solo percibían señales que conducen a su fin, y trabajan para terminar con ella alineándose con ERC, Por eso, tanto ellos como los republicanos no han bajado los decibelios contra la ministra socialista. En Podemos son conscientes de que el presidente Sánchez necesita a los independentistas para seguir en Moncloa. No le ven dispuesto a permitir la caída del Gobierno. El problema es que los morados pueden terminar tragándose su promesa de hace unos meses: "Calma, que Robles caerá tras las andaluzas", vendían a los independentistas. Pero ahora se comienza a plantear la opción de que este sea el límite para el PSOE.

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