La salida en tromba del PSOE en contra del ministro de Consumo, Alberto Garzón, ha abierto la veda de la negociación para la crisis de Gobierno, según fuentes consultadas por Vozpópuli. La intensidad de las críticas del socialismo a su socio de coalición, empezando por el comentario del presidente Pedro Sánchez sobre el chuletón, ha sorprendido en algunos sectores del Ejecutivo. Pero la polémica, dicen estas fuentes, solo se entiende en el contexto de la inminente remodelación del Consejo de Ministros.
La respuesta a la petición de Garzón de comer menos carne se ha interpretado como la típica polémica de un ministro que está de salida. No es la primera vez que Garzón busca protagonismo en el intento de proteger una posición muy débil. En septiembre del 2020, el titular de Consumo acusó al rey Felipe VI de "maniobrar contra el Ejecutivo" de coalición. El PSOE lo dejó correr restándole importancia. Con la carne, no ha tenido tanta suerte. "Los contextos son distintos", dicen estas fuentes, que al mismo tiempo admiten cierta sorpresa por el ataque sin cuartel a un compañero de Gobierno y, en teoría, aliado.
El chuletón de Sánchez
El chascarrillo de Sánchez sobre el chuletón en Lituania ha sido el punto culminante de una acción perfectamente coordinada por La Moncloa para desacreditar a Garzón. El primero en responder ha sido el ministro de Agricultura, Luis Planas, que ha considerado la iniciativa "tan errónea como la de que el azúcar mata". Planas ha dicho que está "absolutamente fuera de lugar" señalar de esta forma al sector cárnico. Y ha recordado la participación de esta actividad en la generación de riqueza en España.
A Planas se han unido en cascada los principales barones autonómicos del PSOE. Guillermo Fernández Vara, Javier Lambán y Emiliano García Page han expresado su desacuerdo con Garzón y han defendido al sector ganadero de sus respectivas comunidades. Diputados nacionales, autonómicos y europeos han secundado esas críticas al ministro en declaraciones a los medios o en las redes sociales.
La coalición PSOE-Podemos vive instalada en los altibajos casi desde el principio. Y la marcha de Pablo Iglesias tampoco ha apaciguado los ánimos. El partido morado se ha sentido "invisible" mediáticamente en las ruedas de prensa posteriores al Consejo de Ministros o en decisiones clave de este Gobierno como los indultos a los líderes del proceso separatista catalán. A cambio, se ha apuntado dos tantos importantes con las ley trans y la del sí es sí.
A Podemos no le ha sentado nada bien la catarata de filtraciones sobre el cambio de Gobierno que prepara Sánchez. El jefe del Ejecutivo ha dicho en público que la remodelación no es una prioridad. Pero Vozpópuli ha informado de reuniones con posibles candidatos a secretarías de Estado y otros cargos en la Administración en las que se situaba la segunda quincena de julio como fecha probable para la crisis.
Temor en Podemos
El temor en algunos sectores de Podemos es que Sánchez, como ha ocurrido en otras ocasiones, presente un organigrama hecho y cerrado, y que la formación morada no tenga margen de maniobra para la negociación.
Díaz ha asumido el liderazgo de Podemos en la coalición tras la salida de Iglesias. A la vicepresidenta tercera le corresponde velar por los intereses del partido en el nuevo Gobierno que ultiman Sánchez y Redondo y no aceptar un "trágala" por más que el presidente se dedique a filtrarlo a los medios.
Fuentes del PSOE tienen a Díaz por una negociadora "más sensata y conciliadora" que Iglesias, pero eso no quiere decir que Podemos vaya a poner una alfombra roja a las pretensiones de La Moncloa. "La aritmética es la que es. Sánchez tiene 120 escaños y el PSOE no puede hacer nada en solitario", aseguran estas fuentes.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación