Pedro Sánchez ha cambiado por enésima vez de versión sobre la visita frustrada de Delcy Rodríguez a España. El presidente, en una breve comparecencia en Roma, tras reunirse con el Papa Francisco, ha admitido que fue avisado de la misma por el entonces ministro de Transportes, Agenda Urbana y Movilidad, José Luis Ábalos. Pero hoy, a diferencia de lo que hizo tiempo atrás en el Congreso, alabando las gestiones del que fuera su mano derecha para, según el presidente, haber evitado un conflicto diplomático, hoy Sánchez ha marcado todas las distancias posibles con Ábalos en una declaración con una única pregunta sobre el tema que puesto en jaque la política española.
El diputado valenciano del grupo mixto, el hombre que hizo posible que Pedro Sánchez llegase al Palacio de la Moncloa, está a punto de ser ‘esa persona de la que usted me habla’. Toda la maquinaria monclovita, la política y la mediática, trata tras conocer el demoledor informe de la UCO que señala a la presidencia de reducirlo todo a su presuntamente mal comportamiento con esta cuestión. Todo para salvar al ‘soldado’ Sánchez. Tras un jueves de silencio absoluto, roto a última hora con las palabras de un alto cargo del Gobierno, trasladado en privado “preocupación cero” a los periodistas, este viernes todos los ministros se han puesto frente a las cámaras para soltar el argumentario previamente memorizado. Pero de esas declaraciones, como de la del jefe del Ejecutivo, se desprende también miedo y estupefacción.
Sánchez, en Roma, intentó hacer muchas piruetas dialécticas para que a ojos del espectador todo este caso de corrupción en torno al PSOE parezca algo de muy del pasado. Aunque los hechos que ahora se investigan ocurrieron hace apenas cuatro años. Cuando la pandemia del coronavirus empezaba a emerger en China. Meses más tarde, con España en un estado de alarma sin precedentes y con la población confinada en sus domicilios, los integrantes de la presunta trama criminal aprovechaban lo peor de la pandemia para enriquecerse bajo el paraguas del Gobierno de España. Sobre el viaje de Delcy, el presidente ha afirmado que le avisó “el exministro Ábalos”. Aunque con el plan de regeneración democrático impulsado por Moncloa esto sería faltar a la verdad.
Pues quien de verdad avisó a Sánchez fue el entonces todopoderoso ministro Ábalos. Además de miembro de su gabinete, número tres del Partido Socialista. Cargo con el que firmó la invitación a la chavista, que tenía prohibida la entrada a Europa en virtud de las sanciones impuestas por la UE. Algo que el jefe del Ejecutivo de la cuarta potencia comunitaria, parecía desconocer entonces. Como mínimo, es el argumento que aduce ahora Sánchez para afirmar que, “cuando se enteró”, frenó una visita que llevaba varios días fraguándose. También en esto han cambiado de versión en Moncloa. Cuándo Vozpópuli destapó el escándalo, en enero de 2020, afirmaron que se habían enterado en pleno viaje del jet privado de Caracas a Madrid. Por una supuesta llamada del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, al de Transportes.
El coro ministerial
Prácticamente, todos los ministros socialistas han salido hoy a defender a su jefe. No así los de Sumar, pese a que cuando Sánchez defendió a Ábalos en sede parlamentaria, por haber evitado “un incidente diplomático”, aplaudieron efusivamente este reconocimiento presidencial. La ahora vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, en esos días únicamente ministra de Trabajo y Economía Social y sentada en la bancada azul al lado del repudiado Ábalos, parecía estar convencida de la versión que daba entonces Moncloa a juzgar por la forma en la que bendecía las palabras del líder socialista.
Mientras los socios minoritarios de la coalición, visiblemente molestos por todas las revelaciones que se están conociendo, guardan silencio, los principales ministros que dependen de Sánchez han salido en cascada a decir lo que el presidente quería que dijeran. "Lo que hay [en el PSOE] es orgullo con un presidente que es contundente con la corrupción", ha afirmado Óscar López, desde la diputación de Jaén, antes que el 24 h de TVE cortase su rueda de prensa en directo cuando una periodista le preguntaba por segunda vez por la corrupción socialista.
Desde Santa Coloma de Gramenet (Barcelona), la portavoz del Gobierno y ministra de Educación y Formación Profesional, que el martes tergiversó la decisión de la Audiencia Provincial de Madrid para defender a Begoña Gómez, ha optado este viernes por justificar la estancia de Delcy Rodríguez en Madrid por la necesidad de la tripulación de hacer una parada técnica. Aunque la visita había sido justificada cuatro días antes, según el informe de la Unidad Central Operativa (UCO), de la Guardia Civil. Horas antes, desde Bruselas, el titular de Justicia, Félix Bolaños, pedía que “se investigue lo que se tenga que investigar y pague quien tenga que pagar”. En esta ocasión, como hizo con la investigación sobre Begoña Gómez, Bolaños ha optado por sí respetar el trabajo de los jueces.
Retraso en la visita del Papa
Sánchez tenía este viernes una magnífica oportunidad para intentar tapar toda esta polémica anunciando una inminente visita del Papa Francisco a España. Más teniendo en cuenta el interés del Pontífice por visitar Canarias y estar con los protagonistas de la crisis migratoria. Pero la inquietud que hay en Moncloa con esta visita de forma inmediata, hecho que trasladaría al mundo la situación de hacinamiento que se vive en el archipiélago, ha provocado que el jefe del Ejecutivo se haya marchado de Roma sin un calendario fijado para la visita. Es más, Sánchez le ha trasladado también su deseo de que esté en junio en una cumbre sobre financiación en Sevilla. Por lo que todo apunta que no será hasta entonces, a menos que el Vaticano imponga su agenda, cuando se pueda producir este primer viaje del Papa a Canarias.
