Pedro Sánchez ultima una crisis de Gobierno tras la salida de Pablo Iglesias. La remodelación, que el presidente aparcó hace unos meses, afectaría no solo a los ministros morados, sino también a los del PSOE. Y sería también un mensaje dirigido a la Unión Europea. Bruselas asiste con cierta perplejidad a los acontecimientos que suceden en España.
Uno de los objetivos de la crisis es reducir el número de carteras. La inesperada renuncia de Iglesias a su vicepresidencia para postularse como candidato a las elecciones del 4 de mayo en Madrid ofrece una oportunidad a Sánchez para negociar estos cambios. El líder de Unidas Podemos ha dado por hechos los relevos en el área morada. La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, será la vicepresidenta y la actual secretaria de Estado de la Agenda 2030, Ione Belarra, pasaría a ser ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030.
Sánchez, sin embargo, no ha confirmado estos nombramientos. El jefe del Ejecutivo ha dicho en Francia que tomará las decisiones necesarias para facilitar esta transición en los próximos días. Fuentes del Gobierno reconocen que habrá que estudiar estos "ajustes". Iglesias ha dicho que seguirá en el cargo hasta el arranque de la campaña madrileña el 20 de abril. Los líderes del PSOE y Unidas Podemos tienen un mes para negociar la nueva composición del Ejecutivo.
El movimiento de Iglesias ha generado una cierta sorpresa en la Presidencia. El líder de Podemos informó a Sánchez y a su director de Gabinete, Iván Redondo, poco antes de hacer oficial el anuncio. La Moncloa no se va a quedar de brazos cruzados. Y el entorno del presidente anuncia que "van a pasar cosas" de forma inmediata.
Crisis de Gobierno
La reducción de carteras es una negociación complicada, porque supondría eliminar algún ministro de la cuota morada. Iglesias ya se resistió la última vez que se lo planteó a Sánchez. El presidente del Gobierno barajó realizar esta crisis tras la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado. Pero al final desistió de la idea por las trabas de Iglesias. Tampoco quiso acometarla tras la salida de Salvador Illa, que zanjó moviendo a Carolina Darias a Sanidad y colocando a Miquel Iceta en Política Territorial.
La lectura que se hace en el PSOE sobre la salida de Iglesias no es especialmente negativa. Muchos tampoco terminan de entender el paso que ha dado. Pero fuentes socialistas creen que el Gobierno funcionará de una manera más armónica sin Iglesias. Y a Díaz, llamada a ocupar la vicepresidenta segunda, se le considera una ministra más dialogante y "con la que es más fácil trabajar en equipo".
"A corto plazo va a mejorar las opciones del Gobierno", dicen. Estas fuentes interpretan que Iglesias se marcha para reconstruir Podemos, sabedor de la descomposición de Ciudadanos. Y que las atribuciones de su vicepresidencia tampoco le dan para más. "Otra cosa es lo que ocurra después del 4-M y el resultado que obtenga Podemos", explican. "¿Podría entonces detonar el Gobierno por control remoto? Con Yolanda Díaz será más difícil".
Nadie en el Gobierno quiere hablar ahora de elecciones generales anticipadas. "No tiene sentido", dicen en el PSOE. "No ganamos nada". Las elecciones de Madrid ya han sorprendido a Sánchez a contrapié y el PSOE afronta su congreso federal en octubre, y el resto de congresos regionales entre noviembre y diciembre.
Ábalos, en el punto de mira
Precisamente una de las batallas del congreso federal apunta a la continuidad del secretario de Organización, José Luis Ábalos. Tal y como ha informado este diario, a Redondo le gustaría otra persona más próxima en el cargo. Ábalos está políticamente muy tocado. Al delcygate y sus polémicos gastos en Canarias, que muchos cargos en el PSOE califican de "fuego amigo", se une ahora el fiasco de la moción de censura en Murcia.
Ábalos se encargó de negociar con la dirección nacional de Ciudadanos los términos de la moción en Murcia. Y así se encargó la dirección socialista de trasladarlo a los medios. El nombre de Redondo no apareció por ningún lado. La renuncia de los tres diputados autonómicos naranjas, las elecciones en Madrid y ahora la salida de Iglesias han provocado una convulsión política.
Y fuentes del PSOE creen que el director de gabinete la está aprovechando para seguir arrinconando a Ábalos y ganar posiciones dentro del partido de cara al próximo congreso.
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