El PSOE 'pasa' de Unidas Podemos pese a los esfuerzos de Moncloa de vender "cohesión". El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha desairado este lunes a la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, -líder morada en el Ejecutivo- y ha eludido reunirse con ella para zanjar la crisis abierta en el seno de la coalición por el incremento del gasto en Defensa que decretó el PSOE la semana pasada y que Unidas Podemos consideró una "deslealtad" por la "puerta de atrás".
Lo cierto es que entre los morados existía el convencimiento de que la tensión entre socios se disipara tras un aparte entre Sánchez y Díaz antes del arranque del Consejo de Ministros, como ocurrió la última vez que Unidas Podemos convocó este órgano por la "injerencia" del equipo de la ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, en las negociaciones de Trabajo con los agentes sociales para pactar la reforma laboral.
Pero nada de eso ha ocurrido. Es más, Díaz, visiblemente cabreada, ha espetado que a día de hoy no tiene respuesta del lado socialista para juntar a la comisión del pacto de gobierno y ha reconocido, además, que el presidente tampoco le ha informado de las medidas sociales que anunciará este martes y que Moncloa dice que servirán para dar respuesta a lo efectos económicos de la guerra en Ucrania. "El mensaje y las medidas que el presidente anunciará son a los españoles dirigidas a las clases medias", ha lanzado la ministra portavoz, Isabel Rodríguez.
Podemos, a la expectativa
Este martes arrancará el primer debate del estado de la nación bajo la presidencia de Pedro Sánchez. Y los morados están a la expectativa. Desconocen con qué guion llegará el jefe del Gobierno a la tribuna de oradores. Por eso, están a la espera para marcar postura. Aunque no dudan de que será claramente a la izquierda y en defensa de los derechos sociales.
"Después de unas semanas en las que se han lanzado mensajes, con el asunto de Melilla o la OTAN, que desorientan al electorado progresista, nosotros pensamos que hay que reorientar el rumbo del gobierno de coalición y recuperar el ritmo de los avances sociales valientes para, en primer lugar, proteger a las familias, a la gente trabajadora y a los colectivos más vulnerables. Pero también para que el gobierno de coalición recupere la iniciativa política y podamos revalidar una mayoría progresista en las próximas elecciones generales", zanjan fuentes de la dirección morada.
Fuentes gubernamentales socialistas quitan hierro al hecho de que se llegue al debate sin haberse reunido la comisión de seguimiento e insinúan que las medidas que anunciará el presidente serán de un calado social tan importante que a Unidas Podemos no le quedará más remedio que aplaudir. Sánchez está decidido a robarle la bandera social a su socio de gabinete. "La comisión se podía reunir antes o después del debate. Pero la intervención de este martes va a dar cohesión al gobierno", precisan estas fuentes.
Una comisión minusvalorada
En verdad, el lado socialista de Moncloa minusvalora la convocatoria urgente de reunión entre socios. Lo hizo el día que Yolanda Díaz la pidió y lo ha vuelto a hacer este lunes, porque reconoce que sigue sin haber fecha y que antes de que se reúnan miembros del Ejecutivo se deben poner de acuerdo los partidos. De manera que Moncloa echa balones fuera y se desentiende.
Además, la portavoz del Ejecutivo ha respondido a la vicepresidenta segunda, quien este domingo criticó que al Gobierno le "falta alma", dadas las proyecciones electorales que sitúan a PSOE y Podemos fuera del poder. "El Gobierno trabaja con corazón e inteligencia. Y el trabajo del que rendirá el presidente cuentas mañana da cuenta de ello. Este es un gobierno que actúa con corazón e inteligencia", ha insistido Isabel Rodríguez.
Unidas Podemos tiene el convencimiento de que a Sánchez no le queda más remedio que girar a la izquierda más aún. Por eso, considera el incremento del gasto en Defensa con dos partidas que elevaron en casi mil millones el dinero para el ministerio que lidera Margarita Robles, se hizo fuera de la vía presupuestaria para salvar la negociación de las cuentas. Y es que los morados repiten machaconamente que no dejarán al PSOE gastar más en armas en los presupuestos mientras estén en Moncloa. Los mensajes se lanza, pero no se dicen a la cara.