España

Sánchez pasará de puntillas por la amnistía en su discurso y venderá cuatro años más de "progreso" para España

El presidente en funciones no se centrará en la medida de gracia y "alzará el vuelo", según su entorno, que explica que el candidato socialista "escucha la calle" pero no cambiará su decisión

Este miércoles arranca el segundo pleno de investidura del año. Pedro Sánchez pedirá desde las 12.00 la confianza a los diputados del Congreso con un discurso que ya tiene más que rematado y que, según explican fuentes de su entorno en conversación con Vozpópuli, no se centrará en la amnistía. El candidato socialista "alzará el vuelo" y venderá cuatro años más de "progreso" para España. Sánchez, en efecto, tiene intención de tirar de hoja de servicios de la coalición y recuperará algunos de sus grandes éxitos de argumentario, como la salida social a la crisis de la pandemia, los datos económicos, etc.

No obstante, es obvio que la amnistía de marras se colará en la sesión. Es más, según ha sabido este diario, hablará de los acuerdos y los explicará a la Cámara. Moncloa prevé que las réplicas de la oposición (PP, Vox y UPN) contribuirán a echar leña al fuego de la calle, encendida por la ley que el PSOE registró este lunes en el Congreso. La medida de gracia a los independentistas se ha convertido en el principal foco de confrontación. El entorno de Sánchez explica que el candidato socialista "escucha la calle [en referencia a las marchas pacíficas]" pero no cambiará su decisión.

El presidente no dará marcha atrás y espera que el suflé baje poco a poco. Aunque los plazos de la tramitación de la norma tanto en el Congreso como en el Senado, así como la posible imagen del regreso de Carles Puigdemont a España, no contribuirán en absoluto. Lo más probable es que al menos hasta abril no se vea la medida en el BOE. Tan tensas están las cosas que el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, aseguró este martes que el Gobierno tramitará la petición del expresidente catalán de tener escolta cuando regrese de Waterloo. Pero nada de esto preocupa en exceso a Moncloa.

Isabel Rodríguez: "Lo que diga Pedro Sánchez será lo que ocurra"

La ministra portavoz en funciones, Isabel Rodríguez, no quiso adelantar nada de la alocución de Sánchez: "No les puedo detallar el discurso. Pero sí le puedo decir a la opinión pública que si uno relee el discurso de hace cuatro años, lo que puede encontrar en él es que lo que dijo el presidente del Gobierno se ha cumplido. La dirección y el rumbo eran la transformación… Y todo eso se ha visto cumplido. Y eso significa que lo que mañana diga el presidente del Gobierno será lo que ocurra los próximos años en nuestro país".

Sánchez ya reventó las costuras de la liturgia parlamentaria durante la investidura del popular Alberto Núñez Feijóo, cuando decidió no debatir con el entonces candidato a la presidencia. En su lugar, el aparato de Moncloa y Ferraz, todo uno, optó por que fuera el diputado socialista y exalcalde de Valladolid Óscar Puente quien replicara al jefe de Génova. El PSOE alegó entonces que Sánchez intervendría en su momento, cuando llegara el tiempo de su investidura, para explicar por qué por primera vez no fue el líder del partido el que dio réplica a un candidato a ser investido.

Lo cierto es que Sánchez recurrió entonces al silencio para evitar hablar de la amnistía. El PSOE y sus aliados trazaron una línea divisoria entre ellos y el resto. El que está en el bloque del Gobierno y, por tanto, de la amnistía es un demócrata y los demás -11 millones de españoles que representan los 172 diputados que apoyaron a Feijóo- están fuera. Sánchez necesita la mayoría absoluta en primera votación y logrará 179 votos a favor de todos los grupos excepto del PP, Vox y UPN. 

Nada va a frenar a Sánchez con la amnistía

En efecto, nada va a frenar al candidato socialista en su afán de amnistiar a los independentistas catalanes para ser investido presidente del Gobierno pese al rechazo masivo de las calles del país, que se llenaron el domingo pasado con cerca de dos millones de personas según el PP -medio millón según el Gobierno- para clamar contra la medida de gracia, que fue revisada punto por punto la semana pasada tras la imputación de Carles Puigdemont por supuestos delitos de terrorismo en el marco de la causa de Tsunami Democràtic.

El PSOE asume el enorme coste que tiene la medida. Y a casi nadie se le escapa en el partido que Sánchez ha llevado las cosas más lejos que nunca con tal de ser presidente de nuevo. No por casualidad, el PSOE tuvo que aclarar el punto del acuerdo que hace referencia al lawfare, ese anglicismo que denota que la Justicia se mueve por intereses políticos.

Mientras, el PSOE está convencido de que la investidura de Sánchez va a ser “movida” dentro y fuera del Congreso y que habrá protestas en las calles que, previsiblemente, rodearán la Carrera de San Jerónimo. Es más, creen que también se desarrollarán marchas en las principales ciudades del país contra la ley de amnistía. Eso sí, el presidente en funciones se ha abstraído de los disturbios durante los últimos días y del tremendo “ruido” político generado por su acuerdo con Carles Puigdemont para dedicarse con su equipo a ultimar el discurso de investidura de más una hora que pronunciará este miércoles y cuya base lleva semanas preparada.

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