Pedro Sánchez es un digno discípulo de Sun Tzu. El presidente del Gobierno juega a dividir a Unidas Podemos para vencerles. El líder socialista sabe que la relación de la cúpula morada con Yolanda Díaz, la jefa del espacio en Moncloa, no pasa por su mejor momento por las tensiones sobre la futura plataforma con la que pretende seducir el estómago de la izquierda. Y en algunos sectores del partido se percibe el guiño de Sánchez de intervenir en el precio del alquiler durante tres meses que estipula el decreto anticrisis como un premio gordo frente a la vicepresidenta segunda.
Y todo porque la medida que afecta al alquiler, que impedirá subidas superiores al 2% en la actualización anual de la renta, era una de las grandes banderas del escudo social y verde con el que Podemos presionó al PSOE para paliar los efectos de la crisis económica magnificada por la guerra en Ucrania. Mientras, Díaz, titular de Trabajo, tuvo que vérselas para arrancar medidas de empleo. Las fuentes consultadas en el espacio morado explican que "hubo más debate con el despido".
Lo cierto es que Díaz batalló hasta el final para recuperar la prohibición de despido general por causa de la guerra. Pero su pretensión terminó, tras las críticas de la patronal, en una barrera a las empresas que aleguen una subida del precio de la luz para echar a sus trabajadores.
Un premio con forma de bandera
El premio se lo lleva la secretaria general de morada, Ione Belarra Belarra. Y es todo un gesto que no da puntada sin hilo. En Podemos asumen que el presidente del Gobierno juega a dividirles, pero saben que, en medio del incipiente debate sobre su utilidad en el Ejecutivo, Sánchez ha dado la ministra de Derechos Sociales un balón de oxígeno.
Cabe recordar que la vicepresidenta segunda remitió al PSOE un documento con las propuestas para el decreto anticrisis de todos los partidos que orbitan en la galaxia de Unidas Podemos y que no llegó a filtrarse nunca. Pero un día antes, Belarra trasladó por su cuenta las de su ministerio (Derechos Sociales) al resto de ministros del Gobierno.
Ese documento, que sí se conoció, ponía negro sobre blanco la pretensión morada que se ha hecho realidad en el Consejo de Ministros: "congelación de la actualización de las rentas del alquiler", un plan que el Gobierno, además, ya tiene en mente prorrogar. En parte, por la presión de Podemos.
Suspicacias entre los 'comunes'
La 'predilección' de Sánchez, en esta ocasión, ha levantado suspicacias en algunos sectores de Unidas Podemos. No obstante, la coalición está dividida entre acérrimos partidarios de Yolanda Díaz -donde se encuentra En Comú Podem y Galicia en Común- y los acólitos de las siglas creadas por Pablo Iglesias que, aunque ven en la titular de Trabajo el salvavidas al que agarrarse, quieren que la cúpula de Podemos diga mucho en la futura plataforma de Díaz.
Precisamente, el guiño de Sánchez a Belarra ha despertado algún que otro celo entre los 'comunes', según ha sabido Vozpópuli. No es secreto que la rama catalana de los morados es la facción más cercana a Díaz. No por casualidad, el jefe de gabinete de la vicepresidenta segunda, Josep Vendrell, es uno de los hombres fuertes de En Comú Podem. La vicepresidenta segunda insiste en que todas las medidas se negociaron de manera única.
Aunque, lo cierto es que su presencia en el trío negociador del Gobierno junto a Félix Bolaños y Teresa Ribera fue casi testimonial, según algunas fuentes presentes en estos encuentros. La sensación en parte de Podemos es que el presidente del Gobierno hizo una "utilización obscena de la figura de Yolanda Díaz", quien se limitó a negociar sobre las medidas de su competencia.
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