Pedro Sánchez ya ha deshojado la margarita. El presidente del Gobierno realizará en marzo los cambios en su Ejecutivo que provocarán la salida de las titulares de Sanidad e Industria, Carolina Darias y Reyes Maroto respectivamente para competir en la arena electoral. Ambas ministras serán cabezas de cartel en los comicios municipales por Las Palmas y Madrid.
El líder socialista, según ha asegurado en una conversación informal con periodistas en Viena, donde se encuentra de gira preparatoria de la presidencia española del Consejo Europeo, limitará los relevos a esas dos carteras pese a la crisis política que atraviesa Moncloa por el enroque de la ministra de Igualdad, Irene Montero, acorralada por la rectificación de la ley del 'solo sí es sí'.
El jefe del Ejecutivo ya comentó a finales del año pasado que su idea era retocar su Gobierno cerca de la campaña electoral de las elecciones municipales del 28 de mayo para replicar el modelo Salvador Illa, el exministro de Sanidad que salió de Moncloa para ser candidato del PSC a la presidencia de Cataluña semanas antes de que se abrieran las urnas. Desde entonces se han sucedido los rumores sobre la posibilidad de que adelantase esos relevos y de que aprovechara para hacer más cambios.
El presidente Sánchez, de esta manera, asume la imposibilidad de realizar retoques ministeriales, prerrogativa suya, sin acuerdo con su socio de Gobierno. Una hipotética salida de Montero reventaría la coalición. Todo un suicidio cuando en mayo, decenas de alcaldes y varios presidentes autonómicos dependerán de acuerdos entre PSOE y Unidas Podemos para mantenerse en el poder. El jefe del Gobierno ha destacado que hasta marzo aún hay tareas pendientes para ambas ministras.
El verano del año pasado, en un viaje similar al que está realizando ahora, Sánchez descartó que fuera a hacer ningún tipo de crisis, y lo achacó todo a mera rumorología alimentada por la derecha. Pero una semana después remodeló medio Ejecutivo y cambió por completo su núcleo duro: desde su jefe de Gabinete, el ex todo poderoso Iván Redondo, pasando por la ex vicepresidenta primera, Carmen Calvo, y su mano derecha en el PSOE, el ex secretario de organización del PSOE, José Luis Ábalos.
Maroto: pacto de Estado y... ¿alcaldía?
Reyes Maroto ha señalado en reiteradas ocasiones que uno de sus objetivos antes de dejar el ministerio es lograr un pacto de Estado por la Industria. Toda una carta de presentación con la que concurrir ante los madrileños para desbancar al PP de José Luis Martínez-Almeida. Sánchez asegura que no tiene decididos aún los nombres de los dos ministros que van a sustituir a Darias y Maroto aunque sí piensa ya en candidatos. Al respecto ha zanjado que el PSOE tiene bastantes personas capacitadas para afrontar unas responsabilidades como éstas.
Es más, suenan varios nombres para reemplazar a Darias, como la Secretaria General de Investigación en el Ministerio de Ciencia de Innovación, Raquel Yotti. En el caso de Maroto, los ojos de su sustituta se posan sobre su equipo. La secretaria de Estado de Comercio, Xiana Margarida Méndez, suma enteros. Pero solo Sánchez sabe qué personas sumará al Consejo de Ministros.
El presidente Sánchez es consciente de que Podemos no se irá de Moncloa. Al menos no por voluntad propia. Las fuentes consultadas en el núcleo duro del partido morado son contundentes pese al lío del 'sí es sí' que tiene a una de sus dirigentes contra las cuerdas: "Romper el gobierno es una frivolidad. Y si el PSOE está pensando en romper el gobierno, [los españoles] le cobrarán cara esa frivolidad. El votante demócrata, no solo el de izquierdas, sabe que la alternativa al gobierno del PSOE con Unidas Podemos es el PP con Vox. Si alguien ayuda a que eso pase recibirá un enorme castigo electoral", zanja una voz muy relevante en Podemos.
Ese es el motivo por el que la ministra de Igualdad y número dos morada reconoce que no dejará el consejo de ministros aunque los socialistas reformen su ley estrella con apoyo del PP, como hasta ahora todo parece indicar que ocurrirá. Y es que el PSOE y Podemos, según reconocen fuentes gubernamentales, no quieren buscar un acuerdo para desbloquear la contrarreforma de la ley de libertad sexual. En plena campaña, solo hay ruido. Y más cuando el 8-M está a la vuelta de la esquina.
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