Pedro Sánchez ha utilizado la sesión de investidura de Alberto Núñez Feijóo para hacer una declaración de intenciones de la legislatura que viene. Lo ha hecho sin abrir la boca. Mudo. Y el mensaje se ha escuchado a gritos. El PSOE y sus aliados han trazado una línea divisoria entre ellos y el resto. El que está en el bloque del Gobierno y la amnistía es un demócrata y los demás -11 millones de españoles que representan los 172 diputados que apoyan a Feijóo- están fuera de la misma.
El jefe del Ejecutivo en funciones y secretario general del PSOE ha declinado debatir con el candidato propuesto por el Rey a la Presidencia, el líder del PP en este caso, en un gesto inédito en democracia. Sánchez ha colocado en el lugar que teóricamente le correspondía a Óscar Puente, ex alcalde de Valladolid tras perder el Ayuntamiento en la debacle socialista del 28 de mayo.
Puente ha hecho lo que se esperaba de él: un discurso incendiario contra el PP, que ha estado trufado de citas para la gloria parlamentaria y el regocijo de Julio Camba. El diputado Puente ha evocado a Dori, personaje de la película 'Buscando a Nemo', en el cierre de su intervención.
Sánchez ajusta cuentas con Felipe y Guerra
Más allá de la brillante oratoria de Puente, el ex alcalde ha utilizado su media hora para ajustar las cuentas de Sánchez con Feijóo, Vox y cualquier partido o persona que se oponga al bloque que conforma la mayoría parlamentaria de nacionalistas y separatistas con la que el presidente aspira a conservar a La Moncloa. Partidos y personas, porque Puente también ha encontrado lugar entre sus reproches para la vieja guardia del PSOE liderada por Felipe González y Alfonso Guerra.
"Puede que este PSOE no sea el mismo que el de hace 30 años. Pero no se pongan nostálgicos. Al de hace 30 años le hacían lo mismo. Aunque a alguno de los que lo dirigía entonces parece habérsele olvidado", ha dicho.
Puente ha sido la tapadera de Sánchez. El diputado que ha elegido para no responder a la pregunta fundamental que ha planteado Feijóo nada más empezar su discurso: amnistía y referéndum a cambio de mantener el Gobierno de coalición con Sumar, PNV, EH Bildu, Carles Puigdemont y ERC. Nada se ha escuchado por parte del PSOE. Silencio y Puente.
La amnistía frente a Feijóo
La dos defensas más encendidas de la amnistía a los condenados y procesados por el golpe a la democracia del 2017 han sido Sumar y ERC. Menos vehemente ha sido el grupo de Carles Puigdemont, que ha optado por no perjudicar la negociación en marcha.
Sánchez ha abandonado el Hemiciclo justo cuando intervenía la diputada de Junts per Catalunya, Miriam Nogueras. Ha sido el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, el más ferviente defensor de la amnistía. Más incluso que Nogueras, cuyo jefe de filas -prófugo de la Justicia en Bélgica- será el principal beneficiado de alcanzarse el acuerdo. La amnistía, ha dicho Rufián, no será el punto de destino, sino el punto de partida para otro referéndum como el 1-O.
Sánchez ha abandonado brevemente del Parlamento cuando Nogueras ha terminado su discurso. Otro silencio del PSOE. Y no estaba en su escaño cuando Feijóo, que ha replicado a ERC y JxCAT de forma conjunta, ha vuelto a dirigirse al presidente. "El señor Sánchez no quiere hablar porque no quiere responder", ha dicho. "Después de lo escuchado hoy o miente Sánchez o mienten ustedes. Lo vamos a saber en unas semanas".
"El zenit del desprestigio"
La respuesta de Feijóo a los grupos catalanes ha sido uno de los mejores momentos del líder del PP, que ha hecho una radiografía del deterioro económico de Cataluña desde que las élites nacionalistas se embarcaron en el procés. A Junts le ha recordado su pasado como CiU. En referencia al CiU que jugaba un papel constructivo en la democracia española.
Feijóo ha buscado un equilibrio entre líder de la oposición y alternativa de Gobierno durante la primera sesión del debate. Y ha vendido su previsible derrota como una derrota "con honra". Varias veces le ha repetido a Sánchez que no será presidente a cualquier precio.
El debate se reanuda el miércoles con los grupos vascos PNV y EH Bildu. Y finalizará con los diputados del grupo Mixto. Después de la primera votación, en la que necesita mayoría absoluta, la sesión se retomará el viernes para la segunda votación.
Mientras el PSOE, sus diputados y altavoces jaleaban a Puente y Dori, Feijóo ha dejado una frase para resumir lo ocurrido en el Congreso: ""El PSOE ha llegado a su cénit de desprestigio como partido político".
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