España

Sánchez lanza la "España multinivel" para encajar las demandas del nacionalismo vasco y catalán

El PSOE pasó página a la plurinacionalidad y acuñó el término "España multinivel moderna" en la ponencia marco de su último congreso federal

El PSOE sigue negociando discretamente la investidura de Pedro Sánchez a la espera de que Alberto Núñez Feijóo se estrelle en el Congreso a finales de septiembre. Según explican fuentes socialistas, el presidente del Gobierno tiene previsto recuperar el término "España multinivel" para encajar las demandas de un nuevo modelo de Estado que el nacionalismo vasco y catalán ha empezado a plantear.

El PSOE acuñó el término "España multinivel moderna" en la ponencia marco de su último congreso federal. "Todo lo que se puede negociar está en ese documento", dicen estas fuentes. Aseguran que es una manera de pasar página a términos como nación de naciones y España plurinacional, que no gustaban demasiado a los barones del partido. La expresión siguió a otra de las más utilizadas por la fábrica de eslóganes de La Moncloa: la "agenda del reencuentro" con Cataluña.

"La España multinivel moderna es la que ofrece cauces democráticos de diálogo y pacto en el marco de la ley para dar salidas a situaciones como la de Cataluña, en clave de mayor profundización del Estado de las autonomías", explica el PSOE en su documento. "El fortalecimiento del proyecto de España se sustenta en la promoción de los idiomas cooficiales, la sensibilidad hacia sentimientos de pertenencia diversos, el fomento del diálogo interterritorial o la cooperación leal entre Administraciones".

Así es la España multinivel

Sánchez ha empezado a abrir la mano con alguna de estas cuestiones en su negociación para mantener el Gobierno. Es el caso de los idiomas con sendas vías abiertas en Europa y el Congreso. La de Bruselas, que quiere convertir el catalán o el euskera en lenguas oficiales de la UE, es una quimera pero todo indica que el uso de estos idiomas será una realidad en la Cámara Baja.

A partir de ahí, los socialistas tienen que encajar las piezas de una compleja negociación, en la que tienen que poner de acuerdo a cuatro partidos separatistas y nacionalistas que rivalizan entre sí en sus respectivas comunidades autónomas: PNV y EH Bildu en el País Vasco; y ERC y JxCAT en Cataluña. Cambiar la Carta Magna es un melón imposible de abrir, tal y como reconoce Ferraz. La duda es hasta donde está dispuesto a llegar el Gobierno en sus cesiones para garantizarse la investidura.

Puigdemont ha anticipado que hará públicas sus exigencias el próximo martes. Pero tanto el PSOE como Sumar, que aspiran a reeditar la coalición de Gobierno, llevan semanas reconociendo que la amnistía no es un tabú. Desde el movimiento de Yolanda Díaz se han ofrecido algunas soluciones con un encaje, según expertos en Derecho Constitucional, bastante dudoso. Cabe esperar además que el ex presidente de la Generalitat, prófugo de la Justicia, reclame bien un referéndum de independencia bien un reconocimiento de la legalidad de la consulta ilegal del 1 de octubre del 2017.

Viejos planteamientos de Urkullu

El PNV, por su parte, ha dado a entender en palabras del lehendakari Íñigo Urkullu que sus reivindicaciones van en la línea de un cambio en el modelo de Estado. Y un reconocimiento de naciones independientes como la vasca. No es una propuesta nueva del PNV, que la ha planteado en varias ocasiones. Tampoco es novedosa el llamamiento a una convención constitucional, un órgano supuestamente encargado de revisar un texto constitucional ya existente o redactar uno nuevo.

El Gobierno ha valorado positivamente la propuesta de Urkullu. El ministro de la Presidencia en funciones, Félix Bolaños, ha dicho le parece "legítima" y que "busca puntos de equilibrio" y de "acuerdo entre diferentes, dentro del marco constitucional". Otros presidentes autonómicos, especialmente del PP, han reclamado que se respete la Constitución y no se fomente la desigualdad entre territorios.

"Aún no siendo nuestra propuesta, todo lo que suponga aportaciones al debate creo que siempre es positivo", ha dicho Bolaños tras reclamar un "debate constructivo" en el que todo el mundo sea consciente de que hay que entenderse "entre diferentes".

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